Capítulo 11

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•Narrador•
Te quedaste por un rato abrazando a Mario, tan solo esa sensación de tenerlo cerca, de él aferrándose a tu cintura con sus brazos, te hacía sentir la persona más especial, protegida y segura de este mundo. De repente comienzas a ver qué sus ojos se cerraron, se había quedado dormido de nuevo a causa del desvelo de ayer, ayudandolo a estudiar para su examen de la universidad, asumiste que estaba muy cansado, así que inmediatamente revisas el reloj de mesa, apenas eran las 10:00 AM, el momento perfecto para comenzar a preparar la comida de hoy, para la reunión en casa de tu mamá, así que inmediatamente te dispusiste a recoger la charola donde Mario había desayunado, y una vez que acomodaste todo en su lugar, revisaste la maleta que llevabas exclusivamente con tus ingredientes y te e pusiste a preparar un lomo de cerdo al horno. Una vez que lo pusiste a hornear y cortaste las respectivas verduras que llevaba en trozos, las dejas en una charola la cuál tapaste. Dos horas después, preparando todo para que esa reunión fuera especial, mientras preparabas el postre que consistía en un delicioso mouse de chocolate, observaste que cuatro focos rojos en el horno indicaba que el lomo ya estaba listo, así que comenzaste a vertir el jugo que llevaba y lo dejaste reposar i una vez que terminaste de preparar el mouse, lo vertiste un tazón grande y lo tapaste
(...)
Narra Mario
Recuerdo que cuando me quedé dormido ____ estaba a mi lado y que mis brazos aún estaban aferrándose a ella, protegiéndola, cuidándola, de pronto desperté porque no la sentí a mi lado, de pronto un exquisito olor me voló la cabeza, abrí los ojos y ella ya estaba entrando a mi cuarto en silencio, pues aún no se había percatado de que yo ya estaba despierto, de pronto sentí que iba a abrázarme pero se desvió para mi baño, no pude evitar seguirla. Comenzó a lavar sus blancas, suaves, delgadas y largas, pero pequeñas manos, yo la observaba detrás de la puerta de mi baño, podía reflejar su silueta en mi espejo, era perfecta, cuando salió no podía dejar de mirarla, se paró frente a mi.
-¿qué tanto me ves? Me preguntó con su dulce y tierna voz
-¿alguna vez te han dicho que eres perfecta?
Que cosas dices-
Me respondió mientras cubría su rostro con sus manos, las cuales yo quité para besar sus pequeños, delgados y rosados labios. Aún entre besos la cargué y la senté en mi cama, me separé de ella para poder sentarme a su lado, cuando lo estuve, tomé su mano y entrelazamos nuestros dedos.
-¿a que huele?-
le pregunte sin dejarla de ver a los ojos, estaba nerviosa
-estoy preparando la comida para la reunión en casa de mi mamá ¿recuerdas?-
-claro, ya la quiero conocer a ella y a tu hermanita- le dije mientras acariciaba su cabello
Nos giramos hacia el reloj de mesa que marcaba las 1:30 ella me propuso que nos alistáramos, por lo que ella se fue a su cuarto y yo me dirigí hacia mi baño para ducharme
(...)
Narra ____
Una vez estuve en mi cuarto me desvestí y me adentré en mi baño para entrar a la lluvia artificial, sentía como las gotas de agua fresca empapaban y recorrían mi cuerpo, al mismo tiempo que mi cabeza se llenaba de pensamientos, mi mente aún no lograba asimilar todo lo que me ha estado pasando con Mario, hace unos instantes me dio uno de los mejores besos de toda mi vida. Me hacía sentir única, especial, segura, lo amaba tanto, simplemente nunca quiero separarme de su lado.
Sin mas, diez minutos me salí de bañar, tomé dos toallas, con una envolví mi cabello y con otra me envolví yo, salí del baño y comencé a buscar ropa, buscaría algo sencillo ya que no preparamos algo formal, así que aliste unos jeans ajustados los cuales resaltaban un pocomis curvas y llegaban a la cintura y una blusa de mezclilla con botones, la cual no tenía cuello y era corta, dejando ver un poco mi abdomen y me puse unas plataforma color doradas. Luego de eso ce que mi cabello con la cecadora y lo alacie, lo peiné en una coleta alta, maquillé mi cara un poco (base, rubor y sombras) y pinte mi boca rosa, coloqué pulseras en mi mano derecha y cuando estuve lista salí holiendo a vainilla.
A su vez, Mario ya estaba listo, vestía con un pantalón y una camisa blanca con azul, y su cabello hacia arriba, se veía hermoso
-ya estoy lista-
Le dije con una sonrisa
-eres hermosa-
Me dijo mientras no dejaba de mirarme, lo cual me hizo sonrojar, en eso me tomo desprevenidamente de la cintura y me beso en mi cuello haciéndome estremecer
-Me encanta tu olor- (susurro en mi oído, con su voz un poco ronca) lo cual hizo que me estremeciera aún más, lo único que se me ocurrió fue saborear sus labios dulce mente, yo no sabía cómo ser apasionada, después de eso nos separamos
-creo que ya debemos hirnos mi amor-
-tienes razón, ¿nos vamos¿-
Si, solo tengo que tapar la bandeja donde deje lo que preparé para que comamos hoy-
-que preparaste mi niña?-
Algo que te va a gustar mucho, espérame aquí-
Le dije mientras le di un pequeño beso entre su mejilla y su boca, luego fui a la cocina y tapé el lomo
-¿me podrías ayudar con la bandeja de comida? Yo llevo lo demás-
-claro que si mi amor-
Se acercó a cargar la bandeja
Huele delicioso- me dijo sonriendo
Yo llevé el tazón del postre, agarramos nuestras cosas, Mario cerró la casa y subimos todo en la parte trasera de su coche. En eso Mario tomó mi mano, me abrió la puerta de adelante, beso mi frente y me subió, me cerró, se subió y nos fuimos.
El camino estuvo lleno de pláticas, risas, desprevenidamente me robaba uno que otro beso, en eso estacionó el auto en un lugar, el cual no podía ver bien que era
-Mi amor ¿me esperas aquí tantito?
Si mi niño, claro-
Beso mi mano y salió de su carro, yo lo esperé mientras le enviaba un mensaje a mi mamá, diciéndole que íbamos en camino

La chef Mario Bautista y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora