CAPITULO 7: Quiero comer carne!

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Ling Chu Xi decidió otra vez en su corazón, hacer que el 3er anciano, las cosas que fueron tragados por el, escupirlo de vuelta!, mejorar su forma de vivir en este instante!

Después del desayuno, la Tía Wang una vez más se fue a coser ropa, Ling Chu Xi dejó una frace a la Tía Wang " Tía Wang, iré a la casa de 2do anciano para esperarle". La Tía Wang, por supuesto, creería las palabras de su propia señorita, sonriendo asintiendo a la cabeza, se fue. 

Cuando la Tía Wang salió, Ling Chu Xi regresó a su propia habitación, tomó un pequeño arco, y una pequeña bolsa antes de salir. En su pequeña bolsa había una pequeña daga, parece que fue dejada para ella por su madre.

'Quiero comer carne!, quiero carne!, ya pasó 1 día y 1 noche sin poder comer carne!'

Ling Chu Xi con resentimiento, tragó una bocada de saliva, llevando un arco fuera de la ciudad, entró en una montaña. La montaña fuera de la ciudad, es llamada Montaña Arce Púrpura, en la montaña vivía muchos animales pequeños, pero siendo cazados por mucho tiempo por los humanos, los animales pequeños se volvieron más inteligente, ya no es tan fácil cazar uno, y están huyendo en las profundidades de la montaña. En las profundidades de la montaña, había una corriente claro, y al final del corriente es el lago de Arce Púrpura, la memória de Ling Chu Xi es bien profunda.

Ling Chu Xi, llevando una bolsa en la espalda, corrió todo el camino a la Montaña Arce Púrpura. Ella estaba usando un pequeño arco, que originalmente lo hizo su hermano mayor cuando no tenía nada que hacer para ella, aunque no es grande, fue más que suficiente para disparar a unos animales pequeños.  Ling Wu Shang, en la mayoría de su memoria son borrosas. Eso es porque cuando él se fue, Ling Chu Xi sólo tenía 2 o 3 años. Por la que su impresión naturalmente no sería tan profunda.

Caminando durante 2 horas, Ling Chu Xi finalmente llegó a la parte de atrás de la Montaña Arco Púrpura. Las hojas de Montaña Arco Púrpura, son tan rojos como el fuego con un toque de púrpura, trayendo un estilo coqueto.

Pero ahora, Ling Chu Xi no tenía humor para apreciar el paisaje. Ella necesita buscar presas. De repente un pequeño conejo pasó delante de ella, inmediatamente sacó el arco y la flecha, sus movimientos pueden llamarse perfecto, agudo, y preciso.

*Ceng*, la flecha era como un meteorito que estaba huyendo de la luna, después... desvió, el pequeño conejo se retorció su pequeño trasero, miró a su lado que había una flecha clavada, luego volvió su cabeza para echar una mirada a Ling Chu Xi, se tambaleó y huyó.

'Qué mal', Ling Chu Xi agitó sus manos, al parecer ya pasó mucho tiempo la última vez que usó un arco. Ling Chu Xi pensó durante un rato, calmándose un poco, circulando un poco el Qi espiritual de su interior hasta sus manos. Una vez más manteniendo su aliento, apuntó a otro conejo gris que acaba de salir de un árbol.

*Ceng!* una flecha fue disparada, *Poh* el conejo gris de antes fue clavado en el piso junto con la flecha.

'¿Este es el uso del Qi espiritual?' Ling Chu Xi extendió sus manos pequeñas, fijando en el centro de su palma. Sus manos, estaban un poco temblorosas. ¡Esto es completamente diferente de cuando usó solamente su fuerza física en el tiro de arco!, el Qi espiritual de este mundo, es simplemente fantástico! una cosa tan útil, es demasiado asombroso!.

Terminando fácilmente con eso, Ling Chu Xi felizmente continúo con su camino, llevando al pequeño conejo se fue a buscar un arroyo. Después de llegar a un arroyo, sacó en su bolsa la pequeña daga casi oxidada pero muy afilada, cortaron sus órganos internos y se puso a lavarlo, luego recogió un poco de leña, comenzó a encender la barbacoa. 

En el bolso que trajo, no tenía otras cosas, sino utensilios que fueron traídos de la cocina!, solo que tristemente no trajo los condimento, pero por lo menos es mejor que no tener nada.

Ling Chu Xi se preguntó, '¿en este mundo habrá varios tipos de condimento? ¿si no hay, cómo puede uno cocinar?, especialmente cuando se cocina una barbacoa.'

La impresionante emperatriz del veneno: La señorita frívolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora