Nos encontramos sentados en el suelo con las piernas cruzadas entre sí -vamos, como los indios-esperando a que lleguen los adultos para poder salir de aquí. Sigo sin entender como nos hemos podido quedar encerrados en un armario jugando a un juego de niños.
-Me aburroooooo.- habla Sophie alargando la o mientras se levanta y camina de un lado a otro.
-¿Puedes estarte quieta? ¡Me estás mareando!- exclama cansado su mellizo.
-No le voy a hacer caso al culpable de nuestro infierno.- contesta la rubia caminando aún más rápido. Diablos, si que marea.
-¿Y a mí tampoco me puedes hacer caso? Es que ya veo doble de verte dar tantas vueltas.- intervino Austin con una mano en su cabeza y los ojos cerrados. Él es propenso a marearse fácilmente.
<<Y tú también>>
¿¡Yo!? ¡Claro que no!
<<"Dijo" la chica que hace un minuto pensó: "Diablos, si que marea>>
¡Vale, me mareé! ¡Pero Austin se marea más que yo!
<<Lo que tú digas>>
Prefiero ignorar a Cupida y escuchar la extraña discusión de mi mellizo con la melliza Johnson. Vaya, que extraño suena eso.
<<Pues que no te parezca tan extraño porque yo intuyo que lo vivirás dentro de no demasiado>>
He dicho, ¡prefiero ignorar a Cupida!
-Pues no me mires.- le contesta ricitos encogiéndose de hombros.
-¡Cómo no te voy a mirar si estás en medio!- replica mi hermano.
-¡Vale, ya me siento par de pesados!- contesta Soph exasperada mientras toma asiento a mi lado.
-¡Gracias!- agradecieron ambos chicos suspirando. Lilly y yo reímos al ver la escena de esta anda de locos.
-¿Y de qué os reís vosotras?- dijo mirándonos fulminante Edward.
-De vosotros, duh.- contesto obvia soltando una risita recibiendo malas miradas por parte de todos.
Ñie, ya me voy acostumbrado.
-¿Cómo podéis reíros en esta situación?- Sophie nos miraba incrédulas.
-No vamos a estar discutiendo como vosotros, eso solo estresa y aún nos queda mucho tiempo aquí.- contesta la pequeña, y, es lo más coherente que escucho desde que entramos aquí.
Nos quedamos en silencio sin palabras por lo que ha dicho mini Johnson y siento paz al no escuchar sus peleas sin sentido.
Pero como no, todo lo bueno acaba, y este silencio llega a su fin cuando suena como un tono de mensaje haciendo que todos levantemos la cabeza sobresaltados.
-¿¡Quién es el imbécil que tenía el móvil aquí dentro y no lo ha dicho!?- pregunto con una mirada asesina.
Austin iba a contestarme pero es interrupido otra vez por ese tono de mensaje que suena en... Oh oh...
Todos giran sus cabezas para mirarme de manera matadora al igual que yo hicé segundos atrás con ellos. Suelto una risita nerviosa.
-¿De dónde viene ese sonido, Emy?- interroga Edward sonriendo fingidamente.
Meto mi mano en mi bolsillo trasero y compruebo que, si, llevo mi móvil encima.
<<Y el premio a las más estúpida es... -redoble- para, ¡Emily Miller! ¡Bravo!>>
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Gracias a una mudanza
Fiksi RemajaEmily Miller, una chica generalmente loca, además de, atrevida, impusiva, dulce, sarcástica, melodramática, divertida y tierna, claro, solo con la buena gente, con las que no, se llegará a convertir en su peor pesadilla. Pero, ¿y si apareciera algu...