10; "flores"

3.5K 351 356
                                    

"La niña nueva es rara"

Las chicas murmuraban entre ellas mientras la inocente Eleven caminaba despacio tomada de la mano con Mike.

Cuando ella llego, la atención hacia otras chicas se fue al suelo, y Eleven fue coronada como "la más linda de la escuela".

Para otras chicas ese seria un privilegio, algo que presumirían a todo el mundo. Pero para Elle, no era más que un fastidio. Odiaba las miradas que los chicos le daban, odiaba que en sus momentos con Mike alguien se acercara a decirle que hoy se veía muy linda, odiaba que todos la vieran como si fuera un juguete.

Pero lo que más odiaba, era sin duda que gracias a eso, Mike se molestaba con ella y Eleven no lo entendía. Siempre que un chico se acercaba a decirle algo, Mike se ponía molesto y no la tomaba de la mano ni la besaba ni la abrazaba.

Era demasiado inocente para darse cuenta de que Mike estaba celoso, y a pesar de que el pelinegro ya se lo había explicado, ella no entendía del todo.

Así que después de la escuela y de que Mike volviera a hacer lo mismo, decidió que iría a casa de Max a resolver sus dudas.

–¿Mike?–

Pregunto la chica entrando lentamente a la habitación de Mike, solo para encontrarlo dormido en su cama.

Sus ojos estaban cerrados y ella le puso atención al rostro del chico, vio su cabello alborotado, sus lindas pecas y sus labios.

El corazón de Eleven se aceleró y sus mejillas enrojecieron, derrepente tenia unas ganas inmensas de juntar sus labios con los de Mike.

Con miedo y pena, se acerco al rostro del chico y dejo un beso en su mejilla mientras se acomodaba un mechón de cabello, cuidadosa de no despertar a Mike.

–¿Eleven?–

Una voz la hizo apartarse rápidamente del chico, su corazón latía a mil por hora y vió a Nancy con una mirada confusa parada en el marco de la puerta.

–Yo solo estaba...–

–¡Aww! Que bonito.–

Eleven sentía el rostro ardiendo, trago saliva y camino hacia Nancy.

–Voy a ir a casa de Max.–

Dijo Eleven, Nancy solo asintió y caminaron las dos fuera de la casa.

Mike abrió sus ojos y sonrió, poniendo su mano en su mejilla.

🌹

–Tal vez solo esta celoso.

–¿Celoso?–

Eleven recordó que Mike ya había mencionado la palabra antes, recuerda que le había explicado pero ella no termino de entender.

La castaña jugaba con sus dedos mientras su mejor amiga estaba acostada en su cama, pasar tiempo con Max era divertido para ella pues Max le ayudaba a entender cosas que no sabia.

–Si, celos, cuando alguien a quien quieres esta con alguien mas.–

Dijo la pelirroja mientras se incorporaba pra sentarse en el borde de su cama, Eleven mordio su labio inferior intentado recordar alguna vez que ella se acercara a otro chico.

Solo pudo pensar en Dustin, Lucas y Will, pero estaba segura de que Mike sabia que ellos no querian ningun tipo de relacion con Eleven mas que amistad.

Entonces recordó las veces que chicos se acercaban a decirle que se veía linda, y todo se aclaro. Mike estaba celoso de los chicos que se acercaban a ella.

–Los niños se acercan a mi.–

Menciono la castaña captando la atención de Max, quien confundida vio a Eleven por unos momentos esperando una explicación.

–Ellos me dicen que me veo linda o me dan cosas.–

Termino de decir Eleven, Max suspiro y se acercó a la chica para tomarla de los hombros.

–Mike cree que ellos te gustan Elle, tienes que demostrarle que no es así.–

Eleven asintió y dio las gracias para después salir de casa de Mike, había hecho un plan, para decirle a Mike lo mucho que lo quería y que ella solamente lo quería a el.

🌹

Mike estaba preocupado, Eleven había salido de casa desde las 4 p.m. y ya eran las 9 p.m. y no había rastro de la castaña, Nancy incluso había salido con Jonathan a buscarla pero volvieron sin éxito.

De nuevo, se había perdido, y Mike no pudo evitarlo. Justo como antes.

Tenia miedo, de que Eleven no estuviera a salvo y el ultimo recuerdo que tuvo de ella fue como salía de su habitación, sin siquiera decirle adiós.

No pudo evitar que las lagrimas comenzaran a caer de sus ojos, lagrimas tibias y llenas de dolor. Se repetía mil veces internamente que Eleven estaba viva, que volvería en cualquier momento. Pero cada minuto que pasaba sus esperanzas se apagaban.

Desesperado, salió de casa ignorando los gritos de Nancy y su madre, se monto en su bicicleta y comenzó a pedalear, no sabia a donde, ni porque, pero lo ultimo que quería era estar cerca de su familia.

Su corazon dolia y sentia como su pecho ardia fuertemente. Realmente le dolia la idea de perder a Eleven por segunda vez.

Su bicicleta comenzó a fallar y Mike cayo al suelo fuertemente, su cuerpo choco contra el duro pavimento y sentía como un liquido tibio bajaba por su frente. Cerro los ojos intentando aguantar las lagrimas de dolor.

–¿Mike?–

Una suave coz conocida lo hizo abrir sus ojos, y se encontró con unos ojos color miel llenos de brillo.

Rápidamente se levanto como pudo y abrazo a Eleven mientras sollozaba, sintió como el dolor en su pecho comenzaba a disminuir y su cuerpo dejaba de temblar.

–Perdón, perdón, lo siento, no vuelvas a irte, no vuelvas a hacerme esto. No volveré a molestarme contigo, te lo prometo, pero no vuelvas a irte así.–

Mike hablaba con pausas mientras Eleven posiciono sus manos en la espalda del chico. Ella no entendía que estaba pasando, pero le dolió ver a Mike llorando así.

–Lo siento.–

Dijo la chica soltando la bolsa de compras que sostenía en sus manos para aferrarse aun mas fuerte a la espalda de Mike.

Mike se separo de ella y la castaña limpio las lagrimas del pelinegro con sus manos, el le sonrió y vio confuso la bolsa de compras que estaba en el suelo.

–Yo... compre eggos, y vi en una película que los chicos le daban flores a las chicas y compre flores para ti. Max me dijo que estabas celoso porque otros niños me dejan cosas lindas pero yo solo te quiero a ti.–

Dijo ella apenada, Mike veía atentamente a Eleven como si de arte se tratase. Y eso era para el: arte. Una obra tan precisa y delicada que con el roce de un pétalo podía romperse.

Mike le sonrió y se acerco para dejar un beso corto en sus labios. Recogió la bolsa del suelo y tomo la mano de Eleven.

–Ven bebé, vamos a casa.–

light ;; milevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora