La impresionante emperatriz del veneno: La señorita frívola

CAPITULO 69: Convertirse una espina en los ojos de alguien (2)

"¿No te parece que caminar con esta cara, sería muy desastrozo? Me temo que cuando la gente me ve, moriría directamente por lo guapo que soy." La mano de Mu Liufeng pasó retirando suavemente el flequillo caído detrás de su orejas y luego miró a Ling Chu Xi con una sonrisa.

Ling Chu Xi ".........."

"Maestro, creo que si un día mueres, sólo sería por una razón".

"Oh, ¿qué es? ¿por ser guapo?" Los ojos melocotón de Mu Liufeng la miró con curiosidad y estilo, preguntó.

"Muerto por ser demasiado narcisista". Escupió estas palabras Ling Chu Xi con una cara inexpresiva.

"¡Eres un gángster!" Los ojos de Mu Liufeng miraban a los ojos de ella. Aunque la estaba regañando, su par de melocotones tenía un encanto indescriptible. No era su intención hacerlo, pero parece ser su estilo natural.

"Bueno, maestro, ahora que no hay nada más. Espera a que termino la máscara y te lo daré. Los materiales de hacer la máscara no es fácil de encontrar. Cuando comienza la clase, ¿habrá eventos verdad? En ese entonces buscaré los materiales necesario" Ling Chu Xi comenzó a alejar a Mu Liufeng.

"Bien, dámelo tan pronto cuando terminas" dijo Mu Liufeng con un suspiro de alivio, y se fue.

Después de esperar a que él se marchara, Ling Chu Xi se acostó en la cama en forma de 大 con los brazos y piernas bien estirada.

De hecho, ser el aprendiz de Mu Liufeng en realidad no era tan malo, ya está comenzado a disfrutar de los beneficios.

Es decir, ¡ella vivirá sola! Pensando en la escena de ahora, Ling Chu Xi queria soltar un buen carcajada.

Cuando llegó al lugar donde se alojaba, Mu Liufeng le dijo directamente al maestro que le asignó la residencia: "Escoges morir o decidir dejar que mi aprendiz viva sola"

¡Fue tan dominante!

Dentro de la mirada asesina de Mu Liufeng, ese maestro, le dio a Ling Chu Xi una casa separada.

(T: Pobresito XD)

"Xiao Bai, un día me haré muy fuerte, incluso más fuerte que Mu Liufeng".

Ling Chu Xi estaba acostada en la cama, usó sus brazos y levantó a Xiao Bai frente a ella, diciendo eso con una sonrisa.

Su voz era muy ligera, pero el tono es más decidido que nunca.

Este mundo es asi, solo los fuertes gobiernan todo. Si no quieres sufrir, entonces debes convertirte en una persona fuerte.

Algún día, ella definitivamente se parará en el pico más alto del mundo y despreciará a los demás. ¡Ciertamente!

Cuando Xiao Bai escuchó las palabras de Ling Chu Xi, parpadeó un poco, y colocó sus pequeñas garras suavemente sobre la cabeza de ella.

"Jaja, Xiao Bai, ¿estás de acuerdo conmigo? ¡Xiao Bai, me gustas mucho!". Ling Chu Xi miró el movimiento humanizado del pequeño zorro, estaba tan feliz que se acercó a él y con un gran *muah* dió un beso en su mejilla.

El cuerpo de Xiao Bai se puso rígido de repente, pero Ling Chu Xi no se dio cuenta.

Por la tarde, Ling Yi Chen vino a buscarla. Que Ling Chu Xi pudiera pasar, él sentía algo inesperado. Y más que Mu Liufeng la aceptara como su aprendiz.

"Chu Xi, es genial que pasaras la evaluación". La cara de póker de Ling Yi Chen mostró una sonrisa rara vez vista. "Felicidades".

"Jaja gracias, llegas en el momento perfecto. Hay un puesto que vende barbacoa en la entrada de la Academia, vámonos juntos" Dijo Ling Chu Xi sin considerar nada.

Ling Yi Chen miró la brillante sonrisa de ella, su corazón en este momento sentía extremadamente relajado y alegre.

Entonces, en la cena, Ling Yi Chen la invitó a comer barbacoa. Después de saciar todo la comida, Ling Chu Xi frotó suavemente su estómago lleno, y con Xiao Bai en sus brazos, regresaba a su habitación.

Hasta cuando Ling Chu Xi desapareció por completo en la vista de Ling Yi Chen, él recuperó su mirada y volvió a su residencia.

En la noche oscura y tranquila, Ling Chu Xi dormía suavemente. Al lado de su almuada, donde se suponía que dormía el pequeño zorro inesperadamente estaba vacío, Xiao Bai desapareció de nuevo.

Solo que había una figura alta que estaba parado en silencio frente a su cama. Su par de ojos morados contenía una sonrisa mientras miraba hacia la niña en la cama durmiendo tranquilamente.