3.-Secretos.

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Otro día que se quedaba hasta muy entrada la noche en su despacho, se frotó los ojos para aliviar un poco el peso del cansancio que sentía mientras revisaba las fotografías del Club Nite nite lets dance, el puto club no tenía ni siquiera licencia para vender alcoholes y había sido el último lugar donde vieron a las personas extraviadas. Era suficiente de trabajo de papeleo por hoy, tomo su chaqueta y se fue.

Llegó por la mañana junto con la policía que cerraria el lugar. Revisó sus notas, por el momento eran ya 33 personas las reportadas como desaparecidas después de asistir al club, de las cuales 17 son mujeres y 13 son hombres de entre los 23 y 30 años de edad. El informe de la interrogación al que asía de portero en ese lugar de mala muerte decía que vió aproximadamente a las 12:46 p.m. de ese día salir del club a más de 20 personas. Al mostrarle sus fotografías dijo que lograba identificar a la mayoría, también comentó que presentaban un comportamiento extraño, no pareciera que acababan de estar en un club nocturno, todos salieron callados y serios como si estuvieran en un funeral. Según el portero, las personas que se extraviaron caminaron por la calle con dirección al norte hasta que la oscuridad los reclamó.

El detective comenzó a caminar por la calle en la misma dirección, si era buena sus suerte encontraría alguna pista. Caminó largo rato por la acera, cruzó algunas casas y un parque, comenzaba a pasar cada vez más cerca de los límites de la ciudad, sintió una corazonada y se adentró en el desierto. Avanzó con el sol abrazador dibujando sombras por su camino cuando  pudo ver manchas de sangre seca en las costillas de un sahuaro, con la luz parecía casi brillar. Comenzó a seguir las manchas dejadas como migajas, el camino lo llevaba de nuevo a la ciudad y lo terminaron por guiar a una vieja casa, cruzó el cerco y silenciosa mente escudriño por fuera. No podía ver nada por las ventanas, a pesar de que lo fuerte del sol, la luz no podía penetrar dentro en la oscuridad de la casa, intento ver algo con su linterna, pero no pudo ver más que un montón de ratas muertas y secas que encontraron su fin en las fauces metálicas de trampas en la sala.

El camino de sangre empezaba en la puerta trasera de la casa, trató abrirla pero estaba cerrada, fue a la puerta de la entrada con el mismo resultado, se limitó a anotar la dirección de la casa y tomar algunas fotos de la misma. Fue entonces cuando pensó que si seguía el camino de nuevo hacia el desierto podría encontrar más pistas. Caminó en dirección al límite de la ciudad y al internarse de nuevo en el basto territorio dominado por el sol sintió un escalofrió.

Sin darse cuenta, el camino lo condujo cada vez más y más en lo profundo del desierto, el rastro terminaba drástica mente y en la distancia notó que había mucho árboles juntos en lo que parecía pasar un río y arriba en el cielo aves de carroña danzando en círculo. Lo que saciaría el hambre de las aves podrían ser los cuerpos de los desaparecidos y sin pensarlo mucho caminó hasta los arboles alejándose de la realidad, adentrándose en el terror.

No pudo creer que a pesar de sus años viendo cosas horribles aun quedara, muy a su pesar, la capacidad de sentirse aterrado. Cuando entró en la sombra descubrió que arriba, colgados de grandes mezquites con un peculiar color de tronco, se encontraban cuerpos suspendidos de las formas más extrañas con cuerdas y palos de madera, las extremidades de estos habían sido dislocadas para poder darles un ángulo antinatural y extremadamente grotesco, completamente desnudos y de color gris. Podía alcanzar a ver con el zoom de la cámara cortes profundos en las muñecas y extraños relieves como cicatrices en todos los cuerpos, enfocó a una de las caras y buscando en sus papeles encontró a la pobre Tifany. Después busco al siguiente y al siguiente. Todos los cuerpos suspendidos pertenecían a los desaparecidos del club, ahora solo tenía que seguir el camino de regreso para notificar a la policía su hallazgo, bajar los cuerpos, hacer todo el tedioso papeleo y tener la orden de cateo lo más rápido posible para atrapar al desquiciado.

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