↯12; parte tres

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... continuación del capítulo 11...

La señora Park miró con algo de lástima al chico frente a su puerta; aún cuando el joven estaba mojado y su respiración era bastante irregular, decidió hacer caso a la petición de su hijo.

- Lo siento Yoongi - mostró una sonrisa algo arrepentida e incómoda, sabía que él sabía que le estaba mintiendo-, pero Jimin no está..

- Por favor, usted es como una madre para mí, necesito verlo, necesito-

- Ya te lo dije - la mujer lo interrumpió-, él no está; sé que eres como un hijo para mí - su mirada se suavizó- pero debes entenderme, por favor - acarició el hombro del más alto- no puedo hacerle esto, no sé cuáles sean sus razones, pero lo protegeré de todo Yoongi, aún cuando eso me ponga contra ti; te adoro, si que lo hago, pero Jimin es Jimin, no puedo... Entiende.

Quiso decirle que también ella lo entendiera, pero... no tenía caso discutir por algo que no ganaría, ella era su madre, no traicionaría a Jimin; a demás tenía razón, él había dañado a Jimin.

- Entiendo - le sonrió y tomó la mano de la mayor, acariciando algunas pequeñas arrugas- ¿podría entregarle algo por mí? - vió que la mujer asentía mientras le sonreí un poco. Tomó de su mochila una pequeña bolsita, se la tendió a la señora Park: - dígale que ya no necesito esto - soltó la mano de la mujer y se despidió inclinando su cabeza, abrió su boca para pedirle que también le diga que no le tema a los ruidos que causaba la tormenta, pero se lo guardó para si mismo y se giró en dirección contraria a su casa.

...

- Cariño - escuchó la puerta abrirse, junto a un poco de luz que entraba a causa de ello-, t-tu... Uhmm... el hijo de la señora Min vino - le contó cómo si no tuviese la más mínima idea de quién era el chico- dice que ya no necesita esto - dejó la bolsita de plástico algo húmeda en el mueble más cercano- llámame si necesitas algo, o baja, como quieras.

El castaño realmente estaba agradecido de su madre; había respetado el no hacer pasar a Yoongi a su casa, mientras él solo le había dicho que habían dejado de ser amigos, así de simple: nos peleamos y nos dimos cuenta de que no es una buena amistad; sabía que su madre no era tonta y seguramente creía que algo más había pasado, pero no lo había presionando para que le dijera y él tampoco lo haría a voluntad propia. También le aseguró de que no se convertiría en ningún hikikomori, o alguien con problemas alimenticios, ni mucho menos a tomar la tendencia de cortar alguna parte de su cuerpo, no, claro que no, solo le pidió el tiempo que fuese necesario para sentirse bien, y seguir; obviamente no faltaba a la Universidad - lo cual agradecía, ya que Min no iba a la misma que a la de él-, y también a veces pasaba tiempo con Jungkook o Taehyung, hasta había conocido gente en esas tres semanas que ya no hablaba con el hijo de la amiga de su madre, y no se sentía tan miserable, esperaba que las cosas fueran peores.

La música que se reproducía por el medio de sus auriculares se detuvo y el móvil vibró; vió el nombre de su nuevo amigo y contestó.

- Hola HyunJin - saludó.

- Hey, Jimin hyung, en realidad soy Jeongin, uh.

- Oh, ¿cómo andas?

- Bien, ¿y tú?

- Genial, ¿qué sucede?

- Ah, si, eso, mañana tenemos una fiesta, y usted hyung, no puede faltar~

- Jeonginnie me obligas a pasar por la resaca

- ya, jajaja, vamos hyung, irán también Felix, Changbin y Jisung

- Está bien, ¿dónde es?

- Por eso no se preocupe, nos juntamos en la casa de Hyunjin oppa y luego nos llevará su madre, lo espero hyung, ¡adiós!

La llamada se cortó y volvió a reproducir la música. Agradeció haberse encontrado con Hyunjin pocos días luego de la pelea con Yoongi, el chico era muy agradable y tenía un novio también agradable, y también sus amigos... parecían haber salido de una máquina de personas agradables, bueno, no tan así pero si.

Se levantó y bostezó un par de veces, la bolsita que su madre le había entregado le causaba curiosidad. No tardó mucho en estar ya frente a su ordenador, con el pendrive puesto, sabía que era ese pendrive, ya que poseía un sticker gastado que seguramente venía dentro de un paquete de galletas.

Allí tenía fotos suyas y de Yoongi.

Recordaba que cuando el mayor conoció la función de el pequeño aparatito, ambos estuvieron ahorrando, simplemente por tener curiosidad, se compraron el de mayor capacidad. Habían tantas fotos, de tantos años; su cumpleaños, el de Min, sus Navidades, las cuales las pasaban juntos luego de las doce de la noche; también ambos con varios de sus regalos, Yoongi y sus primeros granos, Jimin y sus brackets, Yoongi y sus horribles y primerizos lentes, Jimin y su corte de pelo (hecho por Yoongi) fallido. También estaba la foto de cuando el mayor salió de la primaria, otra también de él, en el primer día de secundaria yacía un Jimin bajito y rechoncho junto a un Yoongi con lentes. Para la primera foto suya de secundaria Yoongi ya no tenía sus grandes lentes pero si acné, y Jimin sonreía mientras pasaba con algo de esfuerzo su brazo por el cuello de su mejor amigo.

Mejor amigo.

Tantos años... y nunca creyó eso; perder a su mejor amigo por siempre.

Siempre sus madres apostaban a que ambos serían unos excelentes padrinos de bodas, y aseguraban que saldrían en citas dobles con sus novias.

Si ellas tan solo supieran lo distinto que era todo.

Bite Me «Y.M» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora