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Al llegar a mi tienda me bajé del caballo con dificultad, ya que absolutamente todo me dolía y la cortada en el labio me ardía un poco,al no estar costumbrada a  esta clase de fatiga me apoye un momento en el caballo para poder seguir; al estar a unos diez pasos de el Leoni llamó mi atención.

-¿quiere que lo ate por usted?-pregunto señalando al potro moteado, por un momento había olvidado que ahora era mio y, aún más importante, que no era su obligación amarrarlo.

-no, yo lo hago- respondí acercándome a paso adolorida-mente vencedor hacia el caballo y tomando la cuerda de la silla de montar, estaba ansiosa por recostarme en mi hamaca y atender mi labio sangrante. 

-si quiere puedo hacerlo, se ve que está agotada princesa- termino por decir, yo obvio puse mala cara.

-ya le dije que no me diga princesa- dije a medida que marraba a Xasha a un árbol cercano -aquí ambos somos guerreros y solo eso- dije dándole un último jalón a la cuerda para asegurar a xasha -o al menos usted, yo soy un intento de eso, ni siquiera puedo vencer a un niño de once años- la forma hombruna en que había sacado la cuerda de la silla y amarrado a Xasha me sorprendió demasiado. ¿como era posible que trece años de ser una princesa consentida se habían borrado casi por completo al estar solo un año aquí? .

-al menos a usted la empezaron a entrenar casi de cero- intervino el muchacho sacándome de mis pensamientos- a mi me soltaron con las bestias de mi edad aún sin saber pelear y aunque no lo demuestre estoy incluso más adolorido que usted- finalizó, en ese momento me sentí una niñata chillona, el tampoco sabía pelear antes de eso y el no chillaba de dolor, ni se recostaba en los caballos para descansar, *bueno, es que el es un "hombre" y lo hn enseñado  no mostrar debilidad, y menos frente a una "dama"* pensé mientras me despedía de el y entraba en la tienda.

En la noche aproveché que todos dormían y me escabullí al rió donde me sumergí en sus frías guas que me aliviaban el dolor -maravilloso-  murmuré mientras el frió me recorría, ya tenía un buen rato en el río completamente en calma hasta que un crujido me sobresaltó, instintivamente me sumergí en el agua hasta los labios, eso y la oscuridad de la noche harían invisible todo lo que estuviese debajo del agua.

-perdóneme Filia- se disculpó Fergus -no estaba en la tienda y vi que había huellas hasta el rió y sonaban chapoteos, pensé que se la habían llevado-explicó el hombre, ahora de espaldas al río, aproveche para nadar hasta la orilla y envolverme en la manta que había dejado sobre una roca, al salir le contesté de forma poco educada.

-Fergus, una dama debe asearse, y por si no lo ha notado la noche es mi única oportunidad para hacerlo ya que en el día me encuentro revolcándome en el suelo dando golpes a niños de los cuales no me puedo defender muy bien-estaba pagando todas mis rabias con el- y como ya le he dicho, que tenga que convivir con hombres todo el tiempo, y últimamente pelear como uno, no significa que deba convertirme en uno.

-perdón para la próxima seré más cuidadoso.

-no habrá próxima Fergus- espeté y me dirigí húmeda, avergonzada y furiosa a mi tienda,  estos hombres definitivamente jamás se les había enseñó como tratar a un "dama".

-el consejo quiere verla Filia- murmuró el hombre avergonzado- no debemos hacerlos esperar, vístase con algo decente- anunció y luego se aclaró la garganta tratando de recuperar la voz.

-creo que no me entendió Fergus, no iré a ninguna parte y si tiene algo de vergüenza no aparezca en mi presencia en al menos dos días- insistí sin dejar de caminar a la tienda, y cuando al fin llegué me percaté que había otro tres hombres con él, mirándome con la misma cara de decepción que Dex el primer día -magnifico- murmuré sarcástica -más observadores.

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