El hospital san mingo a esas horas de la noche se encontraba prácticamente vacío, así que nadie lo vio entrar, vestido como un muggle ordinaria para no llamar la atención de nadie.
No necesitó preguntar a nadie en donde se encontraba su padre, ya que su madre le había indicado a la perfección por donde debía pasar y que puertas cerrar. En serio, le había dibujado un mapa con etiquetas y todo.
Se detuvo en la última puerta al final del pasillo B, y golpeando tres veces con el nudillo, la puerta se abrió. Y una mujer de cabello canoso y de rostro cansado y envejecido demasiado a prisa, lo recibió con un fuerte abrazo un muchos besos en su frente.
— Ma, ya basta —dijo él, pero estaba feliz de que ella reaccionará así, realmente la había extrañado.
Se acercó a su padre y estiró su mano para agarrar la del hombre que estaba pálido, como si si estuviera más cerca de la muerte que seguir con vida.
— Hola, padre —le saludó, apretando su mano, no con fuerza suficiente como para hacerle daño, pero sí, para reconfortarlo.
— ¿Cómo... has... estado, hijo?
Draco se sentó en una silla a su lado, mientras que su madre lo hizo en otra silla del lado izquierdo del patriarca. El joven de cabellos plateados y ojos grises opacos por el sufrimiento y dolor comenzó a contarles todo lo que vivió en el castillo, incluso las duras palabras de McGonagall.
— No te preocupes por eso, hijo. Tú sabes la verdad, y solo basta con eso. Los demás pueden decir lo que les plasca —le dijo su madre, intentando apartar el enojo de su hijo —, solo esta familia sabe lo que realmente pasó, y deberíamos estar agradecidos de poder salir con vida.
Pero Draco estaba furioso, casi envenenado por el deseo de venganza, quería destruir a aquellos que se metían con su familia; pero no dijo nada, sonrió y comenzó otro tema, algo diferente, que no fuera el juicio de su padre ni los bajos aumentos de ganancias que tenía el arca familiar, incluso evitó nombrar aquel desgraciado que intentaba contactar con él.
— ¿Qué sucede con él? —Le preguntó a su madre, cuando salieron al pasillo para despedirse, ya que Draco debía volver al castillo.
— Tú padre está muy enfermo, y fue de manera rápida. Tiene una infección en la sangre, creo que los no mágico lo llaman leucemia, un tipo de cáncer. Quería llevarlo al mundo no mágico para tratarlo ahí, ya que están más avanzados que este mundo, pero no me lo permiten. Tu padre aún está siendo juzgado y temen que escape —le informó de manera rápida, intentando no quebrarse —. Está siendo tratado con pociones y hechizos de curación, pero los doctores no dan buenas esperanzas.
Podía ver el dolor de su madre, y en serio que quería quitárselo como fuera, pero era incapaz.
— ¿En serio crees que en el mundo no mágico van a tratarlo mejor?
— Draco, corazón, sabes que nuestras medicinas están hechas para curar enfermedades causadas por maldiciones o hechizos fallidos, no para tratar la naturaleza, ni desafiarla en ese sentido. Esto es nuevo para los doctores de acá, mientras que allá, están preparados para sanar sin varitas ni pociones extrañas —el hijo podía escuchar la desesperación en la voz de su madre, e intentó consolarla, pero era casi en vano, la mujer ya tenía una idea fija e iba a ser difícil convencerla de lo contrario.
— Pero no te preocupes, madre, hablaré con Blaise y averiguaré un poco más de ésta enfermedad.
Estuvieron hablando un poco más, pero al final tuvieron que decir adiós, temerosos de que la próxima vez que se vieran, fueran en circunstancias horribles.
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El Secreto de La Luna [Dramione]
FanficHermione tiene un caos dentro de ella, tiene miedo de perder a los que ama, y es por eso que esta decidida a cerrar su corazón por completo y matar todo sentimiento, pero el hechizo que utilizo agravó todo, y como solución sólo tiene una compañía c...