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Dos años después después.

-Basta nana- dije a Elbeth para que me dejara de hacer cosquillas, una mujer de treinta años que literalmente me había criado más que mis propios padres. Elbeth es todo un ángel, ella jamás tuvo hijos ya que la criaron para criarme, suena extraño , pero así es: a las nanas reales le prohíben formar una familia propia ya que se supone deben vivir solo para criar a los hijos de los reyes, es muy triste ya que creo que ella hubiese sido una gran madre... de hecho, es mucho mejor madre que la mía, ella solo viaja con mi padre a asuntos diplomáticos, Elbeth fue la que me crió. 

Dicho esto paró en seco las cosquillas-¿crees que estás muy grande para las cosquillas?- dice mientras finge estar indignada -pues creo que su majestad no requiere más mis servicios como nana - dicho esto se levanta del piso y se dirige a la puerta.

-solo el servicio de cosquillas- respondí poniendo mis brazos en jarra , a lo que ella rió feliz, pero de un momento a otro cambió su felicidad por un gesto melancólico.

-¿quieres escuchar una historia?- pregunto dirigiéndose al balcón, ya había anochecido y se veían unas hermosas estrellas.

-okey, ¿de que se trata?- pregunté mientras caminaba a su encuentro -¿de misterio, de terror, de amor?- pregunté caminando con ella hacia el borde del balcón, pero ella se vio interesada en el último género.

-¿amor?- preguntó mirándome con un gesto pícaro  -no me digas que los rumores son ciertos- dijo ella, a lo cual yo quedé estupefacta.

-¿que rumores?- pregunté urgida por saber de que se hablaba.

-las paredes dicen que haz puesto tu atención en el hijo del domador de caballos, Leoni, ¿no?-dijo maliciosa.

-solo rumores- aseguré para no caer en su juego, pero la verdad era que lo consideraba un ángel: con su cabello castaño rizado, sus ojos verdes y su sonrisa. Lo malo es que nuestro contacto más cercano es cuando el me entregaba a mi yegua, blanca, una hermosa potranca de color blanco, que hace perfecto contraste con el suyo, un potro negro de dos años al cual llama onix , que aunque aún no tenga la edad para ser montado el se esmera por amansarlo desde temprana edad.

-oí que está comprometido con la hija del panadero- el alma se me fue al piso, pero para ser sincera igual no había oportunidad de algo, ya que seguramente yo también lo esté a alguien, soy la futura reina y no hay reina sin rey; al menos no aún, yo espero poder cambiar eso algún día.

-oh, pues, me alegra saberlo- dije mirando el cielo, la noche estaba muy hermosa, pero algo dañaba el paisaje, una pequeña fogata en el horizonte.-nana, mira- dije señalando la luz.

-que extraño-murmuró ella frunciendo el ceño y mirando con extrañeza el punto, de pronto sus ojos se volvieron grandes y muy abiertos con una expresión de terror en sus ojos, así que aparte la vista de su rostro y busque lo que le asustaba tanto en el horizonte: decenas de fogatas en la linea del horizonte alumbraban la noche.

-nana, ¿que pasa?-pregunté sin entender que le causaba tanto terror, pero ella no me contesta, por el contrario, me arrastra desde el balcón hasta el interior de la habitación fuera del alcance del umbral murmurando una y otra vez  -no, no, ella no.

-¡¿qué está pasando?!-grité frustrada. a lo que ella respondió al fin, parecía que se había quedado encerrada en su mente.

-tenemos que irnos- dijo apurada- debemos ir a la torre sur, trae los libros que sacaste de ahí.

Todo en mi cabeza esta revuelto, tengo demasiadas preguntas: ¿por qué a la torre sur?,¿qué pasaba?, ¿por que debíamos irnos?¿como sabía que tenía esos libros?, tantas cosas; sin embargo me pareció que no era el momento de ponerme curiosa, así que sin dudar tomé los libros y la seguí por el castillo.

Cuando estábamos a unos metros del salón del trono, un estruendo sonó y no eran campanadas, eran golpes muy fuertes, y tenían que ser para el castillo, ya que ambas caímos al suelo tras el temblor que produjo el estruendo y observamos desde el piso como el techo abovedado con pinturas de todas las generaciones de mi familia se agrietaba y caían de el pequeños escombros; el pánico se apoderó de mi y quede tiesa y sin poder moverme, pero reaccione al jalón de Elbeth quien ya se había levantado. Ahora adicional se escuchaban los gritos de todos en el castillo.

Ambas corríamos por los pasillos del castillo y nos detuvimos en frente de un tapiz, el cual ella arrancó de la pared, dejando al descubierto una puerta, al momento de abrirla se escucharon voces de todos en castillo gritando.

-¿dónde están los guardias?- pregunté a mi nana, quien no parecía más que un perro guía o un lazarillo al cual yo seguía por el angosto pasillo oscuro que parecía saberse de memoria.

-es mejor no saber- dijo sin dejar de correr, ya el aire me faltaba en los pulmones y mis piernas demandaban que parara.

-¿por qué huimos?- pregunté,ya el miedo no me dejaba seguirla sin hacer preguntas y mi cabeza se llenaba de cosas como: ¿y si ella es la mala y te esta llevando directamente a tu muerte y o captura?, entonces me paré en seco sin prestarle atención a los escombros que caían del techo   -no me pienso mover un segundo más hasta que me digas que está pasando- dije resistiéndome a su jalón que indicaba me siguiera moviendo.

-Filia no es momento de estupideces, muévete si no quieres que nuestro pueblo muera contigo- eso me sonó a amenaza, así que en el siguiente jalón me zafe de su agarre-¡no me voy a mover!-grite haciendo eco en el pasillo, por el cual de pronto pasó una bandada de murciélagos.

-las fogatas significan que impius está aquí y que ha venido por la primogénita,osea tu, así que si no te mueves las dos vamos a morir en vano- dijo con un tono de ira contenido, de nuevo otro estruendo, pero esta vez venía del pasillo dónde estábamos-demonios.

de pronto se escucharon voces dentro del pasillo y mi nana me jaló hacia ella -¿aún tienes los libros?- preguntó a lo que yo asentí confundida sintiendo los libros apoyados contra mi pecho por mi brazo izquierdo, luego de esto me abrazó -ve delante y no pares,no importa lo que oigas, sabes debajo de que tabla deslizarte - dijo y me empujó por delante de ella -¡corre!.

Sin mirar hacia atrás corrí hacia el bloqueo de tablas donde me deslice debajo de la misma tabla por la cual me deslice hace dos años lo más rápido que pude y como no soy muy alta pase fácilmente, al estar del otro lado me volteo y no veo a Elbeth, estoy sola...


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