Ayer pasó lo que pasó. Aún me odio por eso.
Obviamente los padres de Luke no me dejan ir a verle. Aunque no me dejan ir, si fuera por mi iría a hacerle compañía.
Pero el problema no es ese. Ni si quiera sus padres lo son. El problema es que no tengo ni idea de dónde está Luke. He pensado en buscar y preguntar en todos los hospitales de la ciudad. Pero... ¡Hay demasiados hospitales!
No es que esté desesperada, simplemente quiero disculparme. No lo hice adrede, pero no sé si él sabe eso.
—¡Esto es un barrio de delincuentes! ¡Ayer un chico se hizo daño! Incluso sale en las noticias....
Ya está la vecina de arriba y sus historias. Está chillando todo el maldito día. Ojalá algún día se quede afónica.
—¡Anda que llevárselo al hospital central! ¿A quién se le ocurre? Escuché que no hacen bien eso de ponerle sangre a un paciente... ¿Cómo se llama eso?
No escuché nada más de su conversación. Estoy demasiado ocupada saliendo por la puerta de casa para ir al hospital central. Cojo mi bicicleta, que está aparcada delante de casa. Me monto en ella, y bajo de la acera.
Pedaleo tan rápido como puedo. El hospital queda a unos 20 minutos... En coche, así que no tengo tiempo que perder. Veo a un chico rubio que pasa corriendo como un rayo por mi lado. Lleva a un perro a su lado muy parecido a Max, que salta sobre mí y me tira al suelo.
Caigo de lado, y la bicicleta me aplasta la pierna.
—Ay...
—¿Estás bien? —pregunta el chico, perocupado
—¿Podrías...? —digo, mirando a la bicicleta
—Oh, claro
Mientras él levanta la bicicleta, mis ojos se clavan en los suyos. Aunque los suyos no me miran a mí, por supuesto. Esos ojos marrones... Refleja el sol en ellos y parecen verdes. Es extraño. Me extiende la mano para ayudar a levantarme, mientras la otra mano aguanta mi bicicleta. Ahora si que sus ojos me miran.
—Listo, ¿estás bien? —pregunta el chico, sin dejarme seguir fantaseando con sus ojos
—Si, creo que si
—¿Cómo te llamas?
—June, y... - estoy a punto de preguntar por su nombre, pero pregunto por algo de lo que me doy cuenta al instante - ¿Y tu perro?
—¿Qué perro?
—El que me ha tirado —digo, algo confundida
—No hay ningún perro conmigo, has tropezado con una piedra —dice, y suelta una dulce carcajada
Se agacha, y coge una piedra del tamaño de su mano:
—¿Ves?—Yo juraría que había un perro...
—Sólo recuerda ocho
¿Qué tenía eso que ver con el perro?
—¿Ocho qué?
—Ya sabes... Tres para ti, cinco para él.
Me guiña un ojo mientras me dedica una sonrisa muy tierna, y sigue corriendo como si nada hubiera pasado.
—¡Espera! No sé tu nom... —voy bajando el volumen de voz —bre... —digo, en un susurro
Estoy un buen rato mirando al suelo mientrasle doy vueltas a la situación. Suena el claxon de un coche, indicándome que o sigo mi camino o me aparto de enmedio de la calle.
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El chico que entraba por mi ventana
Short StoryÉl no tenía llaves. Ella dejaba la ventana abierta. Portada realizada por: @Snowbarnowl °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° Actualizaciones lentas, lo siento *_* °°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°° QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDO LA COPIA Y/O ADA...