Capítulo 21

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Todas me miran, y eso hace que me ponga muy nerviosa.

Sucrette: ¿Pue... Puedo ir al baño?

Melody: Sí...

Ella me mira con compasión, creo que sabe que me ocurre algo. ¿Pero por qué justo tenían que formular esa pregunta?

Sucrette: Gracias.

Me levanto y subo las escaleras corriendo, en dirección al aseo. Al cerrar la puerta, rompo a llorar. Me quito las pulseras y acaricio mis cicatrices. Me siento en el suelo, derrotada. Aquello era demasiado. Pensé en Castiel, en todo lo que habíamos pasado juntos, en todas aquellas palabras de amor, en cuando nos fundimos en uno solo... Pero no. Tenía que ser tan cruel como para hacerlo en mis narices. Castiel, te odio...

[Narra Melody]

Mis invitadas hablan con normalidad, sin darle importancia a Sucrette. Pero yo sé que le ocurre algo, la conozco perfectamente. Lo raro es que no me lo haya contado.

Melody: Chicas, voy a subir un momento. Ahora vengo.

Todas al unísono: Vale.

Sigo sus huellas invisibles y subo las escaleras. Conforme me acerco al baño, se oyen unos sollozos. Toco la puerta para que me de el permiso de abrir.

[Narra Sucrette]

Oh, no... Melody. Borro las lágrimas de mis ojos y me levanto rápidamente.

Sucrette: Ya salgo.

Tenía la cara hinchada y los ojos rojos, Melody se dio cuenta y me dio un abrazo.

Melody: Oh, Sucrette... ¿Qué ha pasado?

Sucrette: Pues... Castiel... me puso los cuernos con Charlotte.

Mi voz se fue quebrando hasta quedar en un susurro. Ella se quedó flipando, y me acarició el brazo a modo de apoyo, con la mala suerte de que me rozó las cicatrices. Yo me quejé y me aparté, tapándome la zona herida.

Melody: No habrás vuelto a...

Me forzó la mano como pudo para ver lo que escondía, y acabó encontrándolo.

Melody: Otra vez no, Sucrette... Dijiste que no volverías a hacerlo.

Yo comienzo a llorar, de nuevo.

Sucrette: Ya, pero tú no me entiendes. No entiendes lo que es darte cuenta de todo el engaño, y que lo haya hecho en tu cara. Darte cuenta de que estás sola...

Melody: Tú no estás sola.

Las demás chicas aparecen de repente, estaban escuchando la conversación detrás de una pared.

Kim: Yo te entiendo, también pasé por eso cuando mis padres se divorciaron. No estás sola.

Violeta: Perdona por haberte hecho esa pregunta...

Karla: Chicas, no es para tanto. Solamente son unos cortes.

Todas se giran de repente para fulminarla con la mirada. Pero instantáneamente la ignoran cuando yo rompo a llorar allí mismo. Llevaba demasiado tiempo conteniendo aquellas lágrimas, y porfin había explotado y soltado todo. Todas, salvo Karla que me miraba con cierto recelo, me abrazaron.

Sucrette: Perdonadme...

Intenté borrar mis lágrimas, pero Melody me detuvo.

Melody: A veces es mejor llorar antes que guardartelo. Desahogate todo lo que quieras, nosotras vamos a apoyarte.

Kim: Pues claro que sí, querida. En cuento vea a ese Castiel le pegaré una paliza.

Sucrette: ¿Lo habéis... escuchado todo?

Kim: Sí, pero tranquila. Nos callaremos. Ámber y sus amigas son unas víboras.

Violeta: Sí... No se saldrá con la suya.

Bajamos de nuevo al salón donde reímos sin parar, y por primera vez en mucho tiempo, mi risa era sincera. Tengo unas amigas que me quieren, ¿qué más puedo pedir?

Vimos 'Tres metros sobre el cielo', donde lloramos todas, emocionadas. Después, subimos al cuarto de Melody para jugar a tirarnos almohadas. Todas reíamos risueñas, batalleando con sus amigas. Al cabo de un rato, caimos muertas de cansancio y nos dormimos sin remedio.

A la mañana siguiente, todas madrugamos para volver a nuestra casa y arreglarnos para comenzar un duro día de instituto. Temía mucho lo que podía pasar, iba a encontrarme con Castiel. ¿Qué iba a decirme? ¿Acaso iba a decirme algo? Y si me lo dijera... ¿Yo tendría el suficiente valor como para contestarle? Quizá el también estuviera mal. Cuando me vio irme con Dakota, se le veía dolido. ¿Pero qué quería...? Podría haberme ido a buscar, o mandarme un maldito mensaje. Pero no lo ha hecho.

Ahora que lo recuerdo... mañana se va a Irlanda. No puede irse sin despedirse de mi... ¿o sí? Y de todas formas, el se ha comportado como un cretino conmigo.

Sin darme cuenta, las lágrimas ya estaban corriendo por mis mejillas. Voy al baño y me limpio la cara, debo de darme prisa si quiero llegar a tiempo al instituto. Y sin saber porqué, me arreglo para él. Aunque eso signifique que llegue tarde al instituto. Tan solo son diez minutos...

Salgo de casa apresuradamente, me he puesto un vestido coral, combinado con unos botines negros que llevan dos centímetros de tacón. Miro de un lado a otro, buscando a algun alumno que se haya dormido, quizá. Pero me paralizo al ver a Castiel en la otra acera.

El también parece sorprendido al verme, pero ninguno se atreve a dar el primer paso. En ese momento me dieron ganas de ir corriendo a abrazarle, a decirle que le quería más que a nada. Pero sabia que debía de contenerme.

Entonces me vino a la cabeza de nuevo el recuerdo de Castiel besando a Charlotte. Y se me erizó toda la piel, sobretodo las cicatrices.

Castiel avanza un paso, tímidamente. Es un momento muy tenso, pero el parece que todavía guarda sus ganas de jugar. Sonrío ante su ocurrencia, y doy otro paso.

Corazón de Melón: A tu lado, por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora