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Jimin miró a su odontólogo, y luego a su madre, y así sucesivamente.

— Solo serán unos meses Jimin —aseguró el hombre— así que no te preocupes.

— ¿Y si se me queda la lengua entre esas cosas? — miró asustado a su madre.

— No cariño, no pasará.— aseguró la mujer.

— Solo dolerá un poco, pero será poquito. — el hombre le sonrió con su perfecta dentadura.

— Está bien...

[...]

Yoongi salió de su curso, literalmente no entendía a sus compañeros, eran muchos más tranquilos que los de las primaria, pero en dos segundos podían ser súper ruidosos y molestos. Agradecía que en hora libre no viniese algún profesor o profesora a darle la clase faltante. Caminó dirigiéndose a otra galería, pronto tocarían el timbre, así que no estaba nada mal esperar a su amigo.

Se sentó en una banca que había cerca al curso de primero y sacó su celular para ver los mensajes del grupo de su curso, eran puros memes y videos así que aprovechó para distraerse un buen rato.

El molesto timbre sonó y varios alumnos salían, también uno que otro profesor se ponían a conversar entre ellos.

Jimin llegó, y simplemente se sentó, regalándole una diminuta sonrisa. Yoongi lo miró medio raro. ¿Y ahora qué había hecho a demás de haber nacido para que el menor no le hablara?

—Hola.

Jimin asintió en respuesta. Dándole otra sonrisa de labios cerrados.

— ¿Cómo andas? Ayer te olvidaste en mí casa los auriculares.

Él asintió una vez más y levantó su pulgar.

— ¿Qué pasa? ¿Te han hecho algo? Sabes que si alguno te hizo algo puedo decirle a Ho-

El menor puso su manito en el brazo de su mejor amigo y negó. Yoongi lo miró confundido y Jimin suspiró frustrado. Juntó sus dientes y separó sus labios, mostrando así los molestos brackets que se ajustaban en la superficie de sus dientes.

— Oh— Yoongi se agachó un poco observando de cerca los dientes de jimin.— Se te ven lindos.

— No mienta hyung.

— ¡Hasta que hablas, niño! Creí que te quedarías mudo, ¿sabes es estrés que me quitaría eso?

— ¡Yoongi! — Jimin golpeó el brazo del mayor.

— Oh, no, a mí me respetas — apretó la nariz de su amigo.

El menor lo miró ofendido por haberle apretujado así y el mayor salió corriendo en dirección contraria mientras reía por el rostro de su menor.

[...]

— Por eso no debes correr Yoongi — la señora Min le tendió a su hijo una bolsa con hielo.

Yoongi asintió con su cabeza y se apoyó la bolsa en su pómulo. Miró a Jimin que estaba recostado en su cama mientras comía unas galletas y veía una caricatura en la TV.

— Es tu culpa — acusó el mayor — mí hermoso rostro está arruinado por ti. — hizo una mueca dramático y lloriqueó falsamente.

— No es mí culpa que a su rostro le guste el suelo — se encogió de hombros— de todas formas, no te preocupes tu rostro sigue igual.

— ¿Hermosamente sexy?

— Nop, horriblemente deforme.

Yoongi le tiró la bolsa con hielo, y lo próximo que oyó fue un llanto. Genial, ahora habían dos lesionados.

— Uyuyuy, perdón Jiminnie — se acercó y revisó el rostro de su amigo. Tomó la mano del menor, la cual cubría su ojo y comenzó a revisar debajo, al parecer no fue gran golpe. — Oye, ¿dónde te duele si..? ¡JIMIN!

El menor rió escandalosamente cuando se separó de la mano del mayor. La hilera de dientes habían quedado plasmados en la pálida piel tornándose poco a poco colorado.

— Te odio, engendro del demonio.

— Yo también lo quiero hyung. — dejó un sonoro beso en su mejilla y ambos pasaron la tarde viendo una maratón de los Looney Tunes.


Bite Me «Y.M» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora