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El pequeño Jimin sobó su mejilla, le dolía,  sorbió su naríz y se sentó en el cesped.

Él no sabía que a sus compañeros les molestaba que los mordiera.

Miró sus pequeños pies mientras limpiaba sus lágrimas, observó una sombra frente suyo y subió su vista.

Sintió algo de calma al ver a su hyung, volvió a bajar la vista y sintió como el contrario sentó a su lado.

—Son unos tontos.—murmuró el azabache mayor, apoyando su cabeza en el hombro del mas bajo.

Ignorando el hecho de que dijo una mala palabra, Jimin solo asintió.

—¿No me hablaras?—un Yoongi de nueve hizo un tierno puchero.

—No te hablaré, hyung.

Al darse cuenta de sus palabras tapó su boca con ambas manos, y Yoongi solo pudo reír.

—Ya lo hiciste — sonrió una vez mas al ver la sonrisa del menor.—¿Fue por morderlos de nuevo, cierto?

—Si...

—Debes dejar de hacerlo, Minnie, no siempre puedes “caerte”

—Pero no puedo evitarlo.

Yoongi suspiró otra vez y miró hacia el frente como varios niños corrían y jugaban.

—Puede... Puedes morderme, no a esos niños feos, ew —hizo una mueca— pero no tan fuerte.

Jimin largó una risita y se formó una amplia sonrisa en sus labios.

—Eres el mejor, Yoonie hyung~

—Lo sé.—sonrió e hizo una mueca al sentir unos dientes en su mejilla.

Bite Me «Y.M» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora