-Debemos irnos ahora, mamá. Si no, nos encontrarán.
Son las ultimas palabras que recuerdo decir antes de subirme a un avión con mi madre y dejarlo todo en Florida. Mi corazón se quedó allí, no pude avisar a nadie sobre mi partida ni a qué lugar me dirigía o porque razón, fue simplemente un adiós silencioso mientras trataba de asimilar que debía enfrentarme a una vida distinta que claramente yo no elegí.
Me encuentro en frente del gran edificio, un aviso en relieve decora su portada, en él está escrito "Belmont High School".
Veo a muchos chicos entrando y saludándose entre sí, recuerdo a mis amigos y mis días en la preparatoria de Florida, ya perdí la cuenta de cada vez que siento ese vacío al recordar lo feliz que era y como me lo arrebataron. Sin embargo, estoy por entrar al lugar que me dará una nueva vida, a lo mejor nuevas personas que conocer y realmente tengo esperanzas en esto. Trato de mantener una buena actitud por mi madre, pero las ganas no me faltan para irme de aquí y arreglar las cosas como se debe.
Intento enfocarme en encontrar mi casillero, hay muchos de ellos por todas partes y pienso en que tendré que caminar mucho para llegar hasta él a la hora del almuerzo. A lo lejos veo una chica de altura media y tez blanca, pero lo que la caracterizaba tanto y llamaba la atención era su cabello de un naranja intenso, lucia natural, pero, en estos tiempos nunca se sabe. En su camisa tenia un broche rojo que indicaba que estaba apoyando la logística del primer día de clases y era la persona perfecta para ayudarme a encontrar el salón y el casillero a tiempo.
-Disculpa...- dije mientras tocaba ligeramente su hombro
Ella se giró, dejando de conversar con los muchachos uniformados, parecían deportistas, pero, ¿a quién le importa? Exacto, no a mí.
-Hola, soy Sarah, ¿en qué puedo ayudarte? - me respondió la chica con una sonrisa en el rostro
Wow, que gran actitud.
-Eh, soy April Anderson y necesito encontrar mi salón y mi casillero antes de que inicien las clases
-Claro, déjame ver tu ficha.
La ficha es un pequeño papel donde dice el horario semanal, ciertas cosas como el numero de casillero y algunas claves de acceso importantes para el plan académico.
-Perfecto, acompáñame- dijo sonriente- Adiós Ed, adiós Josh- se despidió dejando un beso en la mejilla de cada uno de los chicos.
Eran chicos muy guapos, en especial al que ella llamo "Ed", pero, él me vio de una forma extraña, como si fuera algún tipo de carne fresca y no es como si no supiera como funciona su cadena sexual el primer día de clase, pero definitivamente no es lo que busco, ni lo que quiero, ni en lo que pienso.
Al final, son deportistas llenos de ego y arrogancia.
-April, esta es tu taquilla y el salón de tu primera clase, que es sociales, queda en la segunda planta, por el lado izquierdo, es fácil ubicarte por los números. – dijo devolviéndome mi ficha.
-Gracias Sarah, realmente fuiste muy útil- agradecí sincera.
-No hay problema, para eso estoy. Si me necesitas, también tengo sociales en unos minutos.
-Claro- respondí antes de ir hacia mi casillero y comenzar a acomodar mis cosas.
Con delicadeza saqué las fotos de mis amigos y las coloqué en la puerta, nunca podría olvidarlos así ahora estén odiándome por no hablarles ni explicarles lo que sucede, pero no puedo hacer eso, no aún. Coloqué unas cuantas cosas más aparte de mis libros y me aseguré de que la clave funcionara correctamente.
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Escribiendo Nuestro destino (EN EDICIÓN)
RomanceApril se ve obligada a cambiar de vida por errores que ella no puede solucionar, errores que ella ni siquiera cometió. Huye con su madre y comienza una nueva vida. Algunos dirían que el cambio de vida es lo mejor, pero no para April Anderson. Los su...