Capítulo 13

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Mario
El reloj marcaba las 6:30 PM, ya empezaba a obscurecer. Íbamos en camino a mi casa después de haber pasado una tarde tan hermosa, agradable y amena junto a la familia de ____, a decir verdad, Juliana y Madaí son hermosas personas, y aunque es una familia demasiado pequeña, son muy unidas. Admito que eso se lo envidio a mi niña, ya que mi familia no era así. Mi papá nos había dado una excelente educación a Xiomara y a mi, y mi mamá nos inculcó unos excelentes valores, pero a medida que crecíamos, ellos pasábanse la mayoría del tiempo en la empresa y en eventos sociales. Siempre me dejaban solo con Xiomara y yo tenía que estar soportando cada vez que se me insinuaba. Hasta hace poco, encontré la distracción en las redes sociales, pero la dejé. A pesar de sus compromisos, mis padres siempre procuraban que no nos faltara de nada. de hecho, me asombra y a la vez me enoja, el hecho de que mi prima se haya desviado tanto del camino. Nada, absolutamente nada de lo que ella es hoy como Persona, tiene que ver con la educación y principios que le brindaron mis padres. Solo de pensar en que los ha decepcionado y defraudado tanto, me da coraje
-¿En qué tanto piensas, hermoso?-
Me pregunta ____ sacándome de mis pensamientos, mientras acaricia uno de mis olluelos con su pulgar. Se cuánto le gustan, y le sonrío para relucirlos más. Veo cómo se derrite con ese gesto.
-En que tienes una familia muy hermosa. Realmente me encantó conocerlas
-Me alegra tanto que te agradaran, lo que más amo, es que aceptaras ser parte de nuestra familia
-Tú sabes que me encanta ser parte de tu vida. Te amo, y quiciera conocer todo lo que venga de ti, porque quiero todo contigo. Eres la persona con la que anhelo estar todos los días de mi vida, mi niña
-Y créeme que yo estoy encantada de que seas parte de mi vida, yo también me he dado cuenta que eres la persona con la que quiero estar siempre. Cada vez me voy dando cuenta del gran corazón que tienes y de lo humilde que eres, y eso hace que me enamore más de ti
Me doy cuenta que intenta voltear su cara para besar mis labios, pero al estar concentrado en el volante, no puedo girar mi cara para corresponderle, así que opta por darme un beso en mi cuello, haciendo que mi bello se erice y yo me estremezca.
-No hagas esto aquí, tus besos me vuelven loco y podríamos teneruna accidente-
-Perdón
Dice ella mientras vuelve a su asiento. Cinco minutos después, llegamos y estaciono mi coche en la cochera de mi casa.
Cuando apago el auto, aprovecho para girar mi cara y corresponderle el beso de hace unos instantes. Pongo mis labios en los de ella. Nuestras bocas se mueven al mismo compás hasta encontrar nuestras lenguas. Cuando se encuentran siento que necesito más de ella y aprieto su nuca contra mi y la saboreo como si me fuera la vida en ello. De pronto, mis manos comienzan a deslizarse sobre ella y cuando empiezo a buscar entre su ropa, soy conciente del momento y me separo de ella
-Qué?
Me pregunta desconcertada y con la voz agitada
-tan Mal beso?
-oh, no, no mi amor, me encantas, es solo que no quisiera faltarte al respeto, ni obligarte a hacer algo que tú no quisieras y que te sintieras presionada. Mejor, toma, habré la casa mientras que yo bajo la sorpresa que te traje
-Ok
Respondió con una sonrisa. En lo que yo saquéla cajita morada del coche, ella introducía la llave en la serradura a la par que yo guardaba la cajita del regalo en uno de los bolsillos del pantalón. Entramos a la casa y nos dirigimos cada uno a sus recámaras para cambiarnos de ropa. Cuando estuvo lista, entró a mi cuarto, ya se había lavado su cara, no tenía maquillaje y estaba con unos shorts cortos y una blusa de tirantes, yo solo traía un bóxer y estaba descamisado, ella me miraba de arriba a abajo, sonrojada.
-Hola, me dice mientras se acuesta al lado mío y me abraza
-Te daré tu regalo
Le digo acariciando su pelo. Saco la cajita de mi pantalón, se la entrego y la abre. Es un dije en forma de corazón que tiene grabado un siempre juntos
-Es precioso
Dice, con lágrimas en los ojos
-No tanto como tú
-Me lo pones?
-Claro
Hago lo que me pide e instintivamente mi boca se hace agua. Al ponérselo, respiro en su cuello e inhalo el aroma avainillado de su cabello. Cuando menos me doy cuenta, ya estoy dejando besos por todo su cuello. Comienzo a dejar besos húmedos hasta llegar a su mentón y ella se voltea para quedar frente a mi. Beso apasionadamente sus labios, ella queda encima de mi y acaricia todo mi abdomen. De pronto, cuando voy a sacar su blusa, empiezo a ser consiente de todo. No quiero hacerle daño ni lastimarla, la siento tan frágil.
-No, no, espera____, no quiero hacerte daño, no quiero que hagas esto por obligación
-No es por eso, Mario. Realmente me gustas, quiero estar contigo
-Yo...
De repente no se que decir. No esperaba que me dijera eso. Comienzo a luchar contra algo interior. Intuyo que puede ver el conflicto en mis ojos y desiste.
-Está bien, te esperaré, entiendo que aún no estás preparado
-Gracias por entender mi amor
-De nada, te amo y voy a respetar lo que decidas
Dice, mientras acaricia mi cara. Después, comienza a acariciar mi cabello haciendo que me quede dormido.
No se cuántas horas paso dormido mientras la abrazo, pero de pronto no la siento a mi lado. Me fijo en el reloj y a penas son las 9:00 PM. Es demasiado temprano y supongo que no podía dormir. Comienzo a buscarla y cuando la encuentro, está sentada en el sillón que yo estaba el primer día que la conocí.  Me acerco a ella, me siento a su lado y le doy un beso en su mejilla. Ella, al percatarse de mi presencia, pone el tazón donde estaba comiendo en la mesita que está frente al sillón, asustada.
-Hola. Perdón, no podía dormir
-No te preocupes, aunque te voy a castigar por dejarme durmiendo solo, eh
-¿Qué vas a hacer?
Pregunta con una sonrisa traviesa. Nunca la había visto sonreír así y ese gesto hace que me derrita. Soy incapaz de pensar así que aprieto fuertemente su cintura contra mi y a besarla con desesperación. A medida que la beso, mis manos bajan por su cintura hasta llegar a sus glúteos. La cargo hasta llevarla al cuarto, la acuesto en la cama, meto mi mano entre su blusa y comienzo a acariciar su plano abdomen. Su espalda forma un arco Perfecto con cada una de mis caricias. Cuando estoy a punto de acariciar sus pechos, algo me detiene. No puedo hacer esto. Siento que la lastimaré.
Desesperado, trato de calmarme. Paso mis manos por mi cabello. De pronto, la voz de ____ me saca de mis pensamientos...
-Mario, quiero ser tuya...-

La chef Mario Bautista y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora