Décimo Segundo Paso

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¿me cortaron el Internet y por eso no publiqué? Nah :l

Fue la flojera y por un momento me olvidé de la historia, lo siento. Lo iba a subir hace unos días, pero lo posponía y bah

Ah a proposito ¿les gusta la nueva portada? Sentía que la otra estaba un tanto culera, pues fue de las primeras que hice en CANVA. Como sea, espero les guste tanto la portada como el siguiente capítulo

~●~

En aquel pasillo de hogar se escuchaba golpes y cosas cayendo al suelo, junto a varios pasos apresurados que daban vueltas en sí, para que luego, por la puerta principal, saliera nuestro pelirrojo protagonista.
Sus cabellos desordenados estaban, su uniforme estaba igual, llevaba puesto un zapato y otro a medias, su mochila estaba abierta con un corazón dentro y en una de sus manos llevaba una manzana. Miró el reloj en su muñeca y se alarmó ante tal hora

Resumo: se quedó dormido, ahora solo tiene poco más de cinco minutos para llegar a clases, pues debía hablar con el moreno

¡y así comenzó aquel tan especial día!

Corría por las calles como si un loco fuese, aunque así se veía ahora. En el camino, se terminó su manzana, se ordenó un poco su uniforme y el zapato mal puesto se lo ajustó. Ya se veía mucho más decente para cuando al instituto llegó.

Justo la campana para inicar aquella jornada se escuchó y Sherwin agradeció ya estar en la entrada, con un pulmón en la boca, jadeando. Se apresuró a llegar a su salón. Ya allí, se aproximó a su asiento y allí se dejó caer rendido. Aquello valía una nota de educación física, la verdad.
Su frente estaba contra su mesa, seguía jadeando pero más tranquilo.

Escuchaba el ruido a su alrededor, escuchaba pasos, escuchaba risas, escuchaba a sus compañeros, mas no escuchaba su voz.
Levantó su cabeza y la giró levemente hacia atrás, a donde debía estar el moreno, pero no estaba.

Su sitio estaba vacío.

Rápidamente le entró un sentimiento de miedo, de confusión, de preocupación... ¿Cómo es posible que él no haya llegado?
¡por dios, es Jonathan de quien se habla! ¡alumno ejemplar que aunque un tifon hubiese el llega!

Antes de poder preguntar a algún compañero de su ausencia, el profesor de la primera clase entró al salón, poniendo orden a los alumnos y comenzando la clase de literatura, mientras Sherwin seguía con pensamientos en mente.

~●~

Esperaba que Jonathan llegara en cualquier momento, que se disculpara por tardar y entrara al salon, fuese la clase que fuese.

Primera clase

Segunda...

Tercera...

Y pensó que para el receso lo vería llegar al patio, con tan radiante sonrisa y disculpandose por tardar. Pero no fue así.
Aunque Sherwin le esperó bajo aquel árbol, con corazón en mano, nunca llegó allí, y deseo que llegara en las clases del intermedio

Cuarta clase.

Quinta...

Sexta...

Para el segundo y último receso, el pelirrojo volvió al árbol, aun rezando, rogando que llegara Jonathan, disculpandose, excusandose... no sabía si soportaría más aquella preocupación y expectación y ansias y nerviosismo...

-vuelve -susurró, apretando su corazón antes de volver al salon para las últimas clases

Séptima clase.

Octava...

Viernes por la tarde y todos los alumnos salían del instituto con total alegría de poder retirarse de aquella prisión, aunque fuese por unos días. Bueno, casi todos, pues Sherwin no se movía de su asiento, aunque ya llevase cinco minutos luego de estar solo. Suspiró, rendido, mientras se levantaba y salía con su mochila en el hombro, ánimos por los suelos y un corazón decepcionado.

Tal vez... huyó de él.

¿tanto era el no querer decirle su respuesta que ni verlo quiso? No, Jonathan no es así... ¿o sí?

Atravesaba el patio con desagana mientras salía por el portal a la calle, ya no se veían alumnos cerca. Él era el último.

-¡Sherwin!

Su corazón dio un brinco, literalmente, al escuchar esa rara voz a lo lejos.

Se giró hacia la derecha y allí venía ese moreno por quien él sufría y amaba. Sus ánimos, al tan solo verlo, subieron a gran velocidad y, sin pensarlo, corrió hacia él y lo atrapó entre sus brazos con fuerza. Fuera de que es su platónico, estuvo muy preocupado por su ausencia. Temió lo peor por un momento.

-¡Jonathan! ¿¡por qué faltaste!? -preguntó separándose de él y tomadole por los ojos.

-anoche no cerré la ventana de mi habitación y el frío me jodio la garaganta -articuló con un poco de dificultad.

Su voz estaba algo ronca, se le dificultaba hablar más allá de un susurró. Automáticamente, Sherwin se sintió mal por ello, pues la noche anterior con él habló... maldición.

-no te preocupes, estoy mejor -le sonrió

-¿seguro? No deberías estar afuera y menos sin un buen abrigo y-

-estoy seguro -interrumpió- Sherwin, sé que no debo estar afuera y menos sin un buen abrigo -imitó un poco la voz contraria, pero no fue nada lo esperado, lo cual le sacó una risa al pelirrojo- pero... debíamos hablar y no podría faltar

Aquello borró la sonrisa de Sherwin. Ahora el temor lo invadía, la expectación, los nervios, la ansiedad...

-¿seguro? -volvió a preguntar el de pecas- tu voz...

-no importa, pero debemos hablar. -respondió antes de proseguir- no sé que me has visto, la verdad, Sherwin... solo sé que me has dejado un revoltijo dentro de mí, en mi cuerpo, en mi mente, en mi pecho... no sé como... pero, lo hicistes. Hiciste que ahora dependa de ti y eso... me tiene... ¡agh! ¿Cómo podría decirlo?

-¿estresado? ¿molesto? ¿triste? -aportaba con duda el pelirrojo

-no no... confundido. Me confunden todas estas cosas pero cuando estoy contigo... ¡lo olvido todo! ¡olvido que odio el chocolate, que no peleo, que pierdo! Creo... que sí podría decir lo que siento -susurró eso último con una sonrisa y un tono carmesí en su rostro

El rostro de Sherwin era el claro ejemplo de alegría en ese momento. ¿no lo estaba soñando? ¿no era aquello una fantasía loca suya? ¿era verdad?

-She-erwin... yo t- -acabar no pudo cuando un ataque de toz le llegó

-tranquilo -dijo Sherwin, dándole unas palmaditas en la espalda- no es necesario que lo digas ahora, cuando puedas, sé que lo harás -le sonrió

Sonrisa que fue de vuelta

Ahora su corazón estaba a mil por hora, con una calidez, con una alegría, con una sonrisa, con un alivio...

Sabiendo que ahora estaban juntos, de algún modo

-mejor vamos a otro sitio, puedes resfriarte -habló el pelirrojo con cierta preocupación

-está bien... ¿vamos a mi casa?

CONTINUARÁ

Paso A Paso [In A Heartbeat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora