Capitulo cinco (La regla)

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9 de febrero

Decido que la regla es un tema cómodo para hablar con mi madre. Le disparo la pregunta cuando la veo sentada en el sofá leyendo un libro.

—Mamá, ¿podemos hablar de la regla?

Levanta la vista del libro y me mira como si me faltasen no uno, sino tres hervores.

— ¿La regla? ¿A estas alturas? Si ya hace tiempo que la tienes...

Me siento a su lado.

—Sí, claro. Lo que me gustaría es una explicación... ¿Cómo lo diría...? Científica. Eso es.

— ¿Y qué te ha dado ahora con la regla? ¿O es un traba­jo para la clase de ciencias?

No tengo tiempo de contestar porque nos ha interrum­pido el timbre de la puerta. Voy a abrir. Es la abuela Ana. ¡Fantástico!, ella también puede ayudarnos.

— ¿Tú aún tienes la regla? —le pregunto, mientras va­mos hacia el salón.

La abuela se ríe.

—No, hija, no. Hace siglos que llegué a la menopausia.

— ¡Qué suerte! Ni dolores de barriga, ni compresas, ni tampones... —protesto yo.

—Desde ese punto de vista, tienes razón. Pero todas las épocas, todas las edades, tienen sus aspectos positivos y sus aspectos negativos.

La abuela y yo entramos en el salón.

— ¿Qué pasa? —Le pregunta la abuela a mamá—. ¿Te ha empezado a faltar la regla?

—No —dice mamá, sorprendida—. ¿Por qué lo dices?

—Porque Carlota quiere saber si yo todavía la tengo.

Mamá le cuenta que precisamente cuando ha llamado a la puerta estaba a punto de escuchar de dónde salía mi in­terés repentino por ese tema.

—Estoy escribiendo un diario rojo.

Las dos me miran como si bajara de Marte.

— ¿Ya no recordáis el violeta, o qué?

—Claro que sí —responden a la vez.

Y la abuela añade:

—Un diario donde recogías la situación de la mujer en el mundo actual y las discriminaciones que aún existen...

El diario rojo de Carlota - Gemma LienasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora