capítulo 14

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Capítulo 14

Ophie

Por miedo a volver a encontrarme a Marco y tener que escucharlo tratar de convencerme de traicionar a la única persona que me importa en la vida sacrifique mis encuentros con Mason en Mindigo. No voy a mentir y decir que no extraño la compañía de los empleados, a los cuales llegue a considerar amigos de algún tipo en el último tiempo, o la increíble comida del lugar, y ni hablar del hecho de que Mason no entiende mi repentino cambio de actitud, incluso piensa que mi distanciamiento tiene que ver con él y nuestra relación en lugar de con su padrastro, sin importar cuánto intente demostrarle que no es el caso. Pero todas estas pequeñas cosas son sacrificios que estoy dispuesta hacer por el momento. Ya que no tengo el valor para afrontar la situación, y decirle a Mason no es una opción, eso solo ocasionaría más problemas y resentimiento entre ambos hombres.

Mi excusa de está tarde para no ir a buscar a Mason al trabajo es que necesito urgentemente conseguir un vestido para la fiesta de cumpleaños de Russell, la cual es está noche. Realmente no tengo nada para ponerme, así que no es del todo una excusa.

Entró a una de mis tiendas favoritas y comienzo a buscar entre sus prendas algun vestido. Luego de varios minutos de búsqueda una vendedora se acerca a mi y me ayuda a encontrar que ponerme. Veinte minutos más tarde, entró al probador con mis manos llenas de prendas. Comienzo probandome un vestido negro corto y ajustado. Luego sigo por un vestido azul strapless. Para cuando termino de probarme mi decimo vestido mis esperanzas empiezan a bajar. Me pruebo mi ultima opcion. Un top gris con brillos que se engancha en el cuello, con espalda descubierta, y una pollera negra ajustada de cuero sintético. Cuando me miro en el espejo una sonrisa cubre mis labios. Al fin encontre el atuendo perfecto. Doy media vuelta y miro el lado de atrás. Bueno, la pollera es muy corta, quizá necesitaría un talle más. Pero definitivamente este es el indicado. Abro la puerta del vestidor y escaneo el lugar con mi mirada para encontrar a la vendedora. Cinco minutos más tarde empiezo a irritarme de su ausencia, y entonces lo veo a él. Sentado en el sillón al lado de los vestidores con su mirada concentrada en el celular en sus manos está Draco. Disimuladamente y sin hacer ruido intentó volver a cerrar la puerta del probador, pero antes de que lo logre la voz de una mujer me interrumpe.

"Como te fue el vestido?" Pregunta la vendedora a la cual buscaba minutos atrás.

"Bien" respondo en un tono tan bajo que dudo que nadie haya escuchado.

Y Draco, aparentemente, ya que su cabeza se levantó de golpe y su mirada se posicionó en la mía. Lentamente dejó salir un suspiro por mis labios, y miró a la vendedora fingiendo no notar su presencia, aunque ambos sabemos que soy muy consciente de ella.

"Bien" Repito nuevamente pero con mi voz normal. " Sin embargo, necesitaría un talle más de la pollera, porque está es muy corta."

La mujer asiente con la cabeza y vuelve al depósito a buscar un nuevo talle.

"Yo creo que ese talle te queda muy bien. " Dice la voz que solía ser mi mundo, la única capaz de tranquilizarme en mi dolor y hacerme reír a pesar de todo. La cual no hace nada, excepto causarme escalofríos hoy en día.

"Yo creo que no te pedí opinión." Digo sin mirarlo.

Draco se ríe de mi respuesta, como si todo esto no fuera nada más que un juego. Como si no hubiera arruinado mi vida. Como si no fuera mi peor enemigo, junto a su novia.

La vendedora vuelve salvandome de escuchar cualquier comentario del idiota que alguna vez juró jamás dejar de amarme. Tomó la pollera de sus manos y cierro la puerta del vestidor. Una vez a dentro tomó una gran bocanada de aire intentando calmarme. Viejas emociones salen a la superficie sin mi consentimiento. El dolor, la decepción, la humillación y los recuerdos. Todo tan lívido como si hubiera sido ayer. Necesito desesperadamente salir de acá, y ver a Mason. La única persona que puede hacerme sentir mejor de nuevo, que puede hacer que el pasado no se mezcle con mi presente.

Rápidamente me pruebo la pollera, la cual está vez tiene el largo adecuado. Luego vuelvo a ponerme mi ropa, tomo las cosas en mis manos y caminó hacia fuera. Para mi alivio Draco ya no se encuentra en el mismo lugar, más relajada con este conocimiento voy hacia la caja y pagó por mi atuendo. Cuando la mujer me devuelve mis bolsas, escucho la única voz que podría ser peor que la de mi ex novio.

Vestida con jeans dos talles más chicos, y un top que de ser solo un centímetro más corto se consideraria un corpiño, está Nancy. Justo detrás mío esperando su turno. Draco sostiene cinco bolsas en sus manos de diferentes marcas y diseñadores, y ambos se ríen sin notar mi presencia. Lágrimas amenazan con escaparse de mis ojos cuando comienzo a retirarme, y justo cuando pienso que nada podría ser peor Nancy llama mi nombre.

La ignoro y sigo caminando, y la escucho reírse de mí.

"Creo que estaba llorando" La escucho decir mientras salgo por la puerta.

Todo lo que quiero es ver a Mason y abrazarlo. 

The afermathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora