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-¿qué hace un espejo en un lugar así?- le pregunté a Paris, quien se acercó a mi con paso lento pero firme.

-está para ti- afirmó  mientras se detenía a mi lado, creo que por mi ceño fruncido entendió que no se explicaba con claridad y prosiguió con la explicación- hace mucho tu viniste y dijiste que a este lugar le faltaba un accesorio que reflejara la belleza de este lugar, obvio no te acuerdas, pero lo hiciste.

-¿cuando?- es cierto no lo recordaba, pero sus palabras denotaban nostalgia así que le creí.

-eras una bebé, tendrías dos años- aclaró, pero eso dejaba más vacíos.

-¿que hacía yo aquí?- 

-viniste a recibir tus dones- aclaró ahora algo molesto y ensimismado-pero no pudimos terminar la ceremonia y no puedes exteriorizar, ¿quién diría que ahora eso sería una ventaja?.

-disculpa, pero no entiendo nada de lo que dices, se claro , explícame con manzanas y peras si es necesario- me estaba hartando de los vacíos que iba dejando a medida que hablaba:¿dones?,¿ceremonia?,¿exteriorizar?,¿ventaja?... arggg, me saca de quicio no saber las cosas, eso me llena de inseguridades, me gusta tener el control sobre las cosas y desde hace mucho tengo de todo menos eso.

-dame tu mano-me pidió.

-¡no cambie el tema, me arrastraste hasta aquí, así que necesito respuestas, ya me canse que todo sepan que pasa menos yo, ya basta!-me enloquecía la idea de ser un títere en sus planes, un títere sin derecho a saber nada- ¡hace mas o menos año y medio que no se nada de lo que pasa; pensándolo bien : nunca he sabido nada de lo que pasa!.

Antes de que pudiera seguir gritándole me tomo de la mano y todo se volvió blanco: no había paredes, ni piso, no había un arriba o un abajo: estaba flotando un completo vació.

-Paris, esto no es divertido- musite muerta de miedo, ¿acaso mi inseguridad había tenido razón?, no. al instante escuché la voz de paris, muy clara en mi mente,"no te asustes, estás en mis recuerdos".

-eso no me ayuda a calmarme- le replique algo histérica pero sin gritar -¿como es que estoy en tus recuerdos?- le pregunté, pero caí en cuanta de que tal vez hablase sola -excelente, estoy hablando con el vacío-me rezongué a misma, pero de inmediato recibí respuesta "no estás hablándole al vacío Filia, me hablas a mi... en teoría".

-SÁCAME DE AQUÍ- le exigí histérica, pero el respondió muy pacifico "no hasta que tengas respuestas" y así como lo dijo apareció ante mis ojos todo lo que quería saber.. era como estar allí, pero de alguna forma sabía que no estaba yo realmente allí. "Fili, una cosa más" me pidió "no nos odies"

No le contesté, solo veía como pasaba todo: estaba en la misma habitación de hace unos momentos ,yo era una niña pequeña y muy adorable, estaba en brazos de mi nana mientras que mis papás estaban  a cada lado de Elbeth, hasta de bebé ellos jamás estuvieron ahí, mientras estaba en brazos de nana un hombre alto y calvo entró en la habitación.

-Elbeth, baja a la niña- mi nana dudó un segundo, pero a la final me dejo en el suelo, una vez en el suelo puse mala cara y le alcé los brazos a mi nana para que me volviera a cargar , hasta de niña era toda una gruñona, pero ella se negó a volverme  cargar. el anciano me tomó del suelo y me cargó, una vez en sus brazos el anciano me puso en un pedestal que estaba en el fondo del salón, donde ahora está el  espejo, y empezó a susurrar cosas ininteligibles, pero se escuchaba la voz de mis padres, la de mi nana y la de Paris repitiéndolas, como si fuese algún tipo de plegaria y a mi alrededor empezó a arder un fuego de un azul muy vívido -esta niña no va a vivir mucho- musitó el viejo mientras se alejaba de mi.

-¿que no va a vivir mucho?- preguntó mi madre algo espantada, primera vez que la veo preocupada.

-¿cuanto?-preguntó mi papá moviéndose de cito y abrazándola fuertemente, como si temiese que mi madre se rompiera en mil pedazos.

