*Narra Mario*
- Tío, ¿qué te pasa? - pregunta Eric, mi mejor amigo - te noto... Distraído.
No puedo decirle que llevo pensando en Daniela toda la tarde, me dará la tabarra y hablará y hablará...
- Nada - digo distraído.
- Mmm... Creo que estas enamorado - dice Eric con una sonrisa pícara - ¿quién es la afortunada?
Mierda, que pesado es cuando quiere.
- Nadie, no estoy enamorado - digo frunciendo el ceño.
- Lo que tú digas... si no lo quieres admitir...
- ¿Quieres cenar en mi casa? - digo para cambiar de tema.
- Claro, aviso a mis padres y voy - dice mientras saca el móvil.
<Daniela te gusta...> Joder que pesado el subconsciente.
- Vale, ya esta, vamos - dice mientras se pone el casco.
- Sí, vamos.
*Narra Daniela*
- Dani - dice Andrew llamando a la puerta.
- Pasa - digo mirando al techo.
- Oye, vamos a vivir juntos a partir de ahora, si hay algo que te incomode, nos lo dices - dice nervioso.
- Tranquilo, no pasa nada - digo con una sonrisa forzada.
- Me alegro de que te lo hallas tomado tan bien - dice aliviado, me sonríe y se va.
"Mierda, mierda, mierda, no puedo vivir con Mario, no aguantaré"
<Claro que aguantarás, estas deseando vivir con él> ¿Hola? ¿El loquero más cercano?
Intento dejar de pensar en él escuchando música y leyendo un poco. No consigo olvidarme de él, porque es un malote, y a mí me encantan los malotes. Por desgracia no me puedo desahogar con Patri, mi mejor amiga, porque está con su familia visitando a sus parientes de Valencia. "Menos mal que ya llega el lunes", pero vuelvo a la realidad y recuerdo que es viernes. De repente algo irrumpe mis pensamientos.
- ¡A cenar! - grita Andrew. Como estoy con la música, Borja viene a buscarme. Bajamos corriendo porque tenemos mucha hambre. Cuando llego al comedor, ahí estaba él, con su chupa de cuero y hablando con otra persona.
- Dani, este es Eric, el mejor amigo de Mario - dijo Andrew.
- Hola - dije sonriendo.
- Hola, encantado - dijo con una sonrisa de idiota. Hay un silencio incómodo.
- ¿Qué hay de cenar? - pregunto, rompiendo el silencio.
- Ensalada - dice mi madre poniéndola sobre la mesa - a cenar vamos.
Cenamos en silencio. Mario se pasa toda la cena mirándome, y para mi desgracia, su amigo también. Termino de cenar y me voy corriendo a mi habitación.
*Narra Mario*
- Ya he terminado, me voy a mi habitación - digo mientras me levanto.
- Te acompaño - dice Eric siguiéndome.
De camino a mi habitación me encuentro con Daniela. Me pongo en medio para que no pase.
- ¿Me dejas pasar? - dice secamente.
- No - digo sonriendo.
- Quita de en medio idiota - dice enfadada.
- ¿Y si no quiero enana?
Se cuela por debajo de mi brazo y cierra la puerta de su habitación. "Que chica más agradable" pienso sarcásticamente.
- Eric, ¿por qué te has pasado toda la cena mirando a Daniela? - pregunto interesado.
- Pues... Yo...
- Te gusta - digo muy serio.
- ¿Qué? No me gusta.
- No cuela.
- Simplemente me recuerda a mi exnovia - dice Eric con los ojos vidriosos. Es verdad, Daniela tenía un cierto parecido a su exnovia.
- ¿Y a ti por qué te interesa tanto? - dijo sonriendo.
- Por curiosidad, ahora tengo que hacer de niñero de Borja y de esa niñata.
- Si, lo que tu digas... ¿Vemos una peli?
- Sí, vamos.
*Narra Daniela*
Ya en mi habitación pienso en el momento que he tenido en las escaleras con mi nuevo "hermano" (si es que se le puede llamar así), ¿y si le hubiera levantado el brazo?, ¿y si no me hubiera colado por debajo de su brazo, seguiríamos discutiendo?... Se me pasan por la cabeza una gran cantidad de preguntas sin respuesta. Decido no salir de mi habitación hasta mañana por la mañana. "Mañana al partido del enano" pienso.
- Daniela me voy - dice Eric acercándose y dándome dos besos.
- Adiós - digo sonriente.
Se oye la puerta de la calle que se cierra, me meto en mi habitación y cierro la puerta. Nada más tumbarme en la cama aparece el idiota de Mario. "Que pesado" pienso poniendo los ojos en blanco.
- ¿Qué quieres? - digo mirando el Whatsapp, he sido un poco seca.
- ¿Qué te pasa? - dice serio.
- ¿Desde cuándo te preocupas por mí? - digo mirándole a sus preciosos ojos.
- Ahora tengo que cuidar de ti, mi padre y tu madre se han ido de luna de miel, tampoco es agradable para mí.
Es verdad, se van un mes a la República Checa.
- A mi déjame en paz - digo mientras vuelvo a mirar el móvil.
- Me habían dicho que eras distante, pero tampoco tanto - dice apoyando la espalda en la pared.
- Déjame.
Se sienta en mi cama. ¿Qué pretende este imbécil? Se ha sentado sobre mis piernas.
- ¡Idiota me estás haciendo daño! - grito mientras me libro y me pongo de pie - vete - digo agarrándolo del brazo.
Tiro de él para que se levante, pero lo único que consigo es caer encima suya.
- Sabía que me deseabas, pero tampoco tanto - susurra en mi oído.
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HERMANASTROS
Teen FictionEl amor aparece cuando menos lo esperas, y para Daniela, no será diferente; pero no espera de quién se enamora. Esta es la historia de Daniela y Mario.