Peligro Tentador [Adaptación] Chanbaek

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Capítulo 8

El barrio donde habían matado a Kim Heechul tenía un aspecto igual de sórdido a la luz del día, pero Baekhyun observó que la zona que rodeaba el Club Infierno destacaba sobre lo demás por estar menos descuidado.

La mayoría de los locales tenían barrotes en las ventanas, cierto, pero por lo menos estaban abiertos, no abandonados. La marea habitual de jóvenes sombríos abarrotaban las aceras, pero también había mujeres, y no solo trabajadoras. Delante de Baekhyun dos mujeres mayores se movían lentamente, lanzando miradas torvas a los jóvenes charlando con un florido lenguaje.

Esta vez los zapatos de Baekhyun eran silenciosos, nada del incómodo ruido de los zapatos en la acera. Aunque tampoco llevaba esas horribles botas de policía. Una de las ventajas de no tener que llevar uniforme era que podía ponerse unas zapatillas y punto. Se alegraba de llevarlas puestas. Se sentía inquieto, a punto de saltar sobre algo o alguien.
Como si necesitara pegarse una buena carrera.

— ¿Has comprobado su ficha?

— No tiene ficha. —El agente Lee Kwansoo caminaba tranquilamente a su lado, y seguía siendo alto, delgado y sarcástico—. Quizá tenga algún antecedente, pero es confidencial. Lleva bastante tiempo haciendo la calle, pero como menor de edad. Según su identificación acaba de cumplir diecinueve —Rió, sarcástico—. Zelo cree que está limpia.

— Mmm —Teóricamente era posible que una prostituta en ese barrio consiguiera evitar las drogas. Pero no parecía ser el caso—. Ha hecho un buen trabajo encontrándola.

Él se encogió de hombros.

— No es que sea una joya, pero ¿a quién iba a encontrar que anduviera por la calle la otra noche? Chulos, putas, camellos y yonquis. Eso es todo.

— Se ha dejado a los pandilleros. —En el fondo de su inquietud, Baekhyun notaba una urgencia, como si tuviera que estar en otro sitio en ese momento. Y rápido. ¿Qué le estaba pasando? Sabía muy bien que no era un precog, así que no podía ser ningún rollo psíquico.

— Los pandilleros suelen mantenerse alejados. Es ahí, al fondo —añadió señalando con la cabeza un edificio de ladrillos en estado lamentable al final de la calle—. Tercer piso. Se lo ve demasiado satisfecho con todo esto. ¿Acaso esta nueva información no invalida todo lo que tiene usted sobre el sospechoso principal?

— Pero cuadra con otras declaraciones. Tenemos a Kim abandonando una iglesia en La
Mesa hacia las ocho y media.

— Eso son treinta minutos de viaje, como mucho. ¿Qué hizo entre las nueve y las nueve y media?

— Todavía no lo sé. —Baekhyun siguió andando en silencio antes de añadir—. Dígame, Lee. Usted tiene experiencia con los lupi. ¿Por qué razón se transformaría uno en lobo para matar?

— No sé. —Parecía sorprendido—. Instinto, tal vez. Kim tenía un arma.

— Por lo que me ha contado usted, y lo que he leído yo, un revólver del veintidós no es una gran amenaza para un lupus.

— Si le hubieran disparado nos habría facilitado mucho las cosas. Curan rápido, pero no tanto que usted no hubiera podido ver la herida cuando estuvo en el Club Infierno.

— No habría ido directo al Club Infierno de no saber que el asesino era un lupus. Es como si nos hubieran dejado un mensaje: hay un lupus asesino suelto.

— O simplemente quería clavar sus dientes en Kim. Diablos, podría haber cualquier razón que los humanos nunca comprenderemos.

— Quizá.