Capítulo nueve (La sexualidad)

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1 de marzo

Hoy LUCÍ llega a clase y dice que aprovecharemos la hora de tutoría para hablar de la sexualidad. Aunque ya nos había avisado hace unos días, la peña recibe la noticia con gran alboroto.

— ¡Queréis callaros! —grita Luci. Y, luego, cuando todo el mundo se tranquiliza, añade—: A ver, Carlota, a lo mejor tú puedes decirnos lo que es la sexualidad.

¡Glups! Trago saliva.

—La sexualidad es... —Me paro porque no estoy segura. Lo que yo he hecho con Flanagan, ¿es sexualidad? A lo mejor no...—. ¿Es hacer el amor?

Alguien de la clase suelta una risita estúpida.

Luci lanza una mirada entre asesina y severa. Las risitas estúpidas desaparecen como por arte de magia. ¡Qué poder tienen las miradas de Luci!

—No —me contesta—. Hacer el amor es una manifestación de la sexualidad.

—Pues no tengo ni idea —respondo.

—La sexualidad —explica Luci— es un aspecto del ser humano. Nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida, desde que nacemos hasta que morimos.

En el aula se levanta un murmullo, no se sabe si de disconformidad o de admiración.

— ¡Y qué más! —Salta Álex—. No dirás que mi abuela también tiene sexualidad, ¿eh?

Se nota en el ambiente que alguien está a punto de soltar un comentario malicioso. Luci lo cortocircuita con otra mirada contundente y dice:

—Pues sí, te digo que sí. Las personas somos seres sexuales toda nuestra vida...

Como si de repente le llegase la inspiración, Luci se detiene, mira a Álex y dice:

—Respóndeme a una pregunta: cuando eras un niño más pequeño, cuando aún no tenías vello en el cuerpo, ¿alguna vez te había gustado una niña?

La clase contiene la respiración. Ya nadie parece dispuesto a hacer el tonto. Todos se interesan por el tema.

Álex duda. Marcelo levanta la mano.

—Sí. Yo me acuerdo que a los seis años quería casarme con Berta. ¡Me gustaba mucho!

— ¡Puaj! ¡Qué asco! —grita Berta.

—He dicho a los seis años, estúpida. ¡Ahora no me acercaría a ti ni por equivocación!

Todo el mundo se ríe. Se organiza cierto follón. Luci se impone de nuevo. Veintiocho a cero a favor de Luci.

—Venga, callaos.

Nos vamos calmando.

Álex levanta la mano.

—Es verdad, nunca me había dado cuenta pero tienes razón: antes de la pubertad ya me gustaba alguna niña.

Mentalmente, le doy la razón. A mí no me hizo falta tener pechos para saber que un niño me gustaba.

—Del mismo modo, cuando la gente se hace mayor, pierde la capacidad reproductiva, pero no la capacidad sexual.

Pienso en mi abuela Ana y en su amigo, Pepe. ¿Es posible que tengan relaciones sexuales? Claro, ¿y por qué no? Y mi padre. Y mi madre. Y la misma Luci, está claro.

—Toda persona tiene derecho a la sexualidad, porque es una manera de comunicarse con uno mismo o con otra persona y es una forma de experimentar placer.

Nos mira para ver si alguien tiene algo que decir, pero todos callamos como muertos.

—La sexualidad —explica Luci— es mucho más que nuestra biología. La sexualidad es nuestra biología más nuestras conductas y nuestros sentimientos y las experiencias y las fantasías y los deseos y las interpretaciones... Además, a lo largo de los tiempos y a través del espacio geográfico, cada cultura y cada sociedad regula la sexualidad mediante las leyes, las costumbres y la moral.

El diario rojo de Carlota - Gemma LienasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora