25. ¿Cómo Es El Baile De Otoño?

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POV Emily

-Toc, toc.- escucho que dice alguien mientras abre la puerta de mi cuarto. Yo gruño molesta mientras me revuelvo en mis sábanas. -Emily, hoy hay clase, levanta.

-Estoy enferma, no podré ir hoy a clase.- toso como una desquiciada tapándome aún más con las mantas.

-No me lo trago, hija. Tu madre y tu tía me regañarán si no bajas conmigo.

-Diles que estoy enferma.

-Emily Margaret Miller, levántate de una vez o tendré que ir a por un cubo de agua con hielo.

-Agh, papá, eres un hombre cruel.- reniego levantándome.

-Lo que digas hija, ahora baja a desayunar deprisa y después te prepararás.- dicho eso abandona mi cuarto sin dejarme oportunidad de protestar.

-Estúpido Harvard Westlake.- protesto entre dientes siguiéndolo.

***

-¡SOPHIEEEEEEEE!- grito por tercera vez a todo pulmón para que se me escuche desde el otro pasillo.

-¿¡Por qué rayos gritas!? ¿¡No conoces los teléfonos!?- pregunta Edward exasperado saliendo de su cuarto con una mano en la cabeza y en pijama.

-¿Y tú no sabes que hoy tenemos instituto?

-No, no tenemos, el señor Jones también lo has suspendido para que Ellie descanse, ¿no?- suelto una carcajada irónica como respuesta y él entra en su cuarto gruñendo.

-¡SOPHIE JOHNSON, VEN DE UNA VEZ, TE NECESITO!- chillo desquiciada.

<<Es decir, chillas como siempre>>

¿Me estás llamando desquiciada?

Tú lo dijiste, no yo...

-Perdón, perdón, estaba terminando de vestirme.- responde llegando al pasillo. Me mira de arriba a abajo. -¿Qué haces en albornoz?

-Me da pereza elegir mi ropa, ¿me la escoges?- Sophie ríe y asiente. -Gracias. Quiero algo simple y un poco abrigado, ya se empieza a notar el otoño.

-Está bien, veamos que opciones tienes.- entramos en mi habitación y la rubia va directa a mi armario mientra yo me tumbo en mi cama.

Cierro los ojos durante un rato para descansar.

-Emily, ya lo tengo, póntelo.

Abro mis ojos y suelto un grito ahogado al ver la mitad de mi armario esparcido por el suelo.

-¿¡Pero qué...!?- pone un dedo sobre mis labios.

-Ponte el conjunto que he escogido y si no te gusta, entonces regáñame.- acepto el trato y me quito el albornoz quedando en ropa interior sin reparos.

Miro la ropa preparada sobre mi cama y una pequeña sonrisa se forma en mi cara. Me coloco la camiseta de media manga gris con un gran corazón negro en el centro, unos vaqueros oscuros rasgados y unos botines grises de cordones. 

 

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Gracias a una mudanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora