4| Tom

2.2K 177 66
                                    

Había transcurrido tres semanas desde aquella discusión. Era sábado al mediodía, Hermione estaba en la cocina preparando el almuerzo, ya que tendrían un invitado especial.

Los gemelos Malfoy se veían frente al espejo de la sala, cambiaban el color de su cabello y ojos. La semana anterior, Hermione les había dicho que tenía un novio que iría aquel sábado para conocerlos y estaban emocionados por conocerlo. Sabían que si ellos no lo aceptaban su madre se privaría de amar otra vez y ellos obviamente no querían eso, como tampoco querían ser relegados por un hombre pedante y arrogante. Al único arrogante que soportaban era a su padre.

Los gemelos manejaban un poco de la magia no verbal, y al no haber ingresado a Hogwarts aún, no estaban sometidos a no hacer magia fuera de ella. Así que habían preparado una serie de pruebas para ver si aquel hombre era lo suficientemente paciente, amable e incluso divertido.

— ¿Crees que el castaño me queda bien? — preguntó Antares mientras su cabello rubio obtenía el color del cabello de su madre.

— Si, solo te falta tener unos rizos como los míos. — Scorpius se sonreía a sí mismo frente al espejo, sus cabellos eran rizados y castaños.

Cuando tenían visitas le gustaba usar aquel color.

Los cabellos de su gemela se volvieron rizados. — Nos parecemos a mamá

Scorpius miró a su hermana y le susurró. — Ahora somos más Granger que Malfoy.

Antares sonrió — Si los abuelos nos ven así nos tomarán por raros o extraños.

Scorpius entrecerró los ojos. — Solo es un cambio de color en el cabello. Ni que me hubiera puesto un tercer ojo o un pico de pato.

Antares realizó un pequeño ajuste en su apariencia, sus labios se transformaron en un pico.

— ¿Decías? —graznó.

Scorpius empezó a reír por la ocurrencia de su hermana y la imitó, luego empezaron a reír aún más fuerte e incluso intentaron agregarse un tercer ojo.

En medio de su juego el timbre se oyó. El invitado había llegado, ambos dejaron de reír.

— Nosotros abrimos — dijeron al unísono.

Corrieron a abrir la puerta, ahí vieron a un hombre alto de 1.75 cm. de tez blanca, vestido de manera normal o muggle, zapatillas deportivas, jeans obscuros, una camiseta azul. Era realmente parecido a su padre, a diferencia de sus ojos, que eran azules, y el cabello era castaño arenoso... y la actitud... Bueno la actitud era algo que recién iban a evaluar.

Los pequeños estaban completamente lelos, idos, sorprendidos. Parpadearon varias veces y del asombro su cabello había cambiado involuntariamente al color naranja.

— ¿H-hola? — logró articular Antares en cuanto se recuperó un poco de la impresión. — Pase, mamá aún está en la cocina.

— Hola. — Tom observó un tanto sorprendido el color cabello de los hijos de su novia — ¿Antares y Scorpius? — preguntó cuándo los pequeños lo sentaron en uno de los sofás en la sala, mientras que ellos se sentaron frente a él. Hermione observaba todo escondida.

— Sí...— Scorpius lo miró con curiosidad. — Scorpius Malfoy Granger...

— Antares Malfoy Granger. — la peli-naranja notó que eran observados con curiosidad y sorpresa. —¿por qué nos ves así? ¿Tenemos algo raro?

Tom con una sonrisa señaló su propio cabello. Scorpius al notar que tenía el cabello naranja no dudó en volver a tomar el color castaño, en cambio Antares se sentía avergonzada y su cabello se tornó rosa.

— El señor va a pensar que está loco, Ant... Vuelve tu cabello castaño. —Scorpius se paró delante de su hermana para evitar que Tom viera a su hermana cambiar el color de su cabello. — señor... ¿cuál es su nombre? ¿Cómo se gana el pan del día?

— Mi nombre es Thomas, pero pueden decirme Tom... mi apellido es Felton, Soy actor. — respondió el castaño. Se sentía como un reo ante policías, pero aun así, esta situación le agradaba. Conocer a estos pequeños había sido su anhelo por un año.

—¿Actor? creo que lo hemos visto antes, en una serie de Netflix... creo que en The Flash. — Antares hizo que su hermano se sentará, ya que estaba igual de sorprendido que ella, y no lograba coordinar sus movimientos y pensamientos

—Lo he visto antes creo que en YouTube... ¿Usted canta? — preguntó Scorpius.

— Por afición, no creo dedicarme a ello —respondió el adulto.

— ¿Cuántos años tiene? — Scorpius no podía contener la curiosidad.

—¿Y cómo conoció a mamá? — Antares era dominada también por su curiosidad.

Tom sonrió divertido. Hermione Le había dicho que sus hijos eran muy curiosos. A decir verdad sabía un poco sobre la comunidad mágica gracias a su novia. Aun así ver como los pequeños habían cambiado el color de sus cabellos lo sorprendió.

—Tengo 37 años — Notó que los gemelos se vieron y asintieron entre ellos. ¿Sería una especie de comunicación secreta?— conocí a Hermione en la escuela a los 7 años, yo iba un año arriba de ella, pero el exceso de trabajo como actor hicieron que perdiese un año, así que al ingresar a su grado ella y yo coincidimos. Debo de reconocer que más de una vez me obligó a adelantar tareas, pasábamos horas en la biblioteca... y luego de varios años ella dejó de asistir, y no habló más conmigo. No la volví a ver hasta hace un año cuando coincidimos en un evento.

— ¿La quieres? — preguntó Scorpius.

— Desde siempre...— respondió, volvió a notar que los gemelos asentían entre sí. — deben de saber que quise conocerlos desde que supe de ustedes, aunque su madre se empeñó en esperar. A veces es un poco terca.

Los pequeños castaños compartieron una sonrisa cómplice, pues de hecho sabían que Hermione Jean Granger era más que un poco terca.

La chimenea hizo un sonido de llegada. Draco Malfoy ingresó como si fuese su casa, cuando notó la presencia del extraño se quedó sorprendido (pero claro su rostro no reflejaba nada). Incluso sus hijos los veían algo preocupados por la reacción que pudiese tener.

Maquiavélico ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora