capitulo 2: las penas y el rapido

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Paso 1 año de amistad ya con choco, era mi compañero de vida prácticamente, estaba por cumplir 11 meses con su novia y era el chico 10. A Veces me pregunto ¿Cómo un drogadicto como yo tiene tan buenas personas alado mio? Son dudas de la existencia dicen los sabio.
Llegó la noche y me estaba fumando mi fasito rutinario, en un viaje de locura recibí un mensaje de choco, que los padres se estaban peleando y le ofrecí que se venga a quedar a mi casa, el acepto y lo fui a buscar, eran unas 15 cuadras no más que eso, arranqué a caminar encapuchado, con los ojos al borde del derrame y una sonrisa de oreja a oreja mientras me fumaba un marlboro fusión, llegue y lo saque de ese lugar tóxico. Llegamos a mi casa y el olor a cannabis invadía mi habitación, se sentó en la cama y empezó a lagrimear, ahí empecé a hablar con el.
— ¿Que pasa choco?.
Entre lágrimas respondió
— Estudio, me porto bien, hago los mandados, limpio, cuido a mi hermanito y así me pagan! Odio mi vida.
Yo te loco respondí
—Fumate un faso y olvídate.
Lo dije jodiendo, pero él quería fumar, así que le pase la tuca, era la primera vez que choco fumaba algo, le pegó tanto como si se hubiera fumado 2 Wiz Khalifa al hilo, fue hermoso ese momento de locura, lo que menos sabía que ahí empezaba su condena.
Pasaron los meses y se hizo rutinario ir a la plaza "la fasito" de lomas de Zamora a quemar esos cigarros de marihuana, nadie sabía que el lo hacía y menos que yo lo fomentaba.
A la entrada del colegio lo encontré
— CHOCOOOOOO.
— QUE ONDAAAAA CLAUDETEE!
— Che choco, nos rateamos?
Con cara de miedo responde
— Ratearnos! Nose negro, mira si nos descubren...
— Tranquilo man, dale, me invitó el vino
Después de 10 minutos entre sí y no, fuimos a comprar el vino a lo de la viejita, termino te en peso y yo también, de a poco lo metía en mis mambos sin la intención de generar algún daño a nadie.
Llego noviembre y el se había rateado más veces de la que había entrado, se lo veía más confiado, más alegre, más ojeroso, pero esas ojeras de que "anoche la paso bien", nos volvimos hermanos de la calle.
Empezó a fumar cigarrillos para bajar los mambos antes de irse a su casa, se volvió todo un "claudio" yo no pense que llegaria tan lejos.

Llego ese dia que, sin saber, mi vida iba a cambiar completamente, choco llega a la fasito llorando, me pidió un pucho y un trago de birra.

— ¿Estas bien choco? —se me fue la sonrisa que tenía por efecto de la marihuana—

—  Si, no importa  —se seca las lagrimas— pasame una seca de ese faso.

Después de un par de minutos empezamos a hablar con los efectos de la droga, el estaba mirando al piso y yo al horizonte.

— Clau... ¿soy una mala persona? — sube la mirada — 

— Sos un buen pibe! nose porque preguntas esas cosas — saco una carcajada de nervios— 

—  ... — guarda silencio y suspira — Me siento una basura amigo.

— ¿Porque choco? 

— Mi familia me echó de mi casa porque llegue en pedo, mi novia me encontro las flores, los lillos y el pica, me pregunto que hacia con eso, no le mentí... — se largó a llorar — me dijo que no quiere vivir con un adicto! entendes! me hice un adicto!

Yo sabía que era responsable, yo lo condene a eso, su sufrimiento me mataba, pero por impulso le di el faso denuevo

  — Fumate un faso y olvidate!  

Lo que menos pensaba, que con las palabras que él empezó el camino de las adicciones, de esa forma iba a finalizarlo.

  — Che clau voy a dar una vuelta para despejarme, quiero terminar con todos los problemas de una vez —suelta una risa casi psicópata—

— Dale amigo aca te espero 

Se alejó con sus auriculares, medio tambaleando, nose si era por el pedo, o el faso.

Pasaron 15 minutos y yo me senté a cantar una canción de agrupacion marilyn, su florcita, me acuerdo patentemente ese tema, porque con ese tema vi a choco caminando por enfrente mio, estaba en las vías, nos separaba un alambrado

—  Que haces ahi choco! vení salame.

Largue una sonrisa a pesar de estar mal viajando y empecé a tirarle piedras para que reaccione, le pegaba pero no me miraba. En ese momento escuche el claxon del tren, me desespere

— CHOCO! VIENE EL TREN! VENI!

Comencé a llorar, me quede afonico, empecé a romper el alambrado, cuando me quise dar cuenta, el rápido estaba a 100 metros de diego.

— CHOCOOOOOOOOOO!

Se dio vuelta, me miró y dijo "gracias por todo", cerré los ojos y sentí como un baldazo pequeño de agua que me cayo en los pies y llovizna en el resto de mi cuerpo, literalmente estaba bañado en sangre. Era tan joven, me tocó darle la noticia a la familia, la madre me abrazo entre llantos y se empezó a echar la culpa, a lo que respondí.

— Señora, usted no lo llevo a eso, hay personas que tienen más culpa que lo que carga usted.

Esa persona era yo, porque sin consentimiento, me convertí en un asesino, pero de guantes blancos, ya que no lo maté yo, sino lo lleve a la muerte con las cosas que le di, yo sabía que era una condena, ya que tarde o temprano nos va a matar, pero yo lo lleve a la muerte a él.

(fin del capitulo 2)

Un asesino de guantes blancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora