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"La noche estrellada sobre el Ródano (La nuit étoilée)" (Arles, septiembre de 1888)
Desde el momento de su llegada a Arles, el 20 de febrero de 1888, Van Gogh se ocupó constantemente de la representación de los «efectos nocturnos». Ya el 12 de abril le escribió a su amigo artista, Émile Bernard: "Un cielo estrellado, por ejemplo, bueno, es algo que me gustaría intentar hacer, así como durante el día trataré de pintar un prado verde salpicado de dientes de león". Y todavía obsesionado con la idea de pintar un cielo estrellado, al día siguiente le escribió a su hermano Theo: "También necesito una noche estrellada con cipreses o, tal vez por encima de un campo de trigo maduro, hay algunas noches realmente bellas aquí. Tengo una fiebre constante por el trabajo".
En junio, le confió al pintor Émile Bernard: "¿Cuando voy a hacer el cielo estrellado? ¿Esa pintura siempre estará en mi mente?". Un mes después, de humor melancólico, escribió: "Así como tomamos el tren para ir a Tarascon o Rouen, llevamos la muerte para ir a una estrella. Lo que es cierto en este argumento es que mientras estamos vivos, no podemos ir a una estrella, más una vez muertos podríamos tomar el tren".
El 9 de julio de 1888, después de haber pasado tres noches pintando "The Night Café" se dio cuenta de que a menudo le parecía 'que la noche es mucho más viva y rica' que el día.
El 21 de mayo de 1889, al recibir la pintura actual, Theo escribió a su hermano que acababa de comprometerse con el asilo en Saint-Rém: "Hace unos días recibí tu envío, que es muy importante, hay algunas cosas excelentes en él. Todo llegó en buen estado y sin daños. El Berceuse, el retrato de Roulin, el pequeño sembrador, el árbol, el bebé, la noche estrellada (El lienzo actual), los girasoles y la silla con la pipa y el tabaco son los que más me gustan hasta ahora".
