Los guardias de la entrada les abrieron las puertas de en par en par, y apenas ingresaron las volvieron a cerrar. Los tres caballeros se arrodillaron de manera respetuosa ante su nuevo rey, Lewad II.
Hace casi dos meses, después de varios años de disputa, los grandes mandatarios de Anatea al fin había escogido a un nuevo Rey. Un jovencito de pelos rojos que era un primo lejano del penúltimo Rey. Pero antes de ponerle la corona lo habían puesto bajo un duro entrenamiento y preparación para dirigir el reino de manera correcta, dejándole bien claro cuál era su objetivo y cómo debía llegar a él.
Lucas, o ahora mejor conocido como el Rey Lewad, estaba sentado en su trono en su salón privado para reuniones. Llevaba puesta su armadura y corona. Estaba ya cerca de los veinticinco años; su pelo, rojo como la sangre, era corto como para estar rapado, pero había un mechón curvo sobre su frente; tenía unas pecas en los cachetes, pero aparte de eso tenía las facciones faciales duras y rectas, con una pequeña barba en el mentón.
Con sus ojos marrones miraba de manera inferior a sus tres subordinados: el Capitán de los Caballeros de Orleans, Kaisar, junto a su segundo al mando, Dias, y el encargado del reclutamiento y entrenamiento de los soldados, Alessand. Aparte de ellos tres también se hallaban los demás mandatarios de rango alto y consejeros de Anatea.
-Llegan tarde-dijo el Rey.
-Discúlpenos, Su Majestad, vinimos lo más rápido posible-habló Kaisar de manera respetuosa.
El Rey le hizo una seña a un sirviente para que le pasara un libro delgado con anotaciones y datos perfectamente ordenados.
-Los he convocado aquí para discutir un tema serio, algo que nos ha estado atormentando desde hace doce años: el Decapitador de Reyes, y Weinxu.
Hubo un leve murmullo entre los mandatarios y consejeros. Kaisar apenas pudo intercambiar una mirada con Dias. No habían llegado a tiempo ese día para evitar la muerte del Rey, y Kaisar no se ha podido perdonar su muerte.
-Desde hace años que tratamos de invadir sus territorios, pero no hemos obtenido suerte-prosiguió el Rey. -Supuestamente es porque los demonios se volvieron más fuertes y levantaron muros de protección y no tenemos lo suficiente para sobrepasarlos. Pero eso es mentira, patrañas. Tenemos la herramienta perfecta para aplastarlos.
Justo un hombre salió de las sombras. Kaisar y sus compañeros no creyeron al verlo; lo creían muerto. Era en antiguo capitán de los Caballeros Onyxs.
Después del ataque a Anatea, la gente había protestado al saber por lo que estos hombres de armaduras negras pasaban, y decían que les estaba haciendo algo inhumano y cruel. Es por eso que los grandes mandatarios de Anatea tuvieron que disolver los Caballeros Onyxs y poner a los soldados en rehabilitación. Muchos, casi nadie, no logró recuperarse por completo. La gema verde les había arrebatado casi toda su esencia vital, y los dejaron con enfermedades mortales y los órganos echos puré. Los rumores decían que ni si quiera el Capitán había sobrevivido al tratamiento. Al parecer esos rumores eran solo eso, rumores.
Estaba más que vivo el hombre; incluso se veía veinte años más joven desde la última vez que lo vieron. Entre sus cabellos negros apenas se notaban unas pequeñas canas, y sus ojos estaban maquillados con una sombra oscura. Llevaba su antiguo traje oscuro de caballero, pero la gema de su pecho estaba cubierta por una placa de metal que cubría su luz.
Llevaba un pequeño cofre en las manos, y la abrió para que el Rey sacara su contenido. Era una gema Onyx, pero tenía encima unos espirales rojos que se fusionaba con el verde.
-Esto, caballeros, ya no es una gema Onyxs, es una Calahan.
-¿Calahan?-dijo confundido Alessand.
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Lucinda, hija de Azazel
Fanfiction"Bahamut regresará en varios siglos. Para entonces su rival será la criatura más poderosa de todas, proveniente de una raza inigualable. Será más fuerte que los demonios, más ingenioso que los humanos, y más divino que los dioses. Esta criatura prov...