Capítulo 4

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No podía seguir contemplando los charcos de sangre que emanan de mi presunto agresor. Del tremendo shock intentaba cerrar los ojos y despertar aliviada, pensando que todo se trataba de una horrible pesadilla. Lo único que deseaba mi mente era huir de esta trágica escena, para nada quería pensar qué sería de mí, cuando todos me señalen con el dedo, como una asesina.

Este mundo es cruel, lamentablemente no es justificable el hecho de que me estuviera defendiendo de un violador. Pensé en pedir ayuda a Logan, pero antes de ser mi amado él es un policía, un servidor del gobierno y la justicia.

Logan tendría dos opciones, la primera ayudarme y ser mi cómplice, y la segunda...lamentablemente detenerme, entregarme a la ley y seguramente olvidarme. Ambas alternativas son malas, lo último que quisiera ahora mismo es compartir mi dichoso destino con el hombre al que amo, destruir su sueño cumplido por el que tanto luchó. Si me detiene y cumple la ley, me encontraré entre rejas, no sólo me olvidará y probablemente me odie, sino que los bonitos recuerdos que tenemos juntos se verán manchados de sangre. No volverá a mirarme ni recordarme como aquella niña inocente, a la que vio un día llorando por pura vulnerabilidad.

No quiero que mi huella en su corazón se convierta en un tormentoso huracán de dolor. No quiero arrastrar a nadie en mi mal, lo mejor será desaparecer, y para siempre. Al menos así, seré recordada por siempre, y con mucho amor.

Me levanto, dejando mi abrigo caer al suelo. Camino despacio, aturdida, cansada, mirando a la nada. Ya no tengo razones para vivir, tenía, pero ahora en un sencillo lapsus de tiempo todo cambió.

Sigo caminando, con mi ropa rasgada, rota...Mis piernas tiemblan, no paro de tocar mis brazos, mi pecho, intentando limpiar las huellas de ese absoluto cobarde de mi piel. Siento su alma atormentada divagar al lado mío, aún escucho mis gritos, siento sus manos que me golpearon y me intentaron forzar.

Una y otra vez me repito entre llanto, no quería matarle pero no tenía otra opción..., tratando de convencerme a mí misma.

Las horripilantes voces que hay en mi cabeza se ven interrumpidas por el paso de los camiones, en una ruta a la que cada vez estaba más cerca.

Cierro los ojos y me dirijo hacia la carretera, escucho un coche acercarse, tras mi última lágrima, quería despedir este mundo abriendo nuevamente los ojos. Tan sólo pude presentir una ráfaga de luz cegadora, del coche que hoy pondría fin a mi fatal historia.

                                                                                 


— ¿Por qué frenas de esta manera? ¿Quieres que te despida?

— Lo siento, Sr. Karm. Creo que he atropellado a alguien.

— ¿Me harás llegar tarde, sólo por haber atropellado a una liebre?

—Estoy seguro de que no es una liebre, es un ser humano.

—Seguramente se trate de una emboscada para planear mi muerte, no sería la primera vez. Bajaré yo mismo.

—Pero Sr...

—Callése, aquí las órdenes las doy yo.

—Le acompaño, este lugar es peligroso.

Mi cuerpo sigue atónito en la fría calzada, mis ojos se entreabren...tan solo dispongo de una visión borrosa.

— ¿Estoy en la otra vida?, ¿He muerto?...Digo en tono confuso.

— ¡Genial, he malgastado mi tiempo en recargar el revólver para tener que encontrarme a una loca que se lanza a cualquier coche!

—No has malgastado tu tiempo, señor. No sé quién eres pero...te suplico que utilices tu arma contra mí.

Del fuerte golpe, intento levantar mi cuerpo, apoyándome en el capó del lujoso lamborghini, ensuciando su brillo celestial con mis manos ensangrentadas. Me lanzo a tomar la mano con la que sostiene el revólver y lo mantengo en mi cabeza.

— ¡Vamos! ¡Dispare!...Digo entre llantos. —No tengo miedo a la muerte, no seas estúpido. ¡No pudiste atropellarme y tampoco eres capaz de matarme cuando te doy la oportunidad!

No pude apreciar el aspecto de ese hombre, tampoco pude sentir sus manos, llevaba unos guantes de cuero. Su voz era grave y viril. Iba acompañado por su chófer, ambos estaban atónitos ante mis palabras.

Sin darme cuenta, caigo rendida en sus brazos. El cansancio de mi lucha hacia la muerte me lleva a la pérdida de consciencia.

                                                                                           


¿Dónde estará Marlen?, ¿Por qué no me coge el teléfono?...Es muy tarde y no está aquí. ¡Joder! Como la extraño, no puedo seguir de brazos cruzados, he de salir en su busca.

Mientras busco las llaves del coche, se me ocurre algo. ¿Y si llamo a su compañera Susan?...Seguramente su número de teléfono estará en la agenda de Marlen.

Tecleo tembloroso los números, en busca de una respuesta hacia la desaparición de mi prometida.

—Buenas, ¿Eres Susan, la compañera de trabajo de Marlen?

—Sí, y usted es...

—Soy Logan, su novio. Sé que estas horas no son para llamar pero es urgente, verás, Marlen hizo su turno esta noche...Y aún no ha vuelto a casa...estoy preocupado. Me preguntaba si sabes algo sobre ella.

—¿Disculpe? No sé nada, yo no he visto a Marlen. Además en ningún momento la he pedido que hiciera mi turno. Creo que hay algún error.

—¿Cómo?...No puede ser...

Tuve que colgar, no me lo pude creer, es imposible...Por qué iba Marlen a mentirme... No tiene sentido. Lo mejor será salir a buscarla, ahora el asunto es serio. Marlen ha desaparecido y con una gran incógnita.

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