Epílogo(Alonso)

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Era ya de día cuando abrí los ojos, había dormido plácidamente. Miré el despertador mientras me sentaba en la cama, eran las 10:00am. Crucé los brazos al percatarme que Jos no estaba a mi lado como cuando me quedé dormido, pero sonreí ante el recuerdo de la noche que habíamos pasado juntos, sus manos, sus labios sobre mi piel. Siempre haciéndome subir al cielo, haciéndome feliz.

Me levanté para ir al baño, tomé una ducha mientras recordaba aquel incómodo momento que pasé dos días después de la pedida de mano.

***

-¡Esque no puede ser Fernanda! ya no sé que pensar.

-Tranquilo Alonso, estoy segura de que tiene una buena explicación.

Eran las 8 de la noche, Jos había prometido llegar temprano para que fuésemos a cenar fuera, pero de nuevo no llegó.

-Es que estoy tan enojado que soy capaz de...

-¡Alonso cálmate ya! No vayas a decir algo de lo que después te arrepientas.

-¿Y tú por qué lo defiendes? ¿porque es tu hermano? o ¿por qué le sabes algo?

-Pues... porque es mi hermano- su voz era nerviosa- mejor esperemos a que vuelva.

Ambos nos sentamos en el sofá, aunque al final optamos por ir cada quien a su habitación . Dos horas después Jos llegó.

-Hola amor- saludó como si nada acercándose para besarme, pero me alejé- ¿pasa algo?

-¿Es en serio tu pregunta?- no dijo nada- ¿dónde has estado?

-¿Cómo dónde? En el trabajo.

-¡Mentira, mentira, mentira!- me puse de pie- llamé al restaurante hace una horas y me dijeron que saliste desde el medio día. ¡Quiero saber donde carajo has estado!

-Cálmate cielo- me tomó por los hombros.

-¿Calmarme? mi novio, casi esposo, se fue desde las 7 de la mañana a supuestamente trabajar y resulta que se quitó desde el medio día y llega con mentiras a casa ¿estás engañándome?

Se lo pensó un momento- sí.

Mis ojos acunaron unas cuantas lágrimas- ¿cómo te atreves?- le estampé la mano en la mejilla.

Él me tomó fuerte de los brazos- ¡déjame! ¿no te basta con romperme el corazón para que además me lastimes físicamente? Nos íbamos a casar José- las lágrimas caían por mis mejillas.

-Tienes que calmarte Alonso, las cosas no son como tu piensas.

-Ya no quiero oir más- luchaba por zafarme de su agarre.

-¿Quieres saber dónde estaba? ¿por qué mentí todo este tiempo?- solo me dedicaba a llorar- pues bien Alonso, ahora lo sabrás- me tomó de la mano y me arrastró fuera del dormitorio, Fernanda estaba en el pasillo al parecer nuestros gritos la habían despertado.

-¿Qué haces Jos? ¡Déjalo ya!

No le hizo caso y me sacó del departamento a rastras y me obligó a subir al auto. Poco después aparcó frente a una casa color verde.

-¿Qué es esto? ¿dónde estamos? ¿acaso es aquí donde te encontrabas con tu amante?

-Deja de decir tonterías- salió y rodeó el auto para abrirme la puerta- ven- caminamos hasta la puerta de aquella casa- esta es la razón de mis ausencias colocó un juego de llaves en mi mano- Es para ti. Para nosotros. Nuestro futuro hogar ¿sorpresa?

***

Reí ante el recuerdo, no puedo creer que creyera que Jos estaba engañándome. Amo esta casa, nuestro pequeño hogar.

Azul Celeste|Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora