-¡Mario! - grita Ana, la madre de Dani.
- ¡Ana! - grito dirigiéndome hacia ella corriendo para abrazarla.
- ¡¿Qué ha pasado, dónde está mi hija?! - solloza.
- La encerré en mi habitación en plan broma, se tiró por la ventana para salir de allí y aquí estamos...
- ¿Por qué hizo eso...? - dice llorando.
- Hijo, te dijimos que la cuidaras - dice mi padre.
- ¡JODER, YO NO TENGO LA CULPA DE QUE ESA LOCA SE TIRARA POR LA VENTANA!
Aparece el médico interrumpiendo la discusión.
- Señores, ustedes deben ser los padre de Daniela.
- Sí, yo soy Ana y este es mi marido Andrew.
- Pueden pasar a verla, pero no hagan que se altere, se ha quedado bastante calladita con los tranquilizante.
Cruzamos la puerta y vemos a Dani en una cama, con una escayola en la pierna derecha, otra en el brazo izquierdo, una venda que la cubre el pecho y un montón de heridas por la cara, el brazo y la pierna.
- Cariño - dice Ana - ¿cómo estás, qué pasó?
- Mamá, no es nada, el médico dijo que en un mes estaría bien - dice sonriendo, como si no hubiera pasado nada.
- Si que pasa, te tiraste por la ventana, ¿por qué?
- No sé, quería salir de allí, no sé cómo se me cruzó eso por la cabeza.
- Dani... ¿qué tal estás? - pregunto tímidamente.
- Hola Mario - sonríe - mamá, Andrew, ¿nos dejáis solos un momento?
- Claro cariño - dice su madre dándola un beso en la frente.
Cuando se cierra la puerta, Dani clava sus ojos en mí, espero que no me grite.
- Mario... lo siento... sé que no debí tirarme, no sé que me pasó... - dice sollozando.
- Tranquila, no pasa nada - digo, la beso.
-¿y esto? Es la primera vez que me besas sin hacer antes ningún numerito - dice cuando nos separamos.
Sonrío.
- Sí, es verdad-digo sonriendo- pero no me vuelvas a apegar estos sustos, voy a tapiar las ventanas para que no tengas la tentación de saltar.
-Tonto- dice cariñosamente
- No, enserio ¿por qué saltaste?
- No lo sé, lo digo enserio.
- Bueno vale, pero ni se te ocurra volver ha hacer eso, digo mientras junto su frente a la mia.
- Te lo juto- me besa.
*Narra Daniela*
Por fin, después de una semana en el hospital, vuelvo a casa.
-Mario, ¿me ayudas a subir las escaleras?
-Claro- dice mientras pasa una mano por debajo de mis rodillas y otra en mi espalda, me lleva como una princesa.
Cuando llegamos a mi habitación veo que en la ventana hay una reja improvisada
-JAJAJA, que gracioso- digo irónicamente
-Por si acaso- dice encogiéndose de hombros .
-Mario, pasame una camiseta y unos pantalones, y después vete.
-Vale- dice abriendo el armario y cogiendo lo primera que pilla.
-Ahora vete- digo señalando la puerta.
-¿Por qué?- dice y me besa.
-Porque eres un pervertido- digo separándome.
-Vale, pero luego volveré
-Que se te ocurra
- Adiós- me guiña un ojo y se va.
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HERMANASTROS
Teen FictionEl amor aparece cuando menos lo esperas, y para Daniela, no será diferente; pero no espera de quién se enamora. Esta es la historia de Daniela y Mario.