Capitulo 1

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Despertar un día más y contemplar la realidad de su vida no alegraba especialmente a Malia Edwards. No es que no le gustara poder disfrutar de todo lo que quisiera cuando quisiera, simplemente no necesitaba todo aquello para ser feliz, es más, tener tanto le hacía sentir mal, porque la mayor parte del tiempo esas cosas no las usaba, y había tanta gente que no tenía nada que se sentía culpable.

No iba a clase, no podía salir sola, no tenía amigos que hubiera hecho por cuenta propia, nada en su vida era real o había tenido que esforzarse para conseguirlo, pero todos tenemos un límite y si ella no escapaba de esa vida de vez en cuando terminaría perdiendo la cabeza.

-No puedo creer que hayáis vuelto a olvidar que a estas horas no se puede poner música.-decía la señora Nancy Edwards, mientras Malia desayunaba a toda velocidad para salir cuanto antes de aquella estúpida y desagradable escena en la que su madre volvía a quejarse al personal de la casa por cualquier tontería.

Aunque Malia no va a clase eso no quiere decir que no tenga una educación, tiene su propio profesor que va a casa y se pasan toda la mañana estudiando diferentes asignaturas, no hay ni un solo descanso, es incluso más duro que el instituto, aunque Malia ya no tiene edad de ir al instituto, eso ya quedo en el pasado.

Mientras tanto, no muy lejos de la vida de Malia, pero siendo totalmente de vidas distintas, alguien se prepara para cruzar sus caminos.

-No puedo creer que te hayas metido en esa locura de casa a trabajar.-le decía Calum a su amigo Luke mientras esperaban a la otra mitad de la banda para su ensayo habitual.

-Necesito dinero y esa es la mejor forma de conseguirlo, no será durante demasiado tiempo.-contestó repasando mentalmente su trabajo como limpia piscinas.

-Estás loco.

A diferencia de Malia la vida de Luke era un poco más difícil, no había acabado los estudios e intentaba conseguir dinero tocando en pequeños locales de la ciudad con sus tres mejores amigos, con los que formaban una banda, Disconnected.

Estaba viviendo solo desde hacía poco tiempo, así que necesitaba más dinero del normal.

-Quiero salir sola.-repetía una y otra vez tranquilamente Malia a su madre.

-Malia Riley Edwards ya te he dicho que no y no insistas más que tengo mucho trabajo.

-Vamos mamá, si me voy no te darías ni cuenta.

-Primer punto, te tengo dicho que no me llames mamá, soy tu Madre, hay que hablar bien, hablando de modales... ¿por qué llevas todo el día en pijama? y segundo punto, no me daría cuenta, pero sabes que otras personas si.-ni siquiera apartó la mirada del teléfono cuando contestaba a las suplicas de su hija.

-Pues todo está relacionado, madre.-dijo con dificultad aquella palabra que odiaba.- si no me dejas salir para que me voy a vestir, además ya esta anocheciendo…

No siguió molestando y se fue a su cuarto, sabía que su madre no se había enterado de sus últimas palabras, era como hablar con la pared, pero eso no quedaría ahí, llegaba el momento de pasar a la acción.

Era un día entre semana, eso significaba dos cosas, sus padres estaban demasiado ocupados como para notar que Malia se había ido y segundo,  que no habría mucha gente por la calle, así que pasó a realizar la rutina de escape. Abrió el ventanal de su balcón, dejando entrar la buena temperatura veraniega, puso uno de sus discos de All Time Low, dejando que el mundo se deleitara con lo que era buena música, cerró la puerta con pestillo y en el baño abrió el agua de la ducha para que si alguien se preocupaba de su existencia pensara que estaba dándose una ducha. En el reverso del CD miro cuanto tiempo tenia, una hora y cuarto, perfecto.

Salió al balcón y como ya tenía practicado pasó de la barandilla a la rama del gran árbol que estaba junto a ésta. Desde abajo echó un último vistazo a su cuarto y se dispuso a saltar el siguiente obstáculo.

Se fue asegurando de que no había nadie por allí afuera que pudiera delatarla y solo vio a alguien limpiando la piscina, no tenía pinta de ser una gran amenaza, es más, ella conocía a todo el personal y a ese chico no lo había visto en su vida, sería fácil escabullirse.

Caminó entre las sombras y cuando se fijó que el chico estaba desprevenido comenzó a escalar el muro.

-¿Cansada de la vida de princesitas?- era la voz de Luke la que rompía la calma de la noche de verano.

Malia lo ignoró y continuó escalando, pero cuando llegó al punto más alto paró y decidió contestarle.

-No sabes nada de mí, pero recuerda que las chicas buenas solo son chicas malas que aun no han sido descubiertas.- dijo muy tranquila y segura de sus palabras.

-De momento sé que tienes buenos gustos musicales, si es que esa es tu música claro, solo por eso no me voy a chivar a la que supongo será tu madre, o sea mi jefa, que podría darme una gran recompensa por ayudarla a descubrir a su hija buena que el fondo es una chica mala.

La amenaza de Luke hizo que Malia bajara de las alturas del muro que le daba la libertad y se acercara al chico que se dedicaba  a hablarle sin ni siquiera mirarla a la cara.

 -No te he hecho nada para que me quieras arruinar la vida.-le dijo hablando aun con la espalda de Luke.

-Te dejare que seas libre si me dices el nombre del grupo que está sonando y el nombre de sus componentes, para saber que realmente esta es tu música y que en el fondo eres alguien guay.-dijo girándose al final de la frase, lo que no se esperaba era ver lo que vio, esperaba encontrarse a una chica arregladísima que quizá se escapaba para ver a su novio en secreto o que quizá solo buscaba rollos de una noche, pero le sorprendió encontrarse a una chica normal, alta, sin una gota de maquillaje, vestía con zapatillas y una camiseta del mismo grupo que sonaba y lo que más le gusto fue los ojos verdes que hacían un conjunto perfecto con el pelo rizado y castaño de la desconocida.

-Es All Time Low, formado por Alex, Jack, Rian y Zach, disco Nothing Personal, canción sonado Stella, ¿algo más?- Malia tampoco se esperaba ver lo que vio, por eso su voz estaba un poco entrecortada, sabía que el chico era joven, pero no que pudiera ser incluso de una edad parecida a la suya y menos aun esperaba que su madre hubiera contratado a alguien con un piercing en el labio, a pesar de todo lo que más le gustó fue su mirada, los ojos azules la miraban solo a ella, estaba hablado con un desconocido sin necesidad de nadie que estuviera a su lado y aunque no fuera una gran conversación era algo.

-Vale... Prueba superada.- contestó Luke en un susurro.- eres libre.

-Gracias.

Volvió a toda prisa al muro y cuando estaba en el mismo punto de antes la voz de Luke volvió a interrumpirla.

-¿Puedo saber al menos dónde vas?

Se lo pensó unos segundos, no confiaba en él, ni en nadie, era un desconocido, así que no.

Finalmente fue libre, pero había hecho algo horrible, había empezado algo que no acabaría bien en muchas ocasiones, con su libertad lo que había logrado era atrapar a Luke.

Amnesia  ·Luke Hemmings·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora