17. Pelea y salvación

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JiMin sujeta fuertemente los tirantes de su pequeña mochila y emprende su marcha directo a la casa de la familia Jeon, mejor dicho, a tratar de salvar el trasero de su amigo.

El miedo hizo apresurar sus pasos sin darse cuenta de que ya  esta corriendo con toda la fuerza que sus piernas le permiten.

El sol se esconde rápidamente, el cielo se torna de un bonito color rosa mezclado con naranja. JiMin suele admirar y embelesarse por aquel tipo de paisaje, podría quedarse todas las horas que sean necesarias para admirar el aspecto del cielo, pero en estos momentos su deber se encuentra por encima de sus gustos personales. si quería ayudar a TaeHyung tendrá que ser lo más rápido posible, mucho más que el auto de YoonGi.

JiMin volvió a los pasos tranquilos pero rápidos porque ya no lo resistía... su cuerpo aún no se acostumbra al ejercicio. El único que ejercía era una vez a la semana, y justamente en la clase de gimnasia de su colegio. y solo a veces porque busca mil y una excusas para no realizar ningún tipo de actividad.

Se adentro a unas calles ya sin mucha gente y las casas portaban un aspecto humilde y sencillo, no era un barrio de alfas con dinero, sino más bien un barrio de betas, mayormente de la clase trabajadora.

Efectivamente es en donde viven TaeHyung y JungKook.

Diviso con la mirada la casa del beta y de su enamorado con el corazón revoloteando de felicidad al notar que frente a la casa no había ningún auto negro estacionado. La casa tiene un bonito patio delantero, con muchas flores en macetas y cazadores de sueños colgados sobre el techo delantero que poseía el hogar en caso de lluvias.

Es una sorpresa que todas esas plantas sean cuidadas por TaeHyung, ni siquiera la madre tenia de esas cualidades en la jardinería. El beta riega y cuida las flores mejor que una ama de casa. JungKook se lo había contado una vez que se quedó a dormir (fue una vez que se le había hecho demasiado tarde como para volver a su casa, y aunque JungKook ofreció acompañarlo hasta su hogar no lo acepto). No tenía dudas sobre TaeHyung, es una persona amable, atenta y bastante indiferente en temas ajenos a su entorno, solo que algo en él se fue partiendo en muchos pedazos... su corazón se rompió por HoSeok, por querer sostener un amor unilateral.

Sin querer los pensamientos de JiMin se enfocaron en lo mal que estaban las cosas para el beta, y para HoSeok no eran lo mejor tampoco, cada vez HoSeok se culpaba más de su condición.

JiMin también en ocasiones se sentía mal por haber nacido omega, pero él contaba con el amor y apoyo incondicional de sus padres que lo comprendían. Los padres de HoSeok eran otra historia.

Volviendo a la realidad apresuro de nuevo el paso, empujando la puerta oxidada y despintada de rejas se introdujo al patio de los Jeon, ya cerca de la puerta principal golpeó varias veces esta.

Con un pantalón de dormir y una musculosa blanca abrió la puerta un somnoliento JungKook.

—¿JiMin? ¿por qué estás aquí?—preguntó el alfa tocándose la nuca con una expresión confundida en el rostro.

—Yo... — y el omega se quedó con la boca abierta. Tenía en frente de sus narices a el alfa mas sexy que pudo haber existido alguna vez en el mundo. Su cabello lucía desordenado y un poco levantado, sus orejas portaban al menos tres argollas en cada una y sus brazos tan bien trabajados... podría ser un dios divino camuflado en el cuerpo de un alfa. Tanta belleza en una persona no podía ser real.

Decir que JiMin es un omega que solo piensa en sexo no sería para nada falso. Todos los días se imaginaba sudando y jadeando bajo el esculpido cuerpo de JungKook. No veía la hora de estar acoplado con el para toda la vida.

Solo si el alfa se lo propone podrían...

—¡JiMin! Deja de babear por la boca y responde mi pregunta—en un tono fuerte y claro sacó de su ensoñación momentánea al omega pelirosa y este solo pudo ruborizarse de lo tan avergonzado que estaba.

✿❀Letras con esencia de vainilla❀✿ [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora