Asperger ❤️ TaeKook

011

Hay una sesión que recuerdo más que las otras; Taehyung sentado frente a mí, estábamos en el consultorio de la academia, con el señor Young. Como todos los viernes. Mi hermano estaba jugando con una vaca de juguete, parecía encantarle y me estaba ignorando. El señor Young estaba en su habitual silla, con las manos entrelazadas y miraba con detenimiento nuestras acciones.

"Puedo jurar que está describiendo todas las partes de la vaca, con sus órganos y demás" musita de pronto.

Lo miro. Él me sonríe.

"Taehyung nunca me abraza" dije sin más, no tiene nada que ver con la vaca, pero solo quiero respuestas.

"Por supuesto que lo hace, a su manera" me responde acomodándose en la silla.

" ¿Cómo?" insisto y él mira a mi hermano.

"Taehyung" llama, y él se queda un momento quieto antes de mirarlo con sus grandes ojos ", dale un abrazo a tu hermano."

Taehyung me mira, luego arruga la nariz y cierra los ojos con fuerza mientras sonríe. Sonrío porque se ve adorable.

"Así es un abrazo para Taehyung, él lo ha creado" me explica el señor Young y yo lo observo confundido ", pero a él le gusta aprender. Si quieres que te dé un abrazo común, enséñaselo y él aprenderá."

Ese día entendí que al no recibir cariño, mi hermano había creado sus propios mecanismos de muestra de afecto. Y yo solo debí prestarle más atención para darme cuenta. Por ejemplo, para dar un beso, hacía bizcos. Y, aunque era tierno, le enseñé a Taehyung a dar abrazos y beso comunes. Al principio, mi hermano se molestaba cada que lo abrazaba o le daba un beso en la mejilla. Se ponía tenso y cerraba los ojos con fuerza o se balanceaba de atrás a adelante. Unos meses después, Taehyung me abrazaba y besaba cada vez que se lo pedía. Todo era cuando se lo pedía.

"Lo correcto es pedírselo, o avisarle que lo harás" me explica el señor Young en otro viernes mientras el otoño se acercaba. "Ya que Taehyung no sabe cómo actuar por veces, hay que indicarle que es lo que queremos y él actuará según lo que considere correcto."

Una tarde, mientras esperábamos a que llegaran a traernos, mientras las hojas se desprendían de los brazos de sus madres árboles, y mi hermano las coleccionaba de diferentes formas y tamaños, hablé con él de una manera diferente. Curioso de su vida.

"TaeTae, ¿cómo es el psiquiátrico?"

"Grande y blanco," dice ordenando la baraja de hojas secas en sus manos "con muchas habitaciones y muchas personas."

"¿Te hacen daño?"

"No. No son como papá."

"¿Extrañas a papá?"

"Sí, mucho."

"¿No lo odias?"

"¿Por qué debo odiarlo?" me mira fugazmente antes de seguir jugando con sus hojas. Se lleva una a la oreja y la posa ahí.

"Porque te ha hecho daño, tú mismo lo dijiste."

"No puedo odiarlo, él me ha hecho daño porque no me entiende" sonríe, y es una sonrisa pura y verdadera. "No podemos odiar a esas personas, solo ayudarlos... Y..."

"¿Y?"

"Y yo amo a papá" responde.

"¿Y a mamá?" sus ojis se iluminan suavemente.

"Sí, a mamá también la amo y la extraño mucho" toma la hoja y la sube hasta dejarla caer. "¿Me extrañará ella a mí?" susurra.

"Lo hace" le miento, porque mamá se ha vuelto una desconocida "¿Y a mí?"