Capitulo 02.

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Abro la puerta con delicadeza y asomo mi cabeza para asegurarme de que el pasillo está solo.

Salgo de la habitación de Camilo y cierro la puerta tras de mí. Corro en puntas hasta mi habitación y me meto velozmente.

Entro al baño y le giro a la llave de agua caliente. Esta cae y espero a que se caliente para nivelarla con la fría.

Me meto en el agua y las gotas caen en mi piel llevándose todo tipo de suciedad que tenga.

Relajo todo mi cuerpo y me baño.

Enciendo la pantalla de plasma que tengo en mi habitación y presiono todos los botones del control remoto sin fijarme en los canales que voy pasando.

Hoy no tengo ganas de hacer nada, ni si quiera de ponerme ropa, solo estoy en bragas y sostén.

Le dejo a un canal de música, cierro los ojos y dejo que la melodía de aquella canción entre por mis oídos.

Abro los ojos y doy un suspiro de aburrición. No tengo ganas de hacer algo pero estoy completamente aburrida.

Me levanto de mi cama y salgo de mi habitación así, en ropa interior. Subo a la siguiente planta y me meto en el salón de juego.

Me acerco a la consola de X-box y la enciendo. Me siento en uno de los sillones para jugar cómodamente.

El juego comienza y yo oprimo los botones para jugar.

Después de varias horas de juego, me aburro.

Salgo del cuarto de juegos y un aire frío se me expande por todo el cuerpo provocando que se me enchine la piel. Me rodeo con los brazos y trato de darme calor. ¿Por qué hace frio a mitad de otoño? Seguro es porque ya se acerca invierno.

Falta un mes para diciembre, el mes que más odio.

Todo por aquí será de adornos, luces navideñas, estúpidos villancicos y reuniones -hipócritas- familiares.

Bajo hasta mi habitación, entro y me pongo un pijama para que me caliente todo el cuerpo, me pongo unos calcetines de rayas y mis pantuflas de plumas azules.

Voy a la cocina por algo de comer, paso por un enorme ventanal que da hacía un jardín que está en la entrada, pero no es eso lo que me quedo viendo, si no el cielo, ya ah anochecido.

Perdí este día jugando videojuegos y vagando por la casa.

Subo las escaleras y me meto en la habitación que esta frente a la mía. Cierro con el pestillo y aspiro el aroma, su aroma.

Decido dejar la luz apaga y que solo la poca luz de la luna entre por las ventanas que aún tienen aquellas cortinas blancas un poco transparentes.

Me siento en la orilla de la cama y acaricio la sabana.

Cierro los ojos con fuerza y mis ojos se llenan de lágrimas, los cierro aún más fuerte para que no salga ni una sola gota de agua salada. Doy un suspiro ahogado y me cubro la cara con ambas manos recargando mis codos en mis piernas.

Me dejo caer en el colchón y extiendo mi brazo derecho por el frio colchón, la izquierda cuelga y casi toca el suelo. Me arrastro hasta la cabecera y distiendo la cama, me quito las pantuflas y entro en la cama para poder acobijarme y no pasar una noche con frio.

Giro mi cuerpo del lado derecho y abrazo la almohada que está vacía, después de dicho acto me quedo completamente dormida.

Escucho una vez más como se quiebra algo, entro en miedo y me oculto debajo de mi cama. Me hago ovillo y veo unos pies pasando por el pasillo. Estoy a punto de volver a salir pero escucho que unos pasos se aproximan, me quedo quieta y detengo mi respiración.

Cuando dos mundos iguales chocan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora