Capitulo 10: "Malos entendidos"

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Capitulo 10.

Sol llegó a la casa, y obvio los de seguridad la dejaron entrar. Ella, Monica y Enrique, podían entrar sin ser anunciados.
Entrando, escuchó música desde la sala así que fue allá, suponiendo que era Sebastian.
Se sorprendio al ver a una mujer sentada "chinito" en el sofá. Primero analizó la situación: Su hermano nunca deja que alguna de sus... "Zorras", como les decía ella, se quedaran allí sin estar él presente. Supuso que estaría por ahí. Pero volvió a analizar, esta vez su suposición: Las zorras, cogían y se iban, no se quedaban a otra cosa, ni mucho menos con sus cosas.
Prestó atención a la mujer sentada en el sofá, de espaldas a ella. Estaba escuchando a Beethoven, sinfonía 7. Funció el ceño. Las zorras no escuchan a Beethoven, para ellas, Beethoven es el perro de la película. Se acercó, aprovechando que esa chica estaba tan metida en el libro que leía, que no se daba cuenta de su presencia. Walt Whitman, hojas de hierba, las zorras no leen a Whitman, para ellas el único Walt que hay, es Disney. "¿Qué mierda es esto?", se preguntó. Se aclaró la garganta para que se diera cuenta que no estaba sola, pero no pareció escucharla. Volvió a hacerlo, y nada.
- Hola.- dijo casi en un grito, Carina se levantó de golpe cerrando el libro, asustada. La miró, se acerco al toca discos para detener la música. Se dio vuelta y la volvió a mirar.
- Hola. Perdón, no la vi.- dijo nerviosa.
- Me di cuenta.- Sol la miraba seria.
- El Señor Estevanez no está.- murmuró. Sin poder sostener la mirada, la bajó a sus manos.
- ¿No está?.- "Okey, esto no es bueno... ¿O lo es?", pensó Sol. Carina negó. - ¿Quién sos?.- Carina se estaba por presentar pero ella la interrumpió. - No, no me interesa. ¿De qué prostíbulo te sacó?.- dijo sarcástica. El corazón de Cari empezó a latir con mucha fuerza, y ella empezó a temblar. Tenía miedo.
- Creo que se esta equivocando, yo no soy quién cree.- dijo con la voz temblorosa. "¿Quién es esta mujer y por qué sabe de mi?", se preguntaba.
- Oh, no te molestes. Se que sos una de las tantas zorras con las que Sebastian se acuesta cada semana.- Carina estaba al borde de el llanto. Nadie la trataba así desde que salió de allí, y mucho menos le decían "zorra", como lo hacían el cerdo numero dos y el numero tres.
- De verdad, se esta equivocando.- dijo con un hilo de voz.
- ¡Ay, por favor!.- levantó la voz, irritada. - Ya te dije que no te molestes. Solo molestate en dejar esta casa en este instante. Estoy segura de que a Sebastian no le va a gustar verte rondando por la casa cuando vuelva. No intentes volver, él rara vez las repite. Y ni se te ocurra querer colgarte de él con alguna excusa, porque te aseguro que no vas a conseguir nada más que una miserable cantidad por tu servicios. Sos una puta como todas sus "candidatas", una puta que solo quiere plata, ¿Y esas sabes como se llaman?, PROSTITUTAS.- le dijo enojada.
- ¡Basta!.- le gritó Cari, llorando. - ¡Usted no sabe nada de mi!.- volvió a gritar y salió corriendo. Sol se sorprendió, las pocas que se había cruzado le contestaban de una manera más... Atrevida y maleducada, no llorando, pero se sintió bien de todas maneras. Pasando por la entrada para subir las escaleras, Carina se cruzó con Sebastian.
- Señorita Zampini, ¿Qué pasa?.- preguntó preocupado. Ella apenas lo notó pero no se detuvo, subió corriendo con los ojos llenos de lágrimas. Él iba a seguirla pero vio a Sol, enseguida entendió todo. Puso los ojos en blanco. - ¡Mierda Sol, ¿Qué le hiciste?!.- le dijo enojado.
- No hice nada malo, solo le dije unas cuantas verdades.- haciéndose la inocente.
- ¡Carajo!.- iba a subir pero ella lo frenó agarrandolo del brazo.
- ¿Qué haces?.- él la miró, con esa mirada fría que le daba a todos, pero a ella nunca, nunca a su hermanita. Ignoró eso y siguió, terminando la frase.- Seguro fue a buscar sus trapos, ya te la sacas de encima. De nada.- dijo divertida. Él no estaba divertida, para nada.
- Ella no se va a ir porque vive acá. Oh, más te vale no se quiera ir.- dijo enojado, y nervioso a la vez. Era consciente de que tal vez, después de lo que sea que Sol le dijo, querría irse. Subió a toda prisa, dejando a Sol con la boca abierta. Al llegar golpeó la puerta apretando los dientes, se escuchaba su llanto desde afuera. Ella no atendió ni dijo nada. Volvió a golpear y de nuevo nada. - Señorita Zampini, se que esta ahí, por favor abrame.- ella seguía llorando sin decir nada. - Por favor, necesito hablar con usted.- le dijo con la voz más suave que de costumbre, una voz a la que ella no se resistía.
- Esta abierto.- dijo ella, sin parar de llorar. Él funció el ceño, ni siquiera se le había ocurrido abrir, al menos intentarlo. Abrió la puerta y cerró los ojos, apretando los dientes nuevamente, ella estaba en el rincón, como cuando la conoció. Cerró la puerta y caminó hacía ella, se sentó a su lado. Cari tenía la cabeza escondida en sus piernas.
- No le haga caso, ella no sabe nada.- le dijo queriendo que todo eso termine. Ella lo miró, su cara estaba empapada y sus ojos rojos e hinchados.
- ¿Tanto se nota mi pasado?, ¿Tengo cara de prostituta todavía?.- preguntó llorando más fuerte. Él le agarró la cara intentando, en vano, secar sus lágrimas.
- Su pasado no se nota para nada. Y nunca tuvo cara de prostituta, todo lo contrario, usted es hermosa y adorable.- le dijo sonriendo apenas. Ella bajó la mirada y él hizo que lo volviera a mirar levantando su cabeza. - Ella habla boludeces, no sabe nada, piensa que cualquier mujer que pise esta casa, excepto ella o mi madre, es zorra.
- ¿Por qué?.- preguntó en un susurro.
- Por todas las mujeres que entraron.- ella hizo una mueca de asco. - Si.- murmuró avergonzado.
- ¿Entonces su novia, o pretendiente, o lo que sea.- dijo irritada. Se sentía... Celosa, aunque no lo admitiera. - Ella no sabe de mi?.- dijo dejando de llorar de una vez.
- No. ¡Y no es mi novia, por dios!.- dijo con asco. Ella lo miró. - Es una amiga.- mintió, quería ver si podía ponerla celosa, sin saber que ya lo estaba.
- Si no es su novia, le aseguro que usted le gusta.- sin poder ocultar sus celos, lo peor era que ella no se deba cuenta. - ¿Si no por qué se comportó así?.
- No sé si guste de mi.- dijo divertido. - Y ya le dije, ella quiere cuidarme, piensa que todas las mujeres que se me acercan quieren plata. Aun que así es.- reflexionó.
- ¿Oh, entonces yo quiero plata?.- preguntó sarcastica.
- Se que usted no quiere plata, si así fuera ya se hubiera aprovechado. Además, yo me acerqué a usted.- le sonrió. Ella se sonrojo bajando la mirada. Él volvió a tomar su cara haciendo que lo mire. - Ya no deje que le afecte lo que le dicen, siempre va a haber alguien que la insulte. No estamos en un mundo lleno de angeles, y personas buenas.- ella asintió.
- Sigue siendo difícil. Pero si reaccione así fue porque fue la primera vez que me hablan así desde que salí de aquel lugar.
- Entiendo.- la abrazó. Ella se sorprendió pero respondió al instante, aprovechando para sentir su perfume. Después de unos minutos se separaron. Él se levantó y la ayudo a levantarse.
- Me gustaría decirle a Sol, para evitar otro momento como este.- ella lo miró asustada. - Tranquila, estoy segura de que ella lo va a entender y no le va a decir a nadie.- ella dudo pero al fin asintió.
- Esta bien.
- Voy a ver si sigue allá abajo.- se acerco la tomo de la cara y le dio un beso en la frente. Salió y ella quedó... Quedó media boluda, bastante.
Ya abajo la buscó. Al entrar a la cocina, la encontró sentada en un taburete (?) en la barra, comiendo un sándwich.
- ¿Ya te la sacaste de encima?.- preguntó. Él puso los ojos en blanco y se sentó enfrente de ella. Le explicó todo. - ¿Por qué no me dijiste?.- estaba atónita.
- Mi idea era no decirle a nadie, pero ahora que tuve su permiso, te lo podía decir. Que mamá no se entere, por favor.- ella asintió.
- Por dios, y yo la trate tan mal.- ahora se sentía culpable. - Anda a buscarla por favor, me gustaría pedirle disculpas.- él asintió. Iba a irse pero se detuvo.
- Oh, y cualquier cosa, sos una amiga.
- ¿Qué pretendes, eh?.- preguntó divertida.
- No me podes negar que es hermosa.- salió sonriendo. Sol entendió, por como hablaba de ella, que a él le pasaban cosas, y no solo era calentura. Subió y le dijo lo que queria su "amiga". Carina se negaba pero tras tanta insistencia, aceptó. Bajaron, ella seguía teniendo miedo después de todo.
Entraron a la cocina.



Continuara...

Bueno subo otro hoy porque no subí por mucho tiempo y porque me lo pidieron ahrre... las quiero gracias por leer 💕

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