Capítulo 9

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Mientras tanto en los alrededores de Casper High los pequeños radares de los hombres de blanco examinaban la creciente niebla. A cada metro ganado por la oscuridad la policía local movía las barreras de protección que acordonaban el area. Los datos que arrojaban las máquinas no podían interpretarse de ninguna otra manera que no fuera peligro.

Bajo las órdenes de los hombres trajeados los policías locales no tenían idea de la fiesta sin control que acababa de empezar en la otra orilla del pueblo.
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Jazz había tomado el viejo auto de su madre. Hacía tanto que no lo usaban que ya nadie recordaba su existencia o la de la pequeña cochera donde se guardaba. Solo Jazz que no hacía tanto lo había usado para obtener su licencia de manejo.

Así pues la pelirroja los había llevado a la enorme casa de Paulina. La gran construcción estaba rodeada de autos por todos lados y a cada metro que avanzaban más y más adolescentes salían de entre los lugares menos pensados.

En el gran prado que era el patio trasero habían instalado una mesa de Dj con infinidad de luces, un poco mas adelante la piscina llena de agua clara reflejaba las siluetas bailando y un ligero vaho se desprendía debido al frío del clima. Cerca de la fuente de musica las inconfundibles siluetas de los chicos populares de la fiesta bailaban alejados del resto, a su alrededor cordones de brillantes colores convertían el aplanado cerca de la piscina en una zona Vip.

Apenas dieron un par de pasos sobre el pasto verde, cuando Jazz cruzó miradas con su rubio amigo, el joven con cara de asombro hizó señas a la mayor del grupo que sonrojada no sabía a donde mirar o que hacer. Sintiendose responsable Sam se acercó a la hermana de su mejor amigo.

—¿Qué espera para ir allá?

La de rizos rojos sonrió sabiendo que no era una pregunta se encaminó al grupo de adolescentes mayores.

Danny se había sentado ahí mismo con la mochila de Sam a un lado. Estaban en una elevación donde alcanzaba a ver a todos a lo lejos. Tucker ya hacía rato había corrido a la mesa con comida en busca de su adorada carne.

—¿Cuántas veces más voy a tener que agradecerte el día de hoy? —preguntó con una sonrisa.

—¿No piensas acércate más? —dijo Sam ignorando la pregunta del chico.

—¿A dónde? ¿A la fiesta? Tal vez en un rato, por ahora quiero ver de lejos como es que estas cosas funcionan. 

Sam suspiró sabiendo que para su amigo no era fácil vivir una doble vida, siempre preocupado de ver por sobre su hombro. Y justo donde estaban podía cuidar de todos los demás, sí algún peligro aparecía Danny lo vería desde ahí.

—Sam deberías ir a la mesa de bocadillos, alguien trajó la pizza vegetariana que te encanta —le avisó  Tuck cargado con platos llenos de comida.

—Iré por algo de tomar y a diferencia de ti, yo si les traeré un vaso a cada uno, señor egoísta acapardor.

Sam caminó abajo adentrándose a el bullicioso lugar esquivando la zona de baile mientras Tucker tomó lugar junto a Danny ofreciendo de sus platos llenos de carne, el mitad fantasma tomó lo que estaba en la cima sin fijarse mucho en lo que mordía igual sabía que todo era carne.

—Deberías decírselo —Danny apartó la vista de Sam tratando de fingir inocencia.

—¿Qué cosa?

—A Sam, la chica que no dejabas de mirar. Deberías decirle lo que sientes —aconsejó su amigo.

—Ni yo se lo que siento, Tuck. Dejemos las así, aún tenemos una larga vida por delante.

Alma De Tormenta [EN CURSO] [NO YAOI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora