Cuando llegaron a la mansión Choi, Seungcheol les esperaba en la puerta junto a su mayordomo. El chico metía y sacaba las manos de sus bolsillos repetidamente, intentando calmar su ansiedad.
—Bien... bienvenidos —tartamudeó cuando Jeonghan y Samuel bajaron de la limusina que los había llevado.
—Sam —dijo Jeonghan, sin devolver el saludo.
El niño se volteó hacia su padre.
—Él es Seungcheol —explicó Jeonghan —, un amigo de papá. Vamos a vivir en su casa durante algún tiempo.
Samuel lo observó con los ojos como platos.
—¡¿No viviremos con tío Jisoo?! —preguntó, confundido.
Seungcheol frunció el ceño al oírlo. Jeonghan negó con la cabeza.
—No —dijo —. Nos quedaremos aquí por ahora, así se amable con el amigo de papá ¿De acuerdo?
—¡Síii! —soltó Sam.
Jeonghan miró a Seungcheol e hizo un gesto para que se acercara.
—Hola, Sam —dijo Seungcheol, agachándose para quedar a la altura del niño.
—Hola —respondió Samuel, tímido.
Se volteó hacia Jeonghan y tiró de la manga de su suéter.
—Papá —murmuró —¿Cómo debo llamarlo?
Jeonghan no supo que decir. No había pensado en ese detalle.
—Puedes llamarme Seungcheol —dijo el otro.
Samuel dudó sobre lo que acababa de oír. Su padre siempre le había dicho que debía ser respetuoso con los mayores.
—Papá —dijo, tirando de la manga de Jeonghan por segunda vez —¿Está bien que lo llame por su nombre?
—Sí, cariño —confirmó Jeonghan.
—Bien, Sam —dijo Seungcheol —¿Quieres ver tu nueva habitación?
Los ojos del niño se iluminaron. Jamás había tenido una habitación propia, así que asintió feliz. Seungcheol estiró su mano para coger la de su hijo, pero Jeonghan se lo impidió al coger la mano de Samuel primero. Con sólo una mirada Jeonghan le advirtió a Seungcheol que no debía pasarse de la raya. Este entendió la indirecta y desistió de inmediato. Una triste sonrisa apareció en sus labios antes de pedirle a Jeonghan y a su hijo que le siguieran.
Una vez dentro, Seungcheol los guió hasta la segunda planta. La casa era enorme, digna del dueño de una cadena de hoteles. Jeonghan estaba realmente impresionado. Era la primera vez que entraba en ella, pues nunca se atrevió a ir incluso cuando Seungcheol le rogó muchas veces que lo hiciera. El pasillo se dividía en dos al terminar la escalera. Seungcheol les explicó que de un lado se encontraban las habitaciones de los invitados y del otro lado de los dueños de casa. Por supuesto, las suyas estaban en el segundo sector. Caminaron por el pasillo y Jeonghan pudo ver al menos diez habitaciones que se abrían a cada lado. Caminaron hasta el fondo y el mayordomo abrió una de las puertas. Dentro había una enorme habitación acondicionada especialmente para Samuel. Tenía todo lo que un niño de seis años pudiera desear: una cama en forma de tienda india, aro de básquet, autos a control remoto, y un montón de cosas para jugar. Y en una esquina, un pequeño librero con cuentos infantiles.
—Sam, este será tu cuarto —dijo Seungcheol.
—¡¿De verdad?! —exclamó Samuel, emocionado.
Seungcheol asintió. Samuel dio un paso para entrar, pero se detuvo.
—Papá —dijo, volteándose hacia Jeonghan —¿Puedo usarla?

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Hitomi no Jyuunin [EN EDICION]
FanfictionJeonghan siempre pensó que Seungcheol lo había abandonado. Seis años después descubrirá la verdad a través de una carta escrita por quién los separó. Historia registrada en Safe Creative con el código 2109219309107. Todos los derechos reservados.