La chef Mario Bautista y tú

Capítulo 14

Narra ____
No quisiera presionarlo, pero me muero por estar con él. Lo deseo, lo necesito tanto... y se, que el quiere lo mismo, pero sus miedos, sus complejos, o algún conflicto en su interior, se lo impide; así que creo que lo voy a ayudar
-no tengas miedo, Mario; los dos queremos esto
-no quisiera faltarte al respeto
(Dice, con la voz más grave de lo habitual). Joder, eso me vuelve loca
-se que no me harás daño, serías incapaz de eso
-es que... yo no... nunca he...
Aunque por pena no quiere acabar la frase, lo sé/ pero no me lo puedo creer... ¿de verdad Mario nunca ha estado con nadie? ¡Madre mía! Es el sueño de cualquier chica
-yo tampoco, amor... pero juntos iremos aprendiendo. Si no quieres, está bien; solo déjame tocarte, explorarte... me encantaría hacerte sentir bien
(Digo, con ojos suplicantes, a la par que trazo patrones de caricias desde su mandíbula hasta sus mejillas). Y antes de que le de tiempo a pensarlo más; dejo besos en todo su rostro, cuello y hombros, y Mario va perdiendo el control
-ven... vayamos a la cama
(Susurro en su oído mientras que lo tomo de la mano y empezamos a andar a la habitación)
-acuéstate en la cama
(Le indico), el lo hace, y yo me pongo a horcajadas sobre el
-puedo... tocarte?
(Le pregunto, mirándolo a los ojos para pedirle permiso;el asiente)
Y lo hago...
Comienzo a bajar mi mano por su entrepierna hasta que localizo su bulto creciente por encima de su bóxer, y lo tomo entre mis manos. Es demasiado grande para estas, pero eso no me detiene, porque nada es suficiente cuando se trata de hacerlo sentir bien. Lo envuelvo con mis dedos y comienzo a mover una de mis manos de arriba a abajo, y el suelta un gemido
Mi mano libre toca la suya y la lleva hacia uno de mis pechos, animándolo a que me toque
-tócame, Mario, no tengas miedo...
(Y el lo hace(. Lo acaricia, y con uno de sus dedos traza círculos en mi pezon endurecido. ¡Dios santísimo! Lo hace tan bien, solo con hacer eso me llevará al límite:
Continuó con la tarea que me había impuesto hace unos instantes con su miembro, no dejo de mover mi mano ni un segundo alrededor de él, sigo concentrada en mis caricias.
-creo que voy a correrme, nena...
(Escucho de pronto). Lo dice con una voz como si no fuera a ser la misma que me decía cosas bonitas. Lo que me lleva al borde de mis cabales; creo que yo también podría correrme con solo escucharlo.
Al tener el control absoluto de la situación, y sintiéndome un poco más valiente, me inclino más a Mario para besar su cuello, provocando otro gemido por su parte.
-me encantas, Mario, eres perfecto
(Susurro en su oreja, y lamo la piel detrás de la misma). Esto será Perfecto para el, es su
Primer orgasmo
Y no quiero que lo olvide nunca
-me estás volviendo loco
)dice, sin aliento) y beso sus labios para volver a tocar su miembro entre mis manos.  Luego de unos instantes, siento cómo su cuerpo se tensa por completo, mientras que una humedad empieza a extenderse por su bóxer, lo froto con mi mano y el muerde mi labio inferior con suavidad. Ha terminado y me alegra que todo haya salido bien, siempre soñé con ejercer este poder ante un chico. La satisfacción es gratificante.
-ha sido gratificante.
-lo hiciste increíble, mi niña. Me tienes loco (dice, y me besa apasionadamente). El luce cansado, derrotado, pero satisfecho. Tiene una sonrisa de oreja a oreja, sus pupilas dilatadas y sus mejillas sonrosadas, lo que hace que resalten más sus olluelos.
-ahora regreso, iré al baño, ahora regreso
(Le digo, y le doy un beso en uno de sus olluelos que tanto me encantan
Ya en el baño, me miró al espejo y me siento distinta, tengo mis mejillas sonrosadas y mi labio inferior sangra un poco. Está un poco inchado y más rojo de lo normal, pero no importa, me siento sexy. Me dirijo a la mesita de la sala a recojer el plato donde estaba comiendo antes de que Mario me sorprendiera, lo dejo en el fregadero y me voy al cuarto. Me tumbo en la cama, me coloco de espaldas a Mario, lo abrazo y en su oído susurro un:
-Te amo.