Capítulo 24: NO ENTRAR. SOLO PERSONAL

147 15 2
                                    

Sandra's POV:
No podía ni comer un bocado de la comida. Intento no pensar, mucho antes ya intentaba asimilarlo, en algún momento moriremos antes de poder salir de la isla pero es la esperanza que me hace pensar que podíamos salir todos a salvo como supervivientes, pero ahora ya se que eso se queda en el pensamiento.

No supimos que pasó con la abuela, Asunción, con su gato, su caballo... No le dimos mucha importancia, ni a lo de mi padre o el hermano de Isa, siempre es mejor no pensar en esas cosas. Por suerte todavía me queda Isa, daría mi vida por ella, si le pasara algo...

Isa's POV:

...sería como si me faltara algo de mi misma.

Ahora seguimos aquí, intentando sobrevivir a nuestra manera. Llevamos toda la noche caminando, excepto Noa que tuvo la suerte de poder dormir en las espaldas de su padre, todos estábamos agotados pero no podíamos pararnos, aún seguíamos andando buscando algún lugar donde descansar. Cuando ya estábamos cansados por el maldito sol nos adentramos en una pequeña ciudad, donde no había rastro de personas o de zombies.

-¿Alguien sabe dónde estamos?- Preguntó Lucy.

-Más cerca que antes- Dije yo sin saber tampoco donde estábamos.

-Una iglesia. ¿Entramos?- Preguntó Alan cansado.

-Uy, no, que mal rollo-Dijo Sandra-. Podría pasar lo típico, ya sabéis, eso de que entras y te encuentras a un circulo de personas haciendo un ritual satánico.

Ya está ella con sus tonterías de películas.

-¡El museo de la ciencia!- Exclamó Noa entusiasmada- Seguro que hay un montón de cosas chulas. ¿Podemos ir allí, porfis?

-Dónde sea, pero vamos.- Dijo Elliot.

-¿Os imagináis que los zombies aparecieron a través de un ritual satánico?- Sandra seguía en su mundo de yupi mientras nos encaminábamos a aquel museo

-¡Ya tenemos peli chicos!

Ah, no, espera, que Elliot se une a su mundo.

Al entrar en el museo de la ciencia, nos fuimos al parque infantil, había unos mitocondrios muy blanditos en tamaño persona, ideal para tumbarse encima y dormir. Ah, espera, que ya estoy encima y estoy durmiendo, guay.

Tina's POV:

Alan nos despertó a todos después de una satisfactoria siesta.

-Vamos a divertirnos un rato, ahora que podemos- Nos dijo mientras nos levantábamos.

Noa ya estaba entrando en una habitación y la seguimos.

-¿Qué es esto?- Preguntó señalando unas bombonas de helio.

-Vamos a averiguarlo- Dijo Simón con una sonrisa pícara, él sabía perfectamente lo que era.

Giró la ruedecita de la bombona y aspiró del helio, en el momento que soltó la primera palabra todos empezamos a reír, incluso Alan. Cuando paramos de reír para coger aire nos giramos al escuchar una voz muy grave:

-Me gustan las gominolas con forma de ositos.

Todos nos asustamos, pero al ver que era Noa todos volvimos a reír hasta el punto de tirarnos al suelo, mis ojos lloraban de la risa.

-¡Eh! ¿Por qué mi voz no suena igual?- Dijo Noa indignada recuperando su voz normal.

No le pudimos responder de inmediato, ya que aún nos estábamos recuperando de las risas.

-Resulta que esto no es helio, es hexafluoruro, te hace tener la voz grave- Contestó finalmente Simón.

-¿Pero qué...?- Escuché murmurar a Lucy.

-¿Qué ocurre?- Le pregunté

-Nos están vigilando- Contestó ella para todo el grupo.

Algunos nos dimos la vuelta asustados por si nos acechaban por detrás de la puerta, o a saber.

-No- Negó Lucy-, hay una cámara, la he visto moverse.

-¿Estás segura?- Preguntó Alan, ella afirmó con la cabeza.

-Entonces puede que haya una o más personas aquí, ¿qué hacemos?- Preguntó Isa.

-Investiguemos- Dijo Sandra con una sonrisa traviesa.

Sandra e Isa se fueron juntas saltando como Heidi, solo faltaba que se fueran cogiditas de la mano mientras silban. Los demás no tuvimos más remedio que seguirlas.

-¿Pero tenéis idea de donde está la sala de vigilancia?- Preguntó Oliver.

Esas dos se pararon y se giraron para mirar a Oliver.

-Solo hay que entrar en la puerta de "No entrar. Solo personal"- Dijo Isa como si fuera obvio.

Elliot se puso sus manos en las mejillas y fingió fascinación mientras decía:

-¡Oh, Dios! A estas chicas les gusta ser ilegales.

Mientras buscábamos el cuarto de vigilancia lo único que encontrábamos era cuartos de limpieza o un almacén de comida para peces. Hay que decir que el acuario que había era monumental, si hubiera venido aquí de pequeña sí me hubiera interesado por la ciencia.

Al fin, después de recorrer medio museo entramos en una puerta donde ponía en rojo "No entrar. Solo personal". Detrás de la puerta había un pasillo completamente blanco con ventanales, a medida que avanzábamos por el largo pasillo vimos una mancha de sangre en una parte de la pared y en el suelo.

Nuestros cuerpos se tensaron, entramos en terreno peligroso.

Entramos en la primera puerta, que estaba abierta y nos quedamos embobados con tantos chismes raros que había, parecía la guarida secreta de un científico loco.

-Papá...- Dijo Noa.

Todos nos giramos y pudimos ver a un zombie encerrado en una vitrina de forma cilíndrica. Golpeaba el cristal y sus gruñidos eran diferentes a los demás, el suyo era más agudo y aterrorizaba a diferencia de los demás.

-Me estoy arrepintiendo de no hacer caso al cartel de "No entrar"- Dijo Elliot.

-¿Soy yo o nos está mirando?- Dijo Oliver.

Alan se acercó a la vitrina y se movió de un lado a otro para comprobar que era cierto y, efectivamente, la mirada del zombie estaba clavada en Alan.

-Tiene el iris rojo- Nos informó Alan-, no son blancos.

El zombie golpeó su cabeza contra el cristal para luego gritar con su gruñido agudo. En ese momento escuchamos el mismo gruñido pero esta vez provenía del pasillo. Algunos salimos al pasillo poco a poco y otros tan solo se asomaron. Nos quedamos esperando al acontecimiento pero no se escuchaba nada, de repente salió un zombie de otra puerta, salió tan rápido que se chocó contra la pared paralela, tenía claro su idea, comernos, estaba claro. Lo que nos sorprendió fue que corría, el puto zombie corría mientras nos ensordecía con su grito. Los que estábamos en medio en el pasillo nos echamos hacia atrás de lo rápido que se acercaba, cuando estaba a unos metros de nosotros se quiso lanzar como unas viejas en las rebajas de navidad, pero antes de que pudiera hacer nada , Isa, con su katana le decapitó la cabeza, de manera que llegó rodando a mis pies y sus ojos rojos se me quedaron contemplando, a diferencia de los demás zombies este murió y no seguía queriendo comerme.

-¡¿Pero qué cogones son estás cosas?!- Exclamó Simón.

La puerta del final del pasillo se abrió poco a poco y todos nos quedamos mirando nuestra próxima aventura.

-¿Pero qué...?- Dijo Sandra.

***¡¡¡Hola, pequeños mordedores!!! No me matéis, vale? Sé que he estado ausente días, semanas... Pero la tita ya está aquí, para vosotros. Gracias a todos los que os interesáis por la obra, eso me entusiasma así que intentaré no follaros, digo fallaros...¡Aióóó!***

High School Zombie ApocalypseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora