Capítulo-39

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Después de aquel beso, Jos acompañó a Alonso a su casa. Todos se encontraban dormidos, así que entraron sin hacer mucho ruido. Con algo de dificultad por la oscuridad, llegaron a la habitación del rubio.

-No puedo creer que siempre nos pasen estas cosas.

-Pero ya no pasarán más- el pelinegro se acercó- ¿sabes?- acarició su mejilla- esto que siento por ti es más real que nunca- ambos suspiraron antes de volver a unir sus labios.

Sus besos eran intensos y dulces, Jos había atraído a Alonso hacia él. Sus manos apretaban con algo de fuerza la cintura de su novio. Por su parte, Alonso había enredado sus manos en el obscuro cabello de su acompañante. Caminaban así torpemente por toda la habitación, se golpearon un par de veces con algunos muebles hasta que su trayecto terminó al chocar con la cama, ambos cayeron de golpe rebotando por el impacto.

Alonso, con cierto trabajo por los disfraces que aún llevaban, se acomodó a horcajadas sobre Jos.

-Voy a hacer que no quieras irte de mi lado jamás.

-Hazme inmortal con tus besos y caricias.

Sin más Alonso acercó su rostro al cuello de Jos y dió un beso húmedo para después morderlo, se separó un poco y sonrio con malicia. Volvió a besar sus labios con algo de desesperación. Jos comenzó a quitar la ropa que traía el rubio hasta dejarlo completamente desnudo y entonces Alonso comenzó con su labor.

Ayudó a Jos a quitarse la ropa que estaba de más dejándolo solamente en bóxers y bajó de la cama.

-¿A dónde vas?

-Shhh- susurró.

Caminó hacia la cajonera y sacó de ahí una mascada color rojo, regresó a donde había dejado a su chico y cubrió sus ojos con ella.

-¿Qué haces Alonso?

-Esto solo pasará una vez, así que calla y disfruta.

Besó su nariz, sus labios y fue bajando por su abdomen hasta llegar a su entrepierna. Tomó el miembro de Jos con su mano y comenzó a masturbarlo, subía y bajaba su mano estimulandolo, con su lengua lamía la punta de aquel trozo de carne.

-Uhhh Ahhh Al-Alon ahh- gemía de placer Jos.

El rubio introdujo todo el pene del pelinegro a su boca, saboreaba y gozaba de su sabor mientras su novio se retorcía de placer. Estando Jos a punto de correrse en la boca de Alonso, este paró y se puso de pie.

-En cuatro.

-¿Qué?

-Obedece.

Una vez en esa posición, Alonso subió de nuevo a la cama tomándolo por las caderas y sin más penetró a su chico. Sus embestidas comenzaron lentas, pero poco a poco aumentaron de velocidad. Ahora eran rápidas y fuertes.

-Auuhhh A-Al-Alonsoo- fue lo último en salir de la boca del pelinegro antes de correrse. Alonso hizo lo mismo detro de Jos.

Salió de él y se tiró a su lado. El ojimiel se quitó la mascada y acomodó a su novio en su pecho.

-Eres ese instante que durará toda la eternidad en mi alma.

Azul Celeste|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora