3. El incidente

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Me despierto y miro la hora:

—Las cuatro y dos minutos ... Para variar

Escucho como alguien llama a mi ventana, y veo la silueta de mi perro. No entiendo nada, así que me pellizco pensando que estoy en un sueño.

—Venga —digo, entre gruñidos

Llego a la conclusión de que pellizcarme no sirve, así que llamo a mi perro sin moverme de la cama.

—¡Max! ¡Ven aquí!

Me levanto de mi cama después de estar unos minutos llamando a mi perro. Pero no me levanto para ir a la ventana. Sino para buscar a mi perro pora casa. ¿Sino cómo ha llegado a mi ventana?

Después de buscar durante un rato, doy por finalizada la búsqueda de mi perro. Me encojo de hombros, dándome cuenta de que no puedo hacer otra cosa que ir a mirar por mi ventana.

Me asomo, y mi perro ya no está.

—¿¡Qué haces June?!

—¿Por qué lloras, Luke?

—¡Estabas a punto de saltar la ventana!

—¿Qué dices?

Me despierto de ese sueño extraño:
—¡¿Qué?! - digo chillando a todo volumen

Estoy subida a la ventana de pie, y Luke está subido a las escaleras que usa para subir a mi ventana.
Parece asustado.

Me balanceo, y estoy a punto de caerme hacia atrás. Consigo mantener el equilibrio, y vuelvo a controlar más o menos los balanceos.

Luke sonríe, y yo le devuelvo la sonrisa.

—Eres sonámbula, ¿sabías?

Me desequilibro de nuevo, ésta vez haciendo que me caiga hacia delante, donde está Luke. Sus son buenos, y consigue sujetarme. Por desgracia para él, lo hace poniendo sus manos en mis pechos.

—¡Pervertido! - digo, e inconscientemente le empujo hacia atrás.

Como él está subido a unas escaleras de metal, se cae, llevándose las escaleras con él.

—Ay... - dice Luke

Bajo corriendo las escaleras de casa, y voy debajo de mi balcón, donde está Luke. Para llegar allí, tengo que pasar por la entrada que tanto me gusta. Pero esta vez, no tenía tiempo para quedarme observándolo maravillada como hacía de costumbre.

Al fin llego donde está Luke después de correr durante lo que a mi me ha parecido una eternidad.

Está estirado en el suelo boca arriba, con las escaleras encima, impidiéndole levantarse. Cojo la escalera, y la aparto de encima de Luke lo más rápido que puedo. Está con los ojos cerrados. Le tomo el pulso, y si que lo tiene.

—Luke, hey, Luke —digo, dándole pequeños golpes en la mejilla - Venga... Por favor, cariño...

—¿Cariño?—pregunta, sin abrir los ojos

—¿Estás bien?

—Yo si ...

—Tu si, ¿pero...?

—Pero mi pierna no

Enarco una ceja, pero dejo de hacerlo cuando miro su pierna izquierda.

—¡Luke! No lo había visto... Voy a llamar a una ambulancia

Cojo mi celular, pero antes de marcar el número de urgencias Luke me detiene.

—¡No! No hace falta, June, está bie... —mira su pierna, y silba, dando a entender que si es grave tener un trozo de metal en la pierna

—¿Llamo o te encuentras bien?

—¿Es en serio?

Llamo a urgencias, y me dice una mujer de menos de treinta años que no me preocupe, que enseguida envían a una ambulancia. ¿Cómo quieren que esté tranquila?

—Cada vez duele más... - dice, antes de volver a cerrar los ojos y poner una mueca de dolor

—¡Te estás desangrando! ¿Porqué no me dices que has empezado a sangrar?

Rompo a llorar, mientras pienso en en qué diablos pasaba por mi cabeza para tirarle desde dos pisos de altura.

Escucho mi salvación; una sirena de ambulancia. Miro a Luke de nuevo, le tomo la pulsación de nuevo. No se las noto. Me pongo más nerviosa todavía, pero al fin veo la ambulancia.

Bajan dos hombres y una mujer, y corriendo se acercan a Luke.

—¿Qué ha pasado?

—Se ha caído —digo, mientras pongo mis manos en mi cabeza al volver a tener el recuerdo de su caída

—¿Cómo?

—¡Eso da igual! ¡Salvadlo! - digo, perdiendo los nervios completamente

La mujer asiente, y mueve los ojos mirando a Luke y luego a sus dos compañeros, indicándoles que me hagan caso.

Otra mujer, ayudada de un hombre, sale de la parte trasera de la ambulancia con una camilla. La traen hacia nosotros tan rápido como pueden y la dejan al lado de mi amigo. Entre todos, con mucho cuidado, dejan a Luke en la camilla y se lo llevan de igual manera en la ambulancia.

Sin poder evitarlo, lloro descontroladamente.

Veo que vienen hacia mí los padres de Luke. Genial, lo que me faltaba.

—¿Qué ha pasado, cariño?—dice amablemente la madre de Luke

—Y-yo, no... No-no... Fue un acci- accidente... —digo, sollozando, sin poder decir una frase entera

—¿Estás bien?

—S-si, pe-pe-pero ha sido mi-mi culpa... —digo, y pongo las manos en mis ojos y lloro todavía más fuerte

Los padres de mi amigo me abrazan, y eso me hace sentir muchísimo mejor. Pero aún debo contarles lo de su hijo...

—Sé que no viene al tema, pero... —dice, cambiando su expresión de ternura a una más seria — ¿Sabes dónde está Luke?

Les miro extrañada. ¿No se han dado cuenta aún de que su hijo está en la ambulancia?

—Oh, cierto. Tal vez no lo conoces. Tiene el pelo castaño, unos centímetros más alto que tú, con pecas...

—Sé quien es. Ese no es el problema, en realidad.

—¿Así que...?

Miro la ambulancia, indicando que Luke está ahí. No soy lo suficiente fuerte como para aguantar las ganas de llorar, así que derramo una lágrima que la madre de Luke me limpia con su pulgar.

—Tranquila June. Tú no tienes nada de culpa en todo es...

—Si que la tengo

Corro hacia el jardín, el cual me va a conducir a mi casa. No dejo de darle vueltas a lo que ha pasado mientras vuelvo a mi habitación. Todo el rato se me repite la imagen de Luke cayéndose.

Intento abrir la puerta con la llave que en mi día casi me dejo. Estoy un rato probando. Las lágrimas no me dejan ver con claridad. Consigo abrir la puerta al fin. Voy, corriendo, a mi cama.

Estoy un tiempo llorando, pero paro cuando escucho de lejos la voz del padre de mi amigo:

—No te acerques, hables, ni toques a mi hijo.

Escucho como suben las escaleras que les llevan a sus dos plantas, e inevitablemente sigo llorando hasta quedarme dormida.

El chico que entraba por mi ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora