Los rumores iban y venían.
Hablaban de Mijail visitando a Viktor, de Mijail rendido a los pies del joven más hermoso del pueblo, de Mijail dándole regalos costosos al joven con la piel tan clara como la luna. Los rumores, todos con la intención maliciosa de llegar a Natalya, movidos por la envidia hacia la joven que alguna vez lo tuvo todo y ahora, no tenía nada.
Y lo lograron.
Un buen día de primavera, harta de escuchar todos aquellos rumores que llegaban a su hogar, decidió visitar a Viktor y de cierta manera, comprobar que nada era cierto. En algún punto, su corazón maltrecho y dolido, trataba de creer que Viktor era su único amigo, aquel que no le abandonaría y que incluso, le ayudaría a que Mijail regresara con ella. Fue cuando iba en camino que notó una pequeña comitiva que se dirigía por el mismo camino por el cual caminaba. Apresuró sus pasos y se encontró que Mijail era quien guiaba aquel séquito que se detuvo en la casa de Viktor.
Natalya, escondida tras unos árboles, observó como bajaban telas y piedras preciosas mientras Mijail conversaba con el anciano padre de Viktor. Su mente le pedía esperar, pero su corazón podía más y sacaba conclusiones precipitadas. No se atrevió a acercarse y retornó de vuelta a su casa, aún con la imagen en su mente de Mijail entregando los costosos regalos al padre de Viktor.
Fue entonces que Natalya notó que Mijail, a menudo, regresaba a la aldea e iba directamente a la casa de los padres ancianos de Viktor.
Ya no volvió a ver al joven de piel clara en el pueblo.
Entonces el rumor voló tan pronto como se escuchó: Mijail había pedido la mano de Viktor en matrimonio.
--**--
Cansado de ver cada día al mismo muchacho en la puerta de su casa, insistiendo verlo, Viktor huía en cuanto tenía la oportunidad. No estaba interesado en él y solamente quería permanecer con su vida tranquila como antes. Sus pasos solamente lo llevaban hacia un lugar: las praderas donde se encontraba Yuri. Era solamente con el pastor, que sus pensamientos encontraban la paz y tranquilidad que necesitaban.
Yuri no le hacía ninguna pregunta, sólo le sonreía y cuando Viktor se lo pedía, tocaba alguna melodía para él.
Pero de la misma manera que los rumores llegaron a Natalya, llegaron hacia Yuri y entonces el corazón del joven pastor, entristeció.
Había mostrado abiertamente sus sentimientos hacia Viktor mediante aquel beso en esa noche mágica para él, pero Viktor nunca le brindaba ninguna respuesta de amor o rechazo.
Solamente recibía sonrisas silenciosas.
Fue entonces que tomó una decisión.
El mismo día que el rumor se esparció por el pueblo, rompiendo su corazón de distintas maneras que no sabía que eran posibles, Yuri encontró a Viktor en el mismo prado donde sabía que el muchacho se quedaba a menudo.
Al encontrarse ambas miradas, su corazón dolió pero debía ser fuerte. No podía vivir en la incertidumbre de esa manera.
Se sentó al lado de Viktor, sumidos en aquel silencio que los caracterizaba y sintió la cabeza del muchacho apoyada en su hombro tranquilamente. Haciendo de tripas, corazón, tomó valor:
—Voy a comprometerme. —Su voz tembló en esas simples palabras.
Pero no hubo respuesta alguna.
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A Snow Tale [Victuuri]
FantasyÉrase una vez que vivían un leñador y su esposa. Eran pobres y a medida que envejecían, se volvieron más y más tristes de no tener hijos. Un día, pidieron a los dioses que les concedieran la gracia de tener a un hijo. Pensaban en ello con un deseo...