Capitulo 2

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 -¿Lo dices enserio?- Ashton no podía creer la historia que Luke les estaba contando.

-Yo había oído hablar de las hijas de los Edwards, pero jamás pensé que pudieran ser tan... así.-añadió Mike también incrédulo.

-No sé cómo será la otra hija, pero a la que yo vi no era para nada como me la imaginaba.-aclaró Luke.

-Puede que esté trabajando de prostituta y por eso se escapa por las noches.-dijo Calum riendo y haciendo que los demás también se echaran unas buenas risas.

En cualquier caso, fuera para lo que fuera, aquella chica se había incrustado en el pensamiento de Luke, quizá era una pérdida de tiempo, pero la curiosidad de que después de todo lo que se hablaba de aquella familia hubiera descubierto aquel secreto sobre una de las hijas le hacía querer saber más.

Durante las siguientes noches Luke fue testigo de los mismos pasos llevados a cabo la primera noche, pero prefirió no volver a intervenir, no quería molestarla y tampoco le iba a empezar a preguntar cosas de su vida sin más, no la conocía de nada, pero una noche las cosas cambiaron.

Era jueves y Luke ya esperaba impaciente, volverla a verla aparecer por el muro, ya llevaba dos noches seguidas dándole las buenas noches, era un avance. Aquel día algo iba mal, la música había acabado y ella seguía sin aparecer. Se empezó a oír alboroto dentro de la casa y ya que había acabado de limpiar y solo seguía fingiendo que trabajaba para poder despedirse de Malia, guardo sus cosas y fue a ver si se podía enterar de algo de lo que pasaba.

-¡No me lo puedo creer!-la señora Edwards parecía estar tomándola con alguien de nuevo, ¿sería alguien del servicio?- No me esperaba esto, ni en mil años, yo no te he dado una educación para que hagas esto, me has decepcionado profundamente, ¡deberías pensar en que carrera vas a escoger y querer triunfa como tu hermana en vez de escaparte para sentarte en un parque bajo un árbol! será mejor que te vayas a dormir antes de que diga algo de lo que me arrepienta, pero que sepas que a partir de ahora habrá alguien al otro lado del muro, asegurándose  de que no vuelve a pasar esto nunca.

Luke vio que con quien la estaba tomando era Malia, que miraba fijamente a su madre, con los labios fruncidos, aguantando el nudo que tenía en la garganta y las lágrimas de sus ojos.

El espectáculo acabó y Malia subió las escaleras como si nada hubiera pasado, no quería ser débil ante su madre, pero estaba destrozada por dentro porque sabía que su libertad había sido cortada de raíz. 

Luke, que aun estaba en el jardín, observando la escena a través de la ventana, corrió hacia el árbol que daba a la habitación de Malia, quería saber que había pasado y sobre todo si ella estaba bien, no comprendía cual era el motivo de su preocupación, pero por alguna razón le importaba.

Desde la rama del árbol espero a que ella entrara, no quería dar el paso de entrar si quiera al balcón por si le molestaba. Se escuchó un fuerte golpe de la puerta cerrándose y justo después llanto. Estaba rota en mil pedazos por dentro.

-Chssss, Malia.-la llamó Luke.

Ella ni se percató de la llamada, su propio llanto no la dejaba oír nada más.

No pudo resistirlo, necesitaba consolarla, porque parecía una niña pequeña abandonada, así que de un salto estaba en el balcón, haciendo que Malia se percatara de su presencia y rápidamente se recompusiera, secándose las lágrimas y cambiando su cara.

-¿Estás bien?

-Largo de aquí.-no quería estar cerca de nadie, lo alejo de la puerta del balcón cerrándola seguidamente y corriendo las cortinas. Lo había dejado fuera, pero no le había sentado mal, era normal porque no eran amigos, ni siquiera algo más que simples conocidos.

Las siguientes noches Luke esperaba oír al menos la música, pero no tuvo el placer de disfrutarlo, solo veía la luz encendida a través de las cortinas, ningún sonido era audible allí fuera.

Amnesia  ·Luke Hemmings·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora