Capítulo 17.

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-cuando estés en casa no quiero ver tu horrible cara -le ordenó la mujer a su hijo.

El ahora niño de 5 años asistía a la escuela, no tenía muchos amigos, aunque sólo llevaba una semana de clases, era callado y tímido, no se animaba a jugar. Se sentaba en los descansos en una banca para ver a sus compañeros correr con un balón, así se mantenía entretenido.
Lo primero que hacia al ir a su casa era poner a lavar su uniforme en la lavadora, como podía cocinaba, su madre no le dejaba dinero pero no faltaba nada en la nevera.
En la tarde hacia sus tareas, luego veía televisión pero no lo hacia con tranquilidad ya que se mantenía pendiente del reloj colgando en la pared, a las seis en punto llegaría su madre del trabajo, por lo cual tenia que ir a su cuarto y encerrarse en el, para aquel niño era algo normal que su madre le ordenará esto, si por algún motivo salía de su cuarto y su madre lo veía se enojaría, como ese día donde aguantó las ganas de comer, su estómago le rugía, dolía y aun así aguanto un poco, espero unas horas en las que su madre podría estar ya dormida para salir del cuarto pero esta se encontraba en el sofá.

-que te he dicho de salir de tu cuarto cuando estoy en la casa.

-tengo hambre -susurro el niño.

-no me importa, ve a tu cuarto -diciéndole esto se acercó hasta su hijo y le agarró del brazo con fuerza, como si cogiera algo que no le importaba lastimar, lo arrastró al cuarto y en el lo tiró al suelo.

-la próxima vez come antes de que llegue. No quiero ver tu rostro y si lo veo te vas arrepentir, ¿entiendes?

-s...si.

Los años pasaron y aquel niño que un día sintió temor por su madre, luego sólo sentía odio.

Ya no era tímido pero si frío, a su "madre"  no le hacía caso, ella seguía o incluso peor que cuando niño.

-¿Myungsoo, donde estabas? -ignorando a su madre subió a su cuarto.

Ya no quedaba nada de aquel niño tierno, dulce que fue, el niño que le hacía falta amor y cariño, era tan solitario que se aconstumbro a su única compañía, la soledad, reconociendo que era una parte más de el. Veía a los otros niños jugar y sonreír como si enserio fueran felices. Los padres de sus compañeros iban por ellos a la salida y incluso participaban de paseos escolares, comprendió que su madre no lo quería, no, nadie lo hacia, volviéndose más frío con el pasar de los años, con 15 años de edad salía de su casa y entraba cuando quería, en la escuela era el peor de los estudiantes y como no, si no asistía a clases.

Era rebelde y lo que hacia a su madre le daba igual, si el acababa con su vida de esa manera, no le interesaba en lo absoluto.

-vas a perder el año, nada raro -comentó la mujer, luego de haber recibido una llamada del colegio de su "hijo".

-no diras nada, bien -myungsoo se levantó con desagrado del sofá para irse a otro lado donde no viera a su madre.

-¿para donde vas? -quiso saber la mujer.

-no pretendas que te importa, no estas delante de alguien.

-por supuesto que no me importa, sea lo que hagas o donde vayas, no me hagas quedar mal.

-soy el mejor pretendiendo, lo he aprendido de la mejor -diciendo esto abandonó la casa.

Sólo tenía a su padre aunque sea lejos, viviendo en Seúl, diciéndose a si mismo que su padre no tenía mucho tiempo para verlo o llamarlo, pero era lo más cercano que tenía, si algún día necesitará ayuda, pensaría en el aun si la relación no fuera cercana, por una foto que tenía de su padre se acordaba de el físicamente, su padre no le reconocería la tampoco.

Aléjate de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora