Por más que pensaba las cosas nada parecía aclararse, ¿porque no recordaba nada de lo ocurrido después de entrar a esa estúpida casa de la que mala mente se ofreció a entrar?, ¿desde cuándo el cabello le crecía tan rápido?, no lograba comprender nada del asunto, y menos si a esos eventos le agregaba el curioso hecho de que despertara en medio del monte desnuda, totalmente bañada en sangre y con un sabor de boca muy desagradable. Por suerte solo la luna y los sahuaros vieron su desnudes y por más suerte aun la sangre no le pertenecía. Se bañó 6 veces ese día; tres en la mañana y otras tres veces en la noche, con agua muy caliente para quitarse hasta la última gota de sangre y el más pequeño sentimiento de asco en la piel, también tuvo que raparse el cabello para deshacerse del malestar que le generaba el pensar que aún había sangre seca pegada a su cabello y su cráneo.
Fue al médico, pensando que alguna manera alguien la había drogado y abusado de ella, pero los exámenes médicos no arrojaron ninguna droga en su torrente sanguíneo. Su ginecólogo no encontró señales de violación. Tenía que platicarlo con alguien, con alguien que no la tachara de loca y la cabeza rapada no le ayudaría de mucho a evitar esa obviedad, solo Rick podía ayudarla con eso y aun así, algo le decía que no.
Cuando llego a casa de su amigo le dijeron que se había metido por su cuenta a un hospital psiquiátrico (esperaba que no creyeran que ella acababa de escaparse de uno), al parecer su estado mental había empeorado demasiado, ¿qué grado de locura se tiene que alcanzar para internarse por su propia cuenta con los cuerdos?. Sus padres le contaron que se empezó a despertar por las noches gritando a todo pulmón y las pastillas no le servían de mucho, también tuvieron que quitar todos los cuadros con fotos o pinturas de la casa, cada que veía uno se ponía a hablar de una manera muy inquietante y a presentar convulsiones. Le dieron la dirección del hospital donde estaba internado y le advirtieron que evitara el contacto visual, no quiso preguntar más cuando se dio cuenta que a su madre se le llenaban los ojos de lágrimas.
Iría al día siguiente, por ahora se limitaría a dormir, sentía mucho cansancio acumulado y tenía que tranquilizar un poco la mente después de todo lo acontecido. Se acostó después de bañarse, la sensación de suciedad aun le acosaba, dejo que el sueño la sedujera y se durmió.
Cuando acompaño a Rick hasta su casa ayudándole con las maletas no se despidió como suele hacerlo, simplemente se dio la vuelta y se alejó. Llegó a su casa y sin decir palabra alguna entro a su cuarto, tomo el dinero que tenía pensado guardar gastándolo todo en cuerdas, navajas, madera y clavos.
Como se había prometido, acudió al hospital psiquiátrico Poe hacer una visita, la sala para los visitantes estaba ampliamente iluminada, con grandes mesas redondas y blancas. Ese día había muchas personas acompañando a los pacientes, se sentó en la primera mesa que vio desocupada y esperó a que el guarda trajera a su enloquecido amigo. Lo vio entrar en el recinto con una bata blanca y acompañado de una bonita enfermera, se alegró de verle, se paró cuando estuvo lo suficientemente cerca para que la mirara, pretendía abrazarlo cuando la calidad de su estado la transporto al día cuando todo empezó y esfumo las ganas de demostrarle amor. Se sentó de nuevo con un nudo en la garganta, él y la enfermera llegaron a la mesa, su persona era deplorable, seguía igual de delgado como cuando lo vio en la cama del hospital, miraba fijamente al suelo y tenía ligeros temblores. La enfermera le susurro algo al oídio sin apartar la vista de Ariel, el asintió levemente y se sentó sin dejar de mirar hacia abajo mientras ponía las manos en la mesa sin dejar de frotarlas. La enfermera por alguna razón se quedó a su lado.
Ariel le sonrió. -Hola- saludo tratando de ocultar el tono de preocupación. Pero no hubo respuesta alguna, trato de inclinarse un poco y verle a los ojos, esos ojos que tanto le gustaban habían perdido todo atisbo de razón y podía percibir un profundo malestar. Se sintió muy mal por dentro.
ESTÁS LEYENDO
Recinto
Mystery / ThrillerAdvertencia (+18) Los sueños son fantásticos, pueden llevarnos a lugares y situaciones que nunca imaginaríamos por nuestra propia cuenta, sin embargo, hay veces en las que los sueños se transforman en pesadillas y en ocasiones, es imposible diferenc...