-eso depende- respondió enigmáticamente el anciano, parecía disfrutar de mantenerlos en la duda, pero a la final terminó por hablar -ella morirá poco antes de cumplir trece y ustedes caerán en un profunda depresión que barrera con su reino, ese es su destino- anunció el anciano, así que no creo que sea necesario darle algún don que valga la pena.

-Debe de haber una forma-insistió mi mamá más preocupada -haré lo que sea- insistió al borde de las lágrimas, era extraño ver a mi mamá así, casi nunca la veía y cuando la veía era algo indiferente - lo que sea- repitió.

-lo que sea- le reconfortó mi padre, esto era casi insólito, mi padre ni siquiera me hablaba.

-sus vidas  por la de ella- soltó bruscamente el anciano, pero mis padres no flaquearon, ambos asintieron solemnemente, aceptando resignados la condición de mi vida. Entonces el viejo los invito a que le estrecharan las manos y eso hicieron. - creo que hora vivirá mucho más- dicho esto se acercó nuevamente a mi, quién, inmóvil dormía en el pedestal, y puso ambas manos sobre mi cabeza.Unas horas después desperté con un gran y sonoro bostezo y solté la ocurrencia del espejo.

De pronto había vuelto a la habitación y estaba sentada en el suelo con Paris viéndome fijamente a los ojos- ¿entiendes por qué no los salvamos?- ahora si, era su vida por la mía, ellos deberían estar vivos yo no-falta un recuerdo más, pero es tuyo.

-¿qué?- como podría ir  un recuerdo mío.

-¿recuerdas cuando te mostraron lo que tu corazón deseaba?- preguntó Paris cautelosa-mente.

-por supuesto que si- respondí con lágrimas en los ojos, tal vez no éramos muy cercanos, pero me dolió verlos morir, y aunque se me fuese la vida en ello no podría describir como se siente - acababa de despertar, estaba en la tienda de Fergus y Leoni, me llevaron un tazón con una sustancia parecida al agua, y ahí se reflejó lo que más quería: ver dónde estaban mis padres- respondí con un nudo en la garganta.

-sigue- me pidió Paris.

-pensé que me volvía loca al ver la imagen de mis padres en el carruaje con Impius, vi como mi papá abrazaba a mi mamá y como ambos se besaron una última vez antes de que Impius cerrara ambas manos y los asfixiara- la voz se me ahogó en la última palabra y no pude reprimir un sollozo que salió desde el fondo de mi garganta.

-recuerda mas detenidamente, ¿tus padres se veían con miedo?- preguntó calladamente.

-no- respondí muy bajito - se veían aliviados, sabían que tenían que morir para salvarme.

-El anciano que viste en mis recuerdos era Impius- dijo dolido - el se rejuveneció gracias a las artes oscuras, por eso se ve tan diferente, él invadió reinos luego de tu ceremonia sabiendo que pronto el reino más fuerte: el tuyo, caería sin remedio, el prometió mantenerte viva no mantener en pie al reino, se provechó de tus padres... de todos.

-y dejó la ceremonia sin terminar- agrego- se aprovechó de que no sabian nada de esas cosas y lo dejó sin terminar.

-yo era muy nuevo y no estaba familiarizado con ese tipo de ceremonias y el lo sabía, ya decía yo que era muy afortunado por el privilegio- agregó, el no tenía la culpa de lo que había pasado, la cabeza me daba vueltas y sentía que en cualquier momento mi cerebro daría por sentado que era demasiada información por ahora y me desconectaría.

-¿y el libro es para enseñarme a lo que sea que sea exteriorizar?.

-no, el libro es para aprovechar que no puedes exteriorizar y usarlo en contra de impius- ahora todo era claro, yo era el arma que ellos necesitaban para recuperar todos los reinos que había invadido impius después de enloquecer de poder, no era por un capricho de libertad, no era por mi reino solamente, era por todos los que sufrieron destinos incluso peores que el mio - es suficiente por esta noche, debes descansar.

-no- le detuve - yo no necesito dormir, yo necesito respuestas ¿por qué es una ventaja?.

-lo sabrás pronto, pero debes dormir- y luego todo se desvaneció, para cuando desperté estaba en mi tienda, acostada en mi hamaca y ya era de mañana.¿había sido un sueño? no, había sido muy vivido como para que fuera eso.


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