--CAPITULO 26--

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Diario de April- Lunes 4 de noviembre

Apenas entre en conciencia sentí que todo estaba girando a mi alrededor, lleve mis manos a mi cabeza y sentí un piquete en esta, sentía como si un camión me hubiera pasado encima, intente incorporarme, pero fue muy difícil y luego llego a mis oídos un estruendo que casi hizo que mi cabeza explotara.

-BUENOS DÍAS HIJA, ¿QUE TAL TU MAÑANA?.

-Mamá... no grites, por favor- susurre.

-No grite- respondió ella.

-Si lo hiciste.

-No lo hice, eso se llama re-sa-ca, ¿qué paso cariño?.

-No se mama... yo, es como... no lo sé, ahora todo está muy distorsionado- respondí moviéndome entre las sabanas.

En ese momento logre recordar algo de golpe.

"FLASH"

-No...- dijo Ed separándose, rompiendo el beso.

- ¿No? – cuestione.

-No linda... duerme ya, descansa, te amo- dijo el finalmente.

"FIN DEL FLASH"

Y así termino.

-Ten, toma esto- dijo mi madre colocando una pastilla y un vaso de agua en mis manos- te aliviara los síntomas, además, no faltaras al instituto.

- ¡Mamá! – proteste.

-Nada de eso April, has faltado varias semanas, te lo permití porque Edward paso un momento difícil, pero ahora ya está bien, incluso, ambos tienen que regresar- dijo ella mientras organizaba mi habitación.

Sin embargo, tenía razón, la semana es bastante ocupada y no puedo darme el lujo para faltar, por más de que lo quiera con todas mis fuerzas... no puedo.

La pantalla de mi teléfono se encendió seguido del ringtone, marcaba "Novio", no dude en contestar.

- ¿Sí? - dije con voz ronca.

- ¿Cómo estás? - cuestiono preocupado.

-No sé, un buenos días estaría bien para comenzar- dije volteándome.

-Lo siento Linda, pero anoche estabas muy borracha, me quede preocupado- respondió.

En ese momento otro flash cruzo mi mente, pero este era de un beso apasionado, y no hace falta decir con quien.

-Ed... ¿Qué sucedió anoche? - cuestione nerviosa.

-Linda... solo te diré que no pasó nada entre nosotros... no sucedió absolutamente nada...- respondió suave.

Lleve mis manos a mi cara y suspire pesadamente.

-Sabes cómo llegan los recuerdos y...- dije cansada.

-Lo se linda, pero... ¿te sientes bien?.

-No estoy excelente, pero creo que sobreviviré- respondí.

-Quédate en casa- insistió- iré a verte cuando terminen las clases.

-Ed, mamá no me deja faltar un día más, tengo que ir- dije frustrada.

-Entonces... ¿Quieres que te lleve algo que te ayude a mejorarte?.

-No, mamá ya me dio una pequeña pastilla- respondí.

-Ok, paso por ti ¿sí? – cuestiono.

-No, tengo mi auto.

-No conducirás así April, no, no, no y mil veces no, pasare por ti y se acabó, nos vemos en 30 minutos Linda- sentencio.

Escribiendo Nuestro destino (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora