🌟 El hada madrina de Tori 🌟

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Después de un largo día de instituto, a Tori se le veía más tranquila. O casi...
Estaba en el sofá de su salón escribiendo en su portátil. Sin embargo, concentrarse iba a ser una misión imposible al lado de su hermana, que no paraba de canturrear los Big Time.
—Vale, esto por aquí y... —se dijo Tori antes de que Trina la interrumpiese.
Any kind of guy you want, girl, that's the guy I'll be! —graznó.
Inmediatamente, Tori apartó la vista de la pantalla y la regañó.
—¡Trina!
Pero el volumen de los auriculares era más fuerte y la paciencia de Tori cada vez más débil.
Turn myself upside down. Yes I will, yes I... —graznó Trina antes de que su hermana le quitara los auriculares de un tirón— ¡Oye! ¡Me has chafado el final del primer estribillo!
—¡Me da igual! —dijo con ironía—. Necesito que estés en silencio para que pueda terminar la canción.
En ese momento, el móvil de Trina emitió un silbido.
—Pues es tu día de suerte —anunció ella revisando su teléfono— Y eso que normalmente tengo más suerte que tú.
A continuación se levantó y se puso la chaqueta que había en el respaldo del sofá.
—¿Por qué? ¿Se te ha descargado una aplicación en el móvil para ponerte en modo off? —se burló Tori.
—¡No! —contestó su hermana en el mismo tono mientras se arreglaba el cuello de la prenda— Y aunque existiera lo primero que pondría en modo off es el despertador de mamá. No tienes ni idea de cómo me pone la cabeza.
—Ya... Sé por lo que estás pasando... —comentó Tori en tono sarcástico mientras tecleaba en su portátil.
El móvil de Trina volvió a silbar.
—¡Pero mira que es impaciente! —dijo revisando su móvil y cogió un bolso que había en el sofá.
—¿A dónde vas? —quiso saber Tori.
—Con Jo Taylor —respondió su hermana de camino a la entrada.
Tori puso los ojos como platos y apartó de inmediato los ojos de su portátil.
—¡Venga ya! ¿La que sale en New Town High? —exclamó.
—Resulta que vamos a clase de judo juntas y es la novia de Kendall Knight de Big Time Rush, ¿te lo puedes creer? —explicó Trina emocionada.
Pero esa respuesta le cambió la cara a Tori.
—Espera, ¿solo sales con ella para que te haga famosa?
Silencio.
—¡¿Qué?! —exclamó Trina en tono irónico y rio durante unos segundos. No obstente, paró al ver la mirada de "admítelo" en la cara de su hermana—. Por supuesto que no.
—Trina, no me puedo creer que-
—Oye, me encantaría charlar contigo del tema y eso pero... —la interrumpió y abrió la puerta— No quiero hacer esperar a grandes oportunidades.
Tori puso los ojos en blanco y siguió escribiendo, sin saber cómo podía aguantar a su hermana.
—Oh... No pongas esa cara —la consoló Trina y se aproximó a ella. Se apoyó en la cima del respaldo del sofá y le acarició el pelo— Seguro que algún día te harás famosa, y tal vez, conozcas a gente famosa.
Quizá era por eso por lo que la soportaba, porque inconscientemente, sabía que tenía un lado bueno.
—Oh... —soltó Tori en tono cariñoso sonriéndole— ¿Tu crees?
—No, la verdad es que no —respondió en seco y se dirigió otra vez a la puerta.
A Tori se le había trabado la lengua con la respuesta inesperada. No, no sabía cómo la aguantaba.
—¿Eh? —dijo en tono grave.
—Hermana, eres guapa y aunque me cuesta reconocerlo, tienes estilo. Pero no el talento suficiente para que una discográfica te contrate, no te ofendas —opinó Trina en el tono más suave que pudo—. Además sería una locura que te hicieses popular antes que yo.
Tori no podía creer lo que estaba saliendo de la boca de su hermana. Aun así, decidió retirarle la vista e intentar concentrarse en lo que estaba escribiendo antes de que hiciera puré a su hermana.
—Y créeme, me encantaría llevarte si no estuvieses ocupada con la canción —continuó sincerándose abriendo la puerta— Aunque tampoco iba a hacerlo después del ataque de celos en el Asphalt Café, lo siento.
—No, no. Tranquila, lo entiendo —respondió en tono "vete antes de que te mate", sin dejar de teclear.
—Adiós, y un consejito —se despidió saliendo ya fuera de la casa— Controla esos ataques de celos.
—Gracias, lo haré...
Entonces, cuando Trina estuvo a punto de cerrar la puerta, la chica explotó cogiendo un cojín y lanzándolo a la entrada provocando un portazo.
—¡Con mucho gusto!
De repente, se escuchó un "¡Ah!" completamente distinto a la voz de Trina. Tori entró en pánico.
—¡Madre mía! —exclamó— ¡¿Esa era la voz de André?!
En seguida dejó el portátil a un lado y corrió hacia la puerta. Cuando la abrió, André tenía la mano izquierda en la frente.
—Tía, sé que estás cabreada por lo de Big Time Rush, ¡pero no creo que esta sea la mejor solución! —rechistó el chico.
—André, no sabes cuánto lo siento. No sabía que estabas ahí.
—Ya, ni yo que la próxima generación  de los iphones será el desbloqueo con la cara —comentó en tono sarcástico entrando en la casa— ¡Pero mira! ¡Todos los días se aprende algo nuevo!
—Lo siento mucho, de verdad —se disculpó de nuevo cerrando la puerta y se sentó en el sofá—. Hoy todo me sale mal: Trina me acaba de llamar "fracasada" en toda la cara y la gracia es que se disculpa por su "sinceridad".
Luego, empezó a burlarse de ella.
Pero no el talento suficiente para que una discográfica te contrate, no te ofendas.
André la miró confuso.
—Es una larga historia —explicó Tori.
—¡Qué me vas a contar! Hoy mi abuela por poco me mata con una pelota de tenis mientras tocaba la guitarra.
Tori se quedó pasmada.
—¿Te lanzó una pelota de tenis?
—A mí no, al tostador. Iba a ponerme la merienda cuando el cacharro saltó, mi abuela se asustó y le lanzó lo primero que encontró —explicó el chico masajeándose la frente. Su amiga puso cara de lástima— Conseguí esquivarla, pero me quedé sin merienda, y sin tostador. Y al final yo también he acabado perdiendo. Aunque con lo alto que está el tejado del Hollywood Arts no creo que se me note cuando cantemos.
Tori suspiró de fastidio por su amigo. Se planteó si Big Time Rush daba mala suerte.
—Bueno, ¿qué vamos a hacer con la canción? —cambió André de tema.
—He decidido que como el tiempo se nos ha echado encima y como me niego rotundamente a cantar sobre Big Time Rush...
André lo miró con cara de "¡No me digas!", pero la chica lo ignoró.
—Creo que lo mejor es que cantemos Make It Shine, ¿te parece bien?
—Sí, puede que esté muy repetida, pero ahora que sea más fácil ensayarla.
—Guay, vamos al piano y la... —indicó Tori levantándose del sofá.
—Ya, pero antes, ¿puedo ponerme algo frío en la frente? —la interrumpió André imitando a su amiga— Esto está empezando a abultarse.
—Sí, claro. Hay hielo en el congelador —argumentó Tori señalando la parte superior en la nevera.
—Uff... Gracias —dijo el chico de camino ya a la cocina.
Al marcharse, Tori volvió a sentarse en el sofá y paseó la mirada por el salón. Entonces, se tropezó con el mp3 de Trina, que estaba encima de la mesa.
—Anda, Trina se ha dejado el mp3 —puntuó y lo cogió.
La pantalla le mostraba que estaba sonando Count On You de Big Time Rush ft. Jordin Sparks. Por un instante, contempló el aparato curiosa y miró a sus lados discretamente. Se llevó a mis auriculares a las orejas y empezó a escuchar el sencillo. Pero no se dio cuenta de que André se aproximaba por detrás suya sujetando una bolsa de hielo en la frente. A continuación, se acercó a su oído y...
Ain't so easy for me —cantó.
A Tori por poco se le salió el corazón del pecho.
—¡Ah! —gritó.
—Vaya, vaya, vaya... —resignó André— La que decía que no le gustaba Big Time Rush.
Tori se quitó los auriculares mosqueada.
—No estaba escuchando Big Time Rush —vaciló.
—En la pantalla ponía Count On You —recordó sentándose en el sofá.
—¡Ah! ¿Por qué tu abuela no te habrá dado en el ojo? —gruñó.
—Yo que tú no cambiaba de tema, porque no me voy a mover a de aquí hasta que me cuentes lo que pasa.
—Mira, nunca había escuchado canciones de ellos que no fueran a través de la chirriante voz de mi hermana. Estaba su mp3 en la mesa, me entró curiosidad y lo cogí —se justificó y se levantó— ¿Podemos ensayar ya?
—Lo siento, pero no me convence.
Fastidiada, volvió a sentarse.
—Tori, te conozco demasiado bien. Sé que algo te pasa y estoy seguro de que no es por Big Time Rush.
Tori suspiró.
—Tienes razón, no es por Big Time Rush —confesó.
—¡Ajá! —gritó André señalándola con el dedo.
La chica lo miró cofuso.
—Creía que lo sabías.
—Ya, pero me gusta gritar "¡Ajá!" cuando alguien confiesa —rió él. Pero al ver a su amiga con una cara de "¿En serio?", decidió poner fin a sus intereses cómicos— En fin...
—Como iba diciendo, no es por Big Time Rush, sino por... —explicó, bajó la cabeza un segundo y volvió a mirarle a los ojos— Trina.
—Vale, te creo.
Tori lo miró confuso de nuevo.
—Lo digo en serio —le aseguró—. A veces, por las noches, cuando no me entra el sueño, miro al techo y me pregunto el por qué de las cosas. Y una de ellas es cómo puedes vivir con una persona como Trina, no te ofendas.
Tori hizo un silencio antes de retomar la charla y su paciencia.
—¿Quieres dejarme terminar?
—Sí, sí, perdona —se disculpó el chico.
—Desde que éramos pequeñas, Trina está presumiendo de que ella es la talentosa de la familia, aunque todos sabemos que no es así.
—Sí, eso también me lo creo.
—Sí, y por si fuera poco, me restriega por la cara que yo no tengo talento, que nunca seré famosa... —dijo cada vez más enfadada. Entonces, cogió un cojín y gritó—: ¡Y que nunca conoceré a nadie famoso!
Y lo tiró al suelo con todas sus fuerzas.
—Como sigas así, tu nevera se va a quedar sin hielo —le advirtió André.
—Lo siento, es que no la soporto.
—Ni yo, pero, entonces, ¿por qué odias a Big Time Rush?
—No odio a Big Time Rush, o por lo menos no después de escuchar algo más que los graznidos de mi hermana. Simplemente me prometí a mí misma que no me copiaría de ella, ni en sus gustos, ni en su talento, ni en nada.
Al ver a su amiga con una cara de cachorrito triste, André le sonrió con dulzura, dejó la bolsa de hielo en el sofá y le abrió los brazos.
—Anda, ven aquí —dijo. Tori obedeció y dejó hundirse en el gesto de cariño de su amigo—. Tori, podrías habérmelo dicho antes. Sabes que puedes contar conmigo.
—Lo sé... —sollozó la chica— Pero entre lo borde que es Jade y la asquerosa suerte de Trina no iba a dejar que me viesen así.
André sonrió, solo que en ese momento, de la idea que se le había cruzado por la cabeza.
—Pues ya puedes ir alegrando esa cara porque tu suerte va a cambiar —la animó el chico deshaciendo el abrazo.
—¿De verdad? —se ilusionó Tori.
—Sí, vamos al piano —ordenó y se dirigió al lugar.
La muchacha lo siguió y se apoyó en la tapadera del instrumento de música. André se sentó en la banqueta.
—Bien, ¿recuerdas cuando cantaste Make It Shine? Así entraste en el Hollywood Arts, ¿verdad?
—Sí... —suspiró Tori con ironía— ¡Cómo olvidar cuando me sacásteis al escenario contra mi voluntad y luego un montón de gente me obligó a inscribirme en el Hollywood Arts a la fuerza!
—Exacto, y si no fuera gracias a la presión de la gente que sabe lo que realmente vale la pena, no estarías aquí, ni hubieses descubierto tu verdadero talento.
—Ya, pero...
—Nada de peros —le cortó André— Si hay algo que me enseñó mi abuela antes de que empezara a lanzar cosas por los aires, es que no puedes dejar que la opinión de las personas asquerosamente suertudas como Trina o las que son tan bordes como Jade te afecten y a comenzar a escuchar a tu corazón.
Tori le sonrió con dulzura. André era un amigo, que a pesar de haberla visto en todas sus versiones, seguía cultivando su amistad con ella y sabía que dijera lo que dijera, iba a aceptar sus consejos. Lo difícil, era seguirlos...
—Y para ello, vamos a cantar Count On You —declaró André.
Tenía los dedos al piano, a punto de pulsar en las teclas, pero Tori lo detuvo.
—Espera, ¿cómo vamos a cantar Count On You?
—Creía que te gustaba Big Time Rush.
—Y claro que me gusta, pero mi corazón me dice que no va a dar tiempo a ensayar una canción tan larga.
—Por eso, ¡manos a la obra! —animó el chico— ¡Y un, dos, tres, cuatro!

Big Time Victorious [THE CROSSOVER]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora