Pov: ZORO
Una cosa era jugar con el Cejas, y otra ya querer tener a disposición completa a Luffy. No lo iba a permitir. Eso no lo hacía ni la mujer más zorra de todos los océanos.
Nunca. No iba a permitir que Luffy que no entendía una mierda de la vida adulta lo engañases y te lo llevases a la cama. Él de verdad te quería. No lo usarías. No te ibas a salir con la tuya. Y de ahí ibas a salir con una lección aprendida...
"¿Qué pasa, ahora es el turno del capitán?"
Aun con las defensas en alto, tus piernas temblaban.
Muchos factores del ambiente en el cual nos encontrábamos no ayudaron: tu cuerpo envuelto en una diminuta toalla, tu piel húmeda, tu mojado pelo naranja y tu mirada llena de desprecio.
Tiré de la toalla para abajo para asustarte, para mi sorpresa eso fue lo suficiente para dejarte desnuda y desprotegida ante mi mirada.
Te mostré una sonrisa ladina porque la verdad es que ver tu cara de sorpresa era todo un regodeo para mí. Y además lo merecías, yo ya estaba harto de tus juegos mareando a cada varón que se te cruzaba.
El espanto que irradiaron tus ojos en ese momento me hicieron ser consciente de que tal vez me había excedido con la broma. Tu boca se abrió y de ahí un grito del susto quiso salir pero yo me apresuré a taparte la boca. Te maldecí por que en ese momento no siguieses la misma línea de humor que yo.
Agarré fuertemente tus muñecas con la intención de meternos en el baño, por el apuro de tener que explicar esta situación a cualquiera que pasara por allí y nos pudiera ver. Tus piernas ya no temblaban y tu rostro ya no reflejaba temor. Pero sí desprecio y decepción.
Y para mi sorpresa fue cuando liberé tus muñecas de mi fuerte agarre que acto seguido tu mano se alzó en el aire, para después descargar una fuerte bofetada en mi mejilla.
Luffy, quien paseaba sin rumbo fijo por el aburrimiento, nos vio en el baño, ya que descuidé cerrar la puerta.
Y no dudó en aproximarse con la sombra del sombrero produciéndole una indescifrable mirada.
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AMARGA RELACIÓN (ZoroxNami)
FanfictionConfesiones y memorias sobre el amor tan desgarrador por el que vivieron. No es un cuento de hadas, esta es la verdadera historia entre la navegante y el espadachín. Donde hubo amistad y fe ahora solo permanecerán la pena y el dolor. Todo por celos...