𝒕𝒘𝒐

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( ☆

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( ☆. 𝐶𝐻𝐴𝑃𝑇𝐸𝑅 𝑇𝑊𝑂 )
𝚙𝚛𝚘𝚋𝚕𝚎𝚖𝚊𝚜 𝚊 𝚕𝚊 𝚟𝚞𝚎𝚕𝚝𝚊 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚎𝚜𝚚𝚞𝚒𝚗𝚊.

Permitió ser llevada a otra habitación por Pettigrew, siendo arrastrada por el hombre que tenía una nerviosa sonrisa a través del largo corredor. De manera desapercibida logró encontrar en la oscuridad su varita, la agarró y finalmente se preparó para actuar; no dejaría que ese idiota le borrara la memoria.

De un solo saltó volvió a ponerse de pie, se deshizo del fuerte agarre de Pettigrew y lo empujó por los hombros, logrando darse el tiempo para poner su varita en ristre y conjurar un hechizo.

—¡Desmaius!

El haz de luz roja dio directamente en el pecho de Pettigrew y lo lanzó varios metros hacia atrás, dejándolo inconsciente a la inmediatez.

Alaska no perdió el tiempo. Se aseguró el bolso y con la varita aún en la mano, corrió escaleras abajo. Cruzó el vestíbulo y la cocina, dejando la puerta abierta para atravesar una vez más los terrenos de aquella mansión, esperando abandonar ese pueblo lo antes posible.

—Por Merlín... —Se quejó entre susurros cuando llegó a una parte del pueblo donde algunos de los habitantes se encontraban fuera.

Se guardó la varita una vez más pero no redujo la velocidad de sus pasos, transitando una vez más el camino rural que antes había recorrido para llegar. Solo se detuvo cuando llegó a la parada de buses y autobuses, con su pierna derecha temblando gracias a la ansiedad que Pettigrew, convertido en animago una vez más, estuviera cerca de ella, preparada para atacar.

Un autobús llegó antes de que cualquier cosa sucediera, y se subió en el transporte que, aunque no era de su preferencia pues tardaba más en llegar al Gran Hangleton, le serviría para escapar de ese lugar.

Sabía que se habia metido en problemas. Estaba al tanto de que cuando le contara al profesor Snape su escapada del orfanato, al lugar a donde se habia dirigido y todo lo que ocurrió se llevaría un buen regaño de su parte. Pero creyó que no tendría que enfrentar ese ni ningún otro contratiempo en al menos un par de horas.

Estaba equivocada.

En la entrada del santuario del Gran Hangleton se encontraban dos patrullas de policía y todos los que habían participado de la salida volvían a entrar al autobús, siendo contados por la supervisora que los había acompañado.

—Carajo —Soltó—. Esto no es bueno.

—¡Por dios, es ella! —Gritó Emmie cuando la vio acercarse—. ¡Alaska! ¿dónde estabas?

Alaska no le respondió, se acercó a la supervisora que la observaba con una mezcla de preocupación y molestia, tampoco le dijo algo. Acepto lo que fuera a pasar.

Dos policías se acercaron a ella y luego de compartir unas breves palabras se la llevaron a la estación de policía más cercana, donde tuvo que negar la suposición de haber sido secuestrada por un tercero. Un poco más de dos horas tardó en responder todas las interrogantes que se les eran presentadas y explicando, como y porque, había escapado de aquella salida sin ningún aviso o acompañante. Se hizo mucho papeleo esa tarde y Alaska no entendía porque estaban haciendo tanto jaleo por esa situación, en el orfanato muchos se escapaban, algunos no aparecían por días y no hacían nada con ellos además de decirles que lo que hicieron estuvo mal.

regreso del señor tenebroso ⁴ ━━ harry potter sagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